Capítulo 14

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«La decepción puede matar cualquier sentimiento»

Mei Takahashi.

Lo veo salir sin siquiera decir una palabra, lanzándome esa mirada que jamás me habían mirado.

Sus ojos bañados de sangre, su rostro y toda su ropa cubiertos de sangre, es como ver a un maldito psicópata. El miedo recorre todo mis huesos dejándome sin aliento y con ganas de salir huyendo de él.

Intento calmar mis sentimientos cuando una oleada de nauseas se apoderan de mi garganta, e inclinando mi cuerpo a un lado dejo salir todo lo que ha estado dentro de mi estómago.

— Steban...— hablo con dificultad, todo me da mareo y asco — sacame de aquí.

El asiente y me ayuda a salir de la bodega, afuera veo a Alessandro sumido en sus pensamientos mientras sostiene un cigarrillo en los dedos sin siquiera meterlo a la boca, se le queda viendo como poco a poco se va consumiendo por si solos.

Me da lástima, muero por acercarme y a abrazarlo pero me temo lo peor y prefiero darle su espacio, además que no me siento nada bien después de todo lo que tuve que presenciar, fue mucho para mí.

Despues de llegar a la casa, corro hacia el baño, me quito la ropa que tiene algunas gotas de sangre ese infeliz, lo lanzó en la caneca de basura y me meto en la ducha, el agua fría calma mis nervios, cierro los ojos y lo único que puedo ver como una película es Alessandro convertido en algo que jamás había visto.

Estaba poseído por la ira, que no pensó en siquiera en mi.

Cuando salgo del baño con solo una toalla tapando mi cuerpo me siento al borde de la cama y en eso recibo una llamada de un número desconocido. Lo pienso antes de contestar y luego recuerdo sobre la llamada misteriosa que iba a recibir pronto, así que después de la primera llamada perdido contesto la segunda entrante.

— ¿Si? — responde levantándome yendo hacia la ventana dándome cuenta que ha empezado a nevar.

Veo a mis hombres en guardia trabajando n conjunto con los hombres de Alessandro, algunos hablando otros simplemente mirado al vacío y a todas partes, mientras que escucho: — Hola muñequita, soy yo Axel.

Axel, esperaba tu llamada, imbecil hijo de puta.

—Oh, Axel, me agrada escucharte — finjo emoción.

— A mi tambien me agrada escucharte muñequita.

—¿Cual es el motivo de tu llamada?

— Quiero que vengas a Alemania.

— Déjame revisar mi agenda y te estoy devolviendo la llamada, ¿Te parece?

— Si quieres volver a ver a tu padre, debes venir— escuchar eso hace que mi pulso se acelere y el continua — Ah, y trae el collar muñequita, te espero.

— Eres una maldita Rata. — le digo, no me puedo seguir conteniendo.

— Sssh, muñequita, te espero aquí, y hablaremos todo en su debido tiempo — me cuelga.

Empiezo a respirar, no me había dado cuenta que estaba reteniendo la respiración, en eso Alessandro sin darme cuenta de su llegada masculla:

— ¿Quien te llamó? — se va quitando la ropa sucia para luego meterla en una bolsa negra.

— Me llamo Axel, quiere que vaya a Alemania.

—¿Y vas a ir?

— En eso habíamos quedado, Alessandro.

La Venganza (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora