Capítulo 6

82 11 3
                                    

Narra Elloy

Estoy seguro de que escuche un ruido, algo extraño... Como... No lo se, es inexplicable. Si no me sintiera débil, iría a ver que pasa pero, no quiero sorpresas así que me quedare aquí, eso haré.
-A levantarse cariño- una dulce voz decía. No sabia de quien era, estaba entre dormido y solo veía una silueta al borde de mi cama

-¿Mamá?- pregunte confundido, aun medio dormido

-Si cariño, ya es hora-

-¿Eres tu?- pregunte frotándome los ojos

-Si, mi niño- respondió dulcemente

-No puede ser cierto- afirme

-Amor soy mamá- insistía

-Pero mi madre...- di una pausa antes de pronúncialo- murió- enmudecí y ella no dijo mas... De repente ya no estaba en mi cama, ahora estaba en el gran salón de baile. Tenía una ropa muy elegante puesta. No entendía nada ¿Donde estaba mi madre? ¿Que estaba sucediendo? Mi mente daba vueltas hasta que...

-Aquí estas- decía Vanea alegre

-¿Va-Vanea?- pregunte entre tartamudeos de ver que lucia asombrosa con un vestido azul marino pegado con su hermoso cabello suelto

-Si tontito ¿Quién más?- preguntó entre risitas

-No entiendo- dije desilusionado

-Te haré entender- respondió y en el momento me tomo del cuello y me beso apasionadamente. Lo único que hice fue responder aquel beso y sentir el dulce sabor de sus labios.

-¿Que acabas de hacer?- le pregunte interrumpiendo el beso

-Besarte-

-¿Por qué?- pregunte algo asustado

-¿Que acaso los novios no se besan?-

-¿Novios?-pregunte aun mas confundido a lo que solo colocó su cabeza sobre mi hombro y yo la tome de la cintura. En ese momento parpadee y todo cambio...

Ahora me encontraba en mi antiguo castillo. ¿Que sucede? ¿Que hago yo aquí? Esas eran preguntas que pasaban por mi cabeza. Camine por los pasillos en busca de respuestas pero...

-¡Elloy!- gritaba alguien, a lo que me propuse por seguir el sonido y entre en una habitación para encontrarme...

-¿Duquesa Meredith?- pregunte extrañado

-Para ti es su Alteza Serenísima Duquesa Marie Isabelle Anne Meredith Cushé del Reino del Valle- afirmó serio un guardia

-Bien su Alteza y todo eso...- me interrumpió

-¿!Acaso eres estupido!?- gritó- Tu no eres nadie para llamarme de esa forma-

-Disculpe usted- dije sarcástico

-¡Mereces un castigo por insolente!- gritó enojada

-¿En serio?- pregunte frunciendo el ceño

-¡Cállate!- ordenó a lo que obedecí por alguna extraña razón

-Pero...- me interrumpió

-¡Ordeno que se lleve a este chico a su castigo!- gritó Meredith

-Como usted ordene mi Señora- respondió y me tomo fuertemente del brazo jaloneándome hacia un cuarto que yo conocía bien... El lugar en el que nos llevaban cada vez que algo "hacíamos mal"

-¡Suéltame!- grite tratando de que me soltara

-¡Cállate y trata de no llorar niño!- advirtió. De repente me voltee para ver si había alguien

-¡Ayuda!- grite con lagrimas en los ojos. En un momento solo sentí un golpe fuerte en la cabeza y caí al suelo desmayado. Todo se volvió negro

-¡Aah!- grite despertándome de un golpe, me toque la cara, voltee para todos lados y lanza un suspiro- Ya no puedo mas- pensé. Rápido tome mi ropa y baje audazmente las escaleras; me dirigí al establo y me monte en el caballo de Darío, el dijo que podía usarlo en emergencias y esta era una.
Chisp iba a todo galope y yo trataba de recordar las historias de mi madre sobre una bruja del bosque que era capaz de ayudarme en casos como este... Después de un rato a lo lejos pude ver humo morado, lo cual significaba que sumaba cerca.

-Tranquilo amigo, este es mi destino y debo saber que sucede- le dije a Chisp y comenzamos a acercarnos a la choza

Una heroína para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora