Narra Vanea
Después de haber curado la herida de Elloy; le encargué a Dario que se hiciera cargo de él.
Tenía que acabar con este cuento del horror de una vez por todas.Ya era tarde. El sueño quería apoderarse de mi.
Había escuchado que Ilhia estaba en un viejo lugar encantado, donde contaban que se aparecía el padre de Elloy, Gongordan.
-Necesito que cubran el perímetro- le dije a los soldados.
-Si, señora- gritaron al unísono.
Asentí.
-Cuídate, hermana- abracé a Darío.- Me encargaré de que todo esté en orden.
-Gracias.
Javier y yo íbamos a la cabeza de la formación.
Tenía el corazón acelerado y los nervios de punta.-Me casaré en 1 semana- me susurró.
-Felicidades- no miramos.- Era lo mejor, Javier. Lo nuestro... Jamás iba a funcionar- admití.
-Te gusta, ¿verdad?- asentí.- No podía competir con eso, Vanea.- suspiró.- Además, quiero complacer a mi padre con uno de sus últimos deseos- le sonreí.
-Sé que él está orgulloso de ti- me devolvió la sonrisa.- Ahora, terminemos con esto de una vez por todas.
Seguimos el recorrido en silencio. Hasta que un gritó lo rompió.
-Él está aquí, sigue vivo. ¡Ayuda!- gritaba la gente.
-¿Quién?- me bajé de Centella.
-Gongordan, ese maldito sigue vivo- dijo un señor.
-Creí que había muerto.
-Por ahí- señaló la montaña.- Los sabios vieron que hay una enorme concentración de magia negra- no era Gongordan, era Ilhia. Y de eso estaba segura.
-¡Tranquillo, pueblo mío!- dijo Javier en voz alta.- Estamos aquí para liberarlos del terror de la magia oscura- todos aplaudieron.
-Bien hecho- le dije. Era bastante bueno dialogando con el pueblo.
La montaña era poco empinada, pero había mucha maleza que no permitía el paso de los caballos.
-¡Debemos ir a pie!- anuncié.- Bien, amiga... Debes regresar al Castillo junto con los demás caballos- le dije a Centella.- Guíalos y ve con Darío, ¿sí?- relinchó.
Y como buena yegua, hizo lo que le pedí. Los caballos la siguieron a galope veloz.
-¡El plan comienza, soldados!
-Mi Rey, ¿necesitará más hombres para acabar con la bruja?- preguntó Johanes, el jefe del ejército real.
-No. Con la heroína y el grupo selecto, basta para enfrentarla. Pero necesitaré que estén alertas- advirtió.
-Como ordene, su majestad.
Con extrema cautela, nos acercamos a los alrededores de aquel extraño lugar.
-Hazle creer que estás sola, Van. Después intervendremos- asentí.
-¡Ilhia!- grité.
-Vanea...- apareció sonriente.- No esperaba contar con tan agradable visita esta noche- ironizó sarcástica.
-Hmm... Pues aquí me tienes- sonreí.
-¿Cómo está Elloy?- la miré mal.- Supe lo de su pelea con Loahn- maldita bruja.
-Si. Demasiado injusta- me encogí de hombros.- Que lastima que Loahn ya no esté para el segundo round- ahora me miró mal.
-¿Mataste a Loahn?
-Si. Fue... Fácil. Un tipo temperamental con poca experiencia con una espada- dije en tono despreocupado.
-No puedo creer que lo hayas matado.
-¿Te duele?- bufó.- Dime una cosa, Ilhia... ¿Te fue fácil engañar a Loahn?
-¿Fácil? Más que eso, querida. Ese chico quería lo mismo que yo- fruncí el ceño.- Venganza.
-¿Ah sí?- reí.- ¿De qué?
-De Elloy- estaba confundida.- Loahn quería el amor de una chica... Alerim- más extraño no podía ser.
-¿Y?
-Ella no correspondió sus sentimientos por más de una noche. Así que, quería matar al chico afortunado de su amor.
-Pensé que Alerim gustaba de Darío- estaba más confundida.
-Es diferente sentir amor a sentir atracción, Vanea- asentí.
-No entiendo porque complican todo.
-Así es la gente.
-¿Y tú? ¿Qué tanto haces en esta montaña con todo eso?- señalé un par de botellas de distintos colores y brillos.
-Oh, eso. Nada importante, linda- arquee una ceja.
-No soy tonta, Ilhia. Lo volveré a preguntar y quiero la verdad. ¿Para qué es todo esto?
-¿¡Qué no lo entiendes!?- gritó riendo.- Voy a acabar contigo, con el Rey y todo el maldito Reino de Treneville.
-¡Ahora!- gritó alguien.
Los soldados agarraron a Ilhia.
-Vaya, vaya. Miren quien tenemos aquí, al encantador Rey Javier- hizo una reverencia burlona.
-Buenas noches, bruja- le respondió de la misma manera.
-¿A qué se debe el honor de tu visita?
-Hmm... Bueno, iré al grano- se acercó a ella.- Con la autoridad conferida por mi padre, El Rey Santiago, yo te condeno a la guillotina por alterar la paz del pueblo y cometer actos de magia negra- dijo autoritario.
*****
Después de todo el numerito que armó Ilhia sobre qué se vengaría de nosotros y blah... Blah... Blah... Miles de otras amenazas; le cortaron la cabeza.
-¿En qué tanto piensas?- me preguntó Elloy sacándome de mi ensoñación.
-Nada- me miró.- Nada, ¿sí? Nada de importancia, estoy bien.
-Más te vale decirme la verdad- lo fulminé con la mirada.
-Elloy, preocúpate por sanarte de esto y después hablamos de lo demás- asintió.
-Creí que moriría- murmuró.- Pero, para mí suerte siempre estás ahí- sonreí.
-Si, tienes suerte.
-Tuve suerte de conocerte- reí.- Jamás creí encontrar una chica igual a ti- puse mi mano en su mejilla.
-Yo tampoco creí encontrar a alguien como tú- me sonrió. Le di un beso en la frente.- Tengo que irme- asintió.
¡Mucha acción por hoy!
Y aún no tengo el valor de besarlo... Tanto tiempo, tantas cosas y aún... No puedo darle un simple beso al chico que me vuelve loca.
¡Woah! Antes que nada, quiero agradecerles porque en esta semana, subió el número de lectores. ¡Gracias!
Y como ya saben, este es el penúltimo capítulo de esta historia.
Así que, si tienen dudas o preguntas pueden hacérmelas saber en los comentarios o si lo prefieren, en privado.
ESTÁS LEYENDO
Una heroína para el corazón
FantasyEn el Reino de Treneville, el rey y sus colaboradores decidieron que era conveniente nombrar un defensor de los derechos y libertad de su pueblo y de los reinos vecinos; así que nombró uno muy en particular. Que tendrá aventuras a lo largo de esta h...