EN CURSO.
Lidia Camden es una de las mejores profesoras de literatura y matemáticas en una prestigiosa universidad en Londres, Elizabeth es una de las mejores bailarinas que ha ganado dos veces la medalla de oro en la competencia de baile contemporá...
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Narrador:
Después de un día tan lleno de actividades, Josh, Michel y Elizabeth salieron de la universidad hoy había sido su último día de estudio, así que en lugar de irse a casa para seguir estudiando, ya que los exámenes comenzarían al día siguiente decidieron irse a un antro, con la excusa de que el que estudia es porque duda de sus conocimientos.
Llegaron en el auto de Josh al departamento de Lidia para recoger a los gemelos, la señora Dana, ya había otorgado su permiso así que cuando salieron, los cinco jóvenes fueron al antro. A Elizabeth le habían caído muy bien los gemelos Camden pero no sabría si a Josh y a Michel les caerían bien ya que en su perspectiva sentía que tenían personalidades muy distintas incluso, ella se sorprendía mucho de qué Michel y Josh se llevarán bien ya que nunca fue así.
Cuando llegaron al antro y salieron del auto entraron al lugar, inmediatamente el olor a cigarrillo y alcohol inundó sus fosas nasales. Los cinco llegaron a una barra y comenzaron a pedir bebidas para ellos. Elizabeth odiaba la cerveza así que tomó whisky, Michel y Josh tomaron vodka, mientras que los gemelos optaron por un tequila.
El ambiente era agradable, todos la pasaban muy bien, Michel fue a la pista de baile, sorprendiendo a más de uno con sus pasos, y claro Elizabeth sabía que su mejor amigo era un excelente bailarín no por nada iría con ella a aquella competencia, pero el bailarín no se había percatado de que uno de los gemelos lo miraba mucho, sorprendido por su gran habilidad. Josh por otra parte se encontraba conversando con otro gemelo, Elizabeth estaba mirando la pista de baile, rió cuando su mejor amigo invitó a bailar a uno de sus cuñados y este era pésimo bailando.
—Veo que no te diviertes mucho, hermosa —la voz de un joven la sacó de sus pensamientos.
Ay por el amor a cualquier dios que me escuche porque siempre hombres y porque a mí
Elizabeth pensó de manera cansada, dejó su bebida aún lado y miró al chico.
—Primero que nada, mi nombre es Elizabeth segundo, no me llames así solo mi novia lo hace —respondió de manera tajante y poco amable.
—Tranquila ojitos bonitos, disculpa a mi amigo, a veces puede ser algo imprudente… —Una chica de cabello castaño y ojos avellana llegó al rescate de su amigo.
—mi nombre es Alana Herrera, mi amigo descortés es Alejandro Lombardi, nuestros demás compañeros están esparcidos por este antro —
La chica habló pero a Elizabeth no le importaba en lo absoluto quienes fueran ellos, solo quería tranquilidad antes de los exámenes.
— En realidad no me interesa quienes sean solo quiero que me dejen tranquila por favor —
—Está bien tranquila, eso haremos… te dejaremos tranquila —Alana no quería tener problemas y más porque ellos ni siquiera eran de la ciudad eran de otro lugar del mundo.
