Capítulo 2: "Tomamos el taxi del eterno tormento."

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Magnus nos esperaba en un callejón de la calle Church. Tiró de Tyson y de mí justo cuando pasaba aullando el camión de los bomberos en dirección a la Escuela Meriwether. Yo miré esos ojos grises con nostalgia, y todo por verlo mirarme con su habitual mirada de regaño. Una mirada que me decía sin decirme que había metido la pata.

Y todo el mundo parece pensar que no lo notaba, y todo el mundo quiere pensar que me daba igual, pero pese a irritarme un poco esa mirada, me hacía feliz. Tal vez porque había pasado mucho tiempo sin verlo. Sí, debía ser por eso.

--- ¿Dónde lo encontraste?. --- preguntó, señalando a Tyson.

Y mi felicidad se esfumó.

El verano anterior habíamos acabado haciendo las paces, pese a que su madre fuese Atenea y no se lleva demasiado bien con mi padre. Y yo lo había echado de menos bastante más de lo que estaba dispuesta a reconocer.

Pero en aquel momento acababa de atacarme un grupo de gigantes caníbales; Tyson me había salvado la vida tres o cuatro veces, y todo lo que se le ocurría a Magnus era mirarlo con fiereza, como si él fuese el problema.

--- Es amigo mío. --- le dije.

--- ¿Es un sin techo?.

--- ¿Qué tiene eso que ver? Puede oírte,¿sabes? ¿Por qué no se lo preguntas a él?.

Él pareció sorprendido: --- ¿Sabe hablar?

--- Hablo --- reconoció Tyson --- . Vivo con Andy. Andy es preciosa.

--- ¡Puaj! ¡Asqueroso!. --- exclamó apartándose de él.

No podía creer que se comportara de un modo tan grosero. Le miré las manos a Tyson, esperando ver un montón de quemaduras a causa de aquellas bolas ardientes, pero no, las tenía en perfecto estado: con cicatrices. Pero ése era su aspecto habitual. Él no sólo estaba vivo, estaba en perfecto estado. Y el día había sido largo, pero estaba segura de que estaba viendo correctamente.

--- Tyson --- dije con incredulidad --- . No tienes las manos quemadas.

--- Claro que no --- dijo Magnus entre dientes --- . Me sorprende que los lestrigones hayan tenido las agallas de atacarte estando con él. --- gruñó. Pero Tyson parecía fascinado por su pelo rubio. Intentó tocarlo, pero él le apartó la mano con brusquedad.

--- Magnus --- dije --- , ¿de qué estás hablando? ¿Lestri... qué?.

--- Lestrigones. Esos monstruos del gimnasio. Son una raza de gigantes caníbales que vive en el extremo norte más remoto. Odiseo se tropezó una vez con ellos, pero yo nunca los había visto bajar tan al sur como para llegar a New York...

--- Lestri... Lo que sea, no consigo decirlo. ¿No tienen algún nombre más normal?.

Él reflexionó un momento: --- Canadienses --- decidió por fin --- . Y ahora, vamos. Tenemos que salir de aquí.

--- La policía debe de estar buscándome.

--- Ése es el menor de nuestros problemas --- dijo --- . ¿Has tenido sueños últimamente?.

--- Sueños... ¿sobre Grover?.

Su cara palideció y murmuró: --- ¿Grover? No. ¿Qué pasa con Grover?.

Le conté mi pesadilla y luego agregué: --- ¿Por qué me lo preguntas? ¿Sobre qué has soñado tú?.

La expresión de sus ojos era sombría y turbulenta, como si tuviera la mente a cien mil kilómetros por hora. Lo cual no era una sorpresa. Magnus era bastante listo y su mente maquinaba más rápido que una mente promedio.

Andy Jackson y El Mar de Los MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora