La Profecía del Remolino || Sasuke Uchiha.|1|

023; Mi misericordia.

Capitulo 23

Titulo—Mi misericordia.

~Ten una gloriosa victoria.

Se lo que esperan de mí–les haré ver lo que quieren–, me digo a mi misma, sintiendo como sellaban mis ojos con una venda de tela suave. Todo se torno oscuro, bajo concentración logre visualizar el chakra de los presentes, desde su núcleo hasta su circulación.

—Así te será más fácil luchar contra la Hyuga—mencionó Koharu ajustando la venda—. Recuerda, derrota a tu oponente de manera aplastante, Akane.

—...Esta bien, señora Koharu.

—Algún día toda tu gentileza deberá acabar—comento tomando distancia—. Y hoy es un buen día para que llegue a su fin.

—Mi misericordia no es para todos—digo avanzando por el pasillo oscuro, la suelas de mis zapatos resonaban con cada firme paso que daba—, se cuando, y con quien acabar con mi gentileza.

—Que así sea, y así se mantenga—añadió con serenidad—, felicidades por adelantado, princesa.

Escuche su voz como un eco, la luminosidad del día atravesó la fina tela que mantenía oculto mis ojos, y junto con la luz, hicieron presencia los frenéticos gritos de la multitud, entre alabanzas y aplausos, seguí avanzando con rosas aterrizando en mis pies.

—¡Los exámenes Chūnin darán inicio teniendo como primer combate el de nuestra estimada princesa!—grito el sensor logrando hacer más intensos los gritos de la multitud presente—, ¡nunca es tarde para recordar a nuestro héroe, el Gran Cuarto Hokage, que si bien partió, nos dejó a su amada primogénita, quien hoy luchará por convertirse en Chūnin, como cada promesa hoy aquí presente!

—Es un honor, Akane-sama—se escuchó la voz de quien sería mi oponente, la joven Hyuga que se encontraba ante mi—.

—Eres mucho mayor que yo—digo con calma, manteniendo mi postura recta—, tienes demasiada experiencia.

—Así es.

—No obstante, por favor—estire mi mano en su dirección—, muestra todo lo que tienes en esta batalla.

...

Urara Hyuga, una joven que repitió este examen más de cuatro veces–muéstrame todo lo que tienes–, fue lo que le pedí. Sabiendo perfectamente cual sería el resultado de la batalla.

Sus puños suaves fueron inútiles ante la agilidad de mis precisos movimientos que esquivaban sus palmas. Entre piruetas, y giros en el aire fui golpeando sus diferentes  puntos de chakra, teniendo como objetivo lesionar su sistema circulatorio de chakra.

Si bien no causaba un daño interno tan grande como el que podía causar la técnica de "puños suaves" de los Hyuga, era capaz de lograr incapacitar a mis oponentes, con una técnica similar–derrota a tu oponente de manera aplastante–, les doy lo que quieren, ¿que podría ser más aplastante que ser derrotado por una técnica similar a la tuya, que en realidad no tiene el mismo daño mortal? Exacto, nada.