La Profecía del Remolino || Sasuke Uchiha.|1|

027; Sensaciones.

Capitulo 27

Título—Sensaciones.

La brisa sacudía mis cabellos, provocando cosquilleo en mi rostro. Los rayos del sol me impedían abrir del todo los ojos, fue al bajar la mirada que visualice los distintos platos hechos por el Uchiha.

—Veo que el yogurt de fresas fue de su agrado—mencionó observando cuan vacío había dejado el recipiente—.

—Me encanto—lo corrigí llevando la última cucharada del postre a mi boca, mis ojos sonrieron al degustar lo preparado por Sasuke, con quien había compartido los últimos tres días de descanso—.

—Cualquiera pensaría que la princesa esta más contenta por el postre, que por el hecho de que se convirtió en chūnin—hablo tomando con sus palillos un trozo de tomate de su plato—.

—Lo estoy—afirmé, provocando la sorpresa del Uchiha, quien torpemente aflojo el agarre de sus palillos haciéndolos caer—.

—...Luego de tantas perdidas, esa noticia alegro a la aldea—cambio de tema con una ligera rojez en sus mejillas—. Incluso sin que este presente ellos festejan.

Dejando el tazón vacio a un lado, relaje mi postura y eleve mi rostro para observar el cielo con dificultad; el propósito de aprobar, fue satisfacer las expectativas puestas en mi. Y lo logré, no de la manera esperada. Pero lo inesperado, no siempre es malo.

—Su regocijo es mi paz—pronuncie sosegada, cerrando los ojos—.

—...Me sorprendió cuando me visito—comento el Uchiha con suavidad—.

—Bueno...—sonreí ligeramente, girando un poco mi rostro a la vez que abría mis ojos, mi mirada alegre se posó en él, quien me observaba con ilusión—. Es que me he acostumbrado a tu compañía.

—Jamas imagine que la princesa tendría un lado rebelde—con una relajada sonrisa, el prosiguió a juntar los utensilios utilizados, para comenzar a guardar—. Como para fugarse durante tres días con un simple compañero de equipo.

Reí con dulzura, acomodando mi postura para ayudarlo a guardar—. Sasuke-kun no es un simple compañero.

—...¿No?—indago, frenando en seco sus movimientos ante mis palabras—.

—Nos une algo muy especial—digo trayendo de regreso memorias de nuestro primer día como un equipo—. Ambos tenemos una responsabilidad similar.

Restablecer nuestros clanes.

—Quizás nuestros métodos sean diferentes—añado guardando las comidas sobrantes en la cesta con cuidado—, pero el fin es el mismo, ¿no? Restablecer el honor de los que no están con nosotros.

—...

—Me pregunto porque nadie ve la nobleza de tu corazón—cerrando los ojos, pose mis manos con delicadeza sobre mí regazo—, llevar a cabo ese propósito requiere de mucha determinación y...valentía.