2. Pensamientos antinaturales.

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Evan.

Termino de abotonar mi camisa y le doy una mirada a la mujer sobre mi cama pidiendo silenciosamente que se vaya.

─¿Cuando le dirás? ─pregunta sonriente.

Giro a verla confundido por su pregunta y entonces me mira con reproche.

─Planeas decirle a Natalia que estamos juntos, ¿no? ─cuestiona mirándome mal.

─Se llama Natalie y no, no planeo decirle eso porque no es cierto ─inquiero levantando su ropa del suelo y arrojándola sobre la cama, a su lado─. Tu y yo tenemos un acuerdo físico y se ha terminado.

─¿Me estás terminando? ─pregunta levantándose hasta posarse frente a mi.

─No porque nunca estuvimos en una relación, estoy terminando un acuerdo verbal, ahora largo que ya va a llegar.

─Me siento como una puta cuando es tu hija de la que hablamos ─suelta molesta, vistiéndose.

La palabra hija hace que mi corazón se acelere, nunca me había aturdido que alguien llamase a Natalie mi hija pero desde hace días he estado teniendo pensamientos extraños
sobre ella. Asustado busqué ayuda de una psicóloga, Aurora, sin embargo ella es tan inútil como Iris.

─Iris ─la llamo, avanza a mí con la esperanza rondando en su mirar─, no olvides tu bolso.

Ella toma el bolso furiosa y sale golpeando la puerta fuertemente, loca. Abotono mis pantalones y salgo descalzo, bajaré a preparar algo para cenar. Antes de poder continuar con mi camino veo a Natalie subiendo las escaleras con la mirada pérdida y los dedos temblorosos.

─¿Que ocurre? ─pregunto acercándome a ella, preocupado.

─La mujer... ─tartamudea─ iba sin ropa...

«Mierda»

Maldita mujer, así no me convencerá de llamarla.

─Pequeña...

─No ─niega─, ahora no.

─Dime que pasa.

─Nada, olvídalo y descansa.

Entra en su habitación y cierra lentamente, sin dramas ni nada.

«Mierda»

No era mi intención que la viera pero sucedió y ahora he roto la norma de "No chicas en casa", siempre fue algo importante para ambos y jamás la había roto hasta hoy por que no quería ser visto en algún hotel. La empresa está a punto de firmar un contrato multimillonario y no puedo dejar que se vaya a la mierda por un mujer. 

Regreso a mi habitación arrepintiéndome nuevamente por mi decisión al oler el perfume de Iris por todos lados, es demasiado intenso y hostigoso. Quito las sábanas y las envío directamente a una bolsa para la basura, no volveré a dormir en ellas. 

«Es asqueroso»

Cuando por fin concilio el sueño Natalie aparece demostrando nuevamente lo mal que estoy, todo es culpa de ese día. No debí verla. No debí desearla.

Cuando despierto la mañana es fría por lo que decido salir a correr antes de preparar el desayuno pero al llegar a las escaleras me encuentro con Natalie sentada en el primer escalón, sonrío pero antes de poder hablarle ella se levanta. Justo en ese momento su audífono se cae causando que ella se agache dándome una vista de su trasero cubierto con una minifalda de deporte, puedo ver el pequeño encaje negro de sus bragas debajo de la falda turquesa que lleva. Mi corazón se acelera y retrocedo automáticamente, ella se levanta poniéndose de nuevo el audífono y comienza a trotar hasta la puerta mientras yo me mantengo allí hasta que el estruendo de ésta resuena por nuestro hogar asegurándome que ella se ha ido y que yo volveré a mi habitación a tomar una ducha de agua fría.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora