11. Es mía.

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Evan.

Mis ojos se abren lentamente temiendo la realidad no obstante la falta de calor a mi lado hace que me levante inmediatamente. Antes de que pueda llamar a Natalie ella sale del baño con una toalla enrollada alrededor de su cuerpo y otra sobre su cabeza evitando que su cabello mojado gotee en el suelo.

Sus ojos van a mi provocando que sus mejillas se sonrojen al instante, avergonzada.

─Pensé que aún no despertarías así que pensé en ir a la piscina... ─dice nerviosamente.

─¿Te acompaño? ─pregunto mirando fijamente sus ojos privándome de su delicioso cuerpo.

─Bien...

Se gira de espaldas a mí buscando en su maleta, de momento se agacha y su trasero queda al descubierto, solo un poco. Mi miembro se alza antes de poder quitar la mirada ya que no trae bragas así que se puede ver todo al natural.

Está depilada.

¿Porque?

No podría preguntarle aunque quisiera por qué eso querría decir que la estoy viendo y sí es cierto pero la vergüenza me atacaría. Se levanta con un bañador demasiado pequeño y se quita la toalla aún conmigo detrás.

─Natalie, deberías cambiarte en el baño...

─¿Te molesta...? ─susurra agachando la cabeza.

Para nada.

«Solo me entran ganas de agarrarla y follarla con dureza contra el colchón»

La idea me pone cachondo de inmediato así que me paso la mano por el rostro frustrado.

─No pero no es correcto que...

─Ya nos hemos visto antes, tu me cambiabas cuando mamá murió...

Vaya.

Nunca habla de su madre.

─No es lo mismo, estabas muy pequeña...

─¿Cuál es la diferencia? ─pregunta poniéndose la parte inferior de su bañador.

─Has cambiado mucho... ─suspiro.

─¿Para mal? ─pregunta volteándose de frente a mí.

Mierda.

Sus perfectos senos están frente a mí, aureolas rosadas perfectamente dibujadas alrededor de sus pezones, están perfectamente proporcionadas con una copa C definitivamente.

Carajo.

Su pequeña cintura.

─¡Joder! ─me giro sonrojado y excitado─. ¡Tapate!

Ella se mueve de un lado a otro y luego vuelve a mí lado en la cama vestida con la parte de arriba a medio poner y un vestido totalmente transparente encima.

─Dime que no irás así ─suelto con una mirada penetrante.

─¿Que hay de malo? ─cuestiona mirándose.

─Estás demasiado expuesta... ─resoplo molesto─ todos te verán, Natalie. Te comerán viva con los ojos.

Ella sonríe divertida y se levanta dando una vuelta sobre su eje.

─Al menos ya tienen que mirar.

Me levanto molesto y miro su sostén con algunos hilos sueltos.

─¡Ni siquiera está bien puesto tu bañador!

─¡Sí! Pero no me alcanzo ─suelta haciéndome frente.

La visión de ella enojándose es tan sexy que mis pantalones se sienten más apretados así que intentando pensar en otra cosa la tomo de los hombros y la volteo. Ella jadea por la brusquedad y yo solo trago grueso levantando su vestido para tener acceso a su sostén y ponerlo como se debe. Me explica cómo va y segundos más tarde ya está, una X se marca con las cuerdas en su espalda, se ve tan sexy.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora