19. OBLIVION

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Evan.

Recuerdo que cuando era joven tomé algunas malas decisiones pero conocí a personas por las cuales sé que haría todo igual.

Cuando conocí a Laika ella estaba en un momento muy difícil, su relación había terminado y fuimos amigos durante un tiempo pero cuando me presentó a Alek supe que eran el uno para el otro aunque tenía una idea sobre la reputación de él.

Era un mujeriego de primera pero muy pocos sabían las personas con las que él se rodeaba por qué era demasiado precavido, trabajaba en algo turbio y lo sabía así que me la pasaba mucho tiempo con ambos hasta que la confianza creció y me terminaron por contar sobre su trabajo.

Eran mafiosos.

Aunque me contaron muchas cosas jamás me llevaron ante el hermano de Laika porque sabían que era peligroso en ese momento, ¿quien diría que caería por una pelirroja?

Ahora los veo y solo puedo sentir un enorme cariño hacia ambos, éramos muy felices en Italia hasta que yo tuve que volver a casa pero fueron recompensados con una hermosa hija.

─¿Recuerdas la primera vez que veniste aquí? ─pregunta Laika desde la pista.

Vaya, que si lo recuerdo.

Estaba demasiado ebrio pero no se me olvidará jamás.

─¡Cómo olvidarlo!

Reímos disfrutando el reencuentro sin embargo Natalie está incómoda así que la tomo entre mis brazos, había estado bailando lo más distante de mí que pudiera pero aún así su rostro desbordaba molestia e incomodidad.

─¿Que haces? ─pregunta mirando a todos lados.

─No tienes que revisar que alguien nos vea, no me importa ─digo rindiéndome.

─No me vengas con estupideces ahora Evan ─suelta golpeando mis brazos para que la deje ir pero la sujeto con más fuerza causando lo que esperaba, jadea.

─¿Que pasa, nena? ─susurro acercándome a ella.

─No quiero que me toques ─dice con odio.

─¿Porque?

─Me usaste, Evan...

─¿De que hablas?

No entiendo a qué se refiere, me mira buscando verdad en mis ojos pero entonces recuerdo lo que sucedió esa noche.

─Estaba muy molesto contigo ─la vergüenza me toma y me alejo de ella─, quería que sintieras la misma furia que yo.

─¿Porque es diferente ahora? ¿Porque me tratas bien?

─No se a que te refieres...

─Ese día, el viaje en donde nos acostamos por primera vez ─explica─, estábamos lejos y ahora es lo mismo con Boston ¿es que no quieres que te vean conmigo?

─¿Que? ─nunca me avergonzaría de ella─. Nada de eso, solo no quiero que la gente hable de ti.

─¿De mí?

─Si, pueden decir lo que quieran de mí pero tu ─suspiro mirando su rostro, es hermosa─, tu eres perfecta y nadie tendría que juzgarte solo por que estés conmigo...

─¡Quiero estar contigo! ─grita, una lágrima resbala por su mejilla y la limpia de inmediato.

La tomo en brazos sin más remedio adueñándome de sus labios, me rodea con todo su cuerpo mientras la espuma nos cubre cada vez más.

La beso con intensidad, con furia y con deseo. La quiero como nunca he querido a alguien, la deseo con tanta fuerza que me consume, no puedo sacarla de mi cabeza por más que lo intente, es parte de mí.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora