Natalie.
La mañana llega calurosa haciéndome sudar, con molestia me remuevo sobre la cama sintiendo cierto dolor entre las piernas. Sonrío al recordar todo lo que sucedió anoche, tengo todo pegajoso por el desastre de anoche pero no me arrepiento de nada.
Me giro por completo y juro que tengo la mejor vista de todo el mundo, Evan se encuentra a mi lado sumido en un sueño profundo, sus labios están ligeramente abiertos y sus mejillas sonrojadas por el calor a nuestro alrededor. Sus respiraciones son constantes sin embargo cuando paso mis dedos por su abdomen noto su miembro levantarse un poco, responde a mí y eso hace que me humedezca. Dejo un beso delicado sobre su pecho y me acomodo más cómodamente a su lado, paso mi brazo sobre él y enrollo mi pierna en medio de las suyas disfrutando la sensación de estar así.
«No hay nada mejor»
Lo siento moverse pero me quedo en mi sitio sonriendo al notar sus dos brazos uniéndose, me está abrazando por completo. Levanto la cabeza dirigiendo mi mirada a la suya, está adormilado pero sin duda tiene la cara más hermosa que he visto jamás. La línea de su mandíbula cubierta por una ligera sombra, estaba comenzando a tener vello sin embargo eso solo lo hizo más atractivo para mí. Sus grandes brazos producto de tanto tiempo ejercitándose al igual que su abdomen perfectamente marcado.
─Buenos días ─susurra mirando mis ojos.
─Buenos días...
No puedo evitar estar fascinada por este hombre, no solo es el mejor cocinero, es el más atento y más sexy que conozco. Su fuerza me hace sentir segura pero también me excita, saber lo que se siente estar en la cama con él solo hace que quiera más. Fácilmente se puede convertir en mi obsesión.
─¿Siempre se siente así? ─pregunto acerca de anoche.
─No, nena...
Nena...
Así me llamó anoche más de una vez, el recuerdo de como se sentía oírlo mientras se movía dentro de mí hace que me mueva queriendo sentirlo más cerca, queriendo recordar esa sensación.
─¿Que haces, pequeña? ─pregunta divertido.
─Quiero más...
Me mira sorprendido pero rápidamente sonríe poniéndome contra el colchón, mis ojos no se despegan de él y mis manos no paran de acariciarlo por todos lados, anoche no pude ver la gran cosa debido a la oscuridad y lo mucho que deseaba que lo hiciéramos así que ahora me doy el lujo de ver todo con detalle.
Una cicatriz se marca en su abdomen, seguro debió doler pero ahora no preguntaré.
Bajo lentamente disfrutando la vista, cuánto más bajo más bueno se pone. No trae ropa así que su miembro se puede ver duro, no a tardado mucho en despertar.
Me río sutilmente provocando que me mire confuso.
─¿Que te da tanta risa, cariño?
Cariño.
Mi corazón salta emocionado ante el apodo.
─Pensé que los hombres grandes ya no tenían tanto aguante ─digo molestando.
─Ey.
Pasa sus manos rápidamente por mis costillas con la mirada traviesa y lo comprendo cuando las risas llegan, me hace cosquillas sin parar.
─¡Detente! ─apenas puedo hablar en medio de las risas.
El continúa divertido mientras lágrimas comienzan a salir de mis ojos y cuando siento que ya no puedo más se detiene.
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Mi adorable padrastro ✓
Roman d'amourNatalie es una chica que quiere entrar a la Universidad soñada sin embargo un día decide llegar temprano a casa encontrándose con su padrastro en una situación que hace a su corazón latir desenfrenado.... Ese día lo cambiará todo pero ¿también sus m...