4. Es mi hija.

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Evan.

Jamás me había arrepentido por hacer algo tanto como ahora, no pude contenerme, no pude contra la tentación.

Jamás debí tocarla.

Jamás debí corromperla.

Me detengo en el ascensor y presiono el piso a dónde iré, poco después la misma secretaria de siempre me recibe aunque a diferencia de siempre ahora parece avergonzada incluso sonrojada.

─Señor Smith, lo recibirán en cinco minutos ─dice sin más.

─Bien.

Me siento en la sala de espera y poco después una pareja sale de la oficina a mi derecha, la mujer es mayor mientras que el hombre es apenas un veinteañero.

─Hasta luego señorita Smith, nos vemos la semana que viene.

Mi hermana sonríe abiertamente y se despide cortésmente. Me mira y su sonrisa se borra en el acto, se hace a un lado invitándome a pasar y no dudo levantándome. Una vez dentro cierra la puerta y me mira con preocupación.

─¿Que paso? ─pregunta, seguro mi rostro demuestra mi estado.

─He cometido un pecado.

─No me vengas con eso Evan...

─Aurora, se salió de control.

─¿Que paso?

─Es que estábamos... ─las lágrimas se asoman y con ellas la culpa que me carcome─... la he corrompido... la he cagado...

─Evan, tranquilízate y cuéntame que ha sucedido.

─Estábamos en la casa y ella entró a mi habitación diciéndome que quería hablar contigo pero yo estaba preparándome para dormir así que no llevaba camisa y ella estaba vestida con el puto uniforme.

─Evan...

─No nos hemos besado pero...

─Eso es bueno, los pensamientos siempre...

─Lleve a cabo mis pensamientos.

─¿Que hiciste?

─La toqué ─admito con vergüenza─. La toqué de una manera en que un padre no tiene que tocar a su hija.

─Ella no es tu hija.

─¡Carajo! Aurora, tu tendrías que decirme más que nadie que está mal...

─Evan, tienes 30 años. Te casaste muy joven con una mujer que decía amarte, no está mal que sientas...

─Es mi hija.

─No lo es, es la hija de la mujer con la que pasaste sus últimos días. Una mujer a la que hiciste feliz antes de morir.

─Yo amaba a Celeste.

─No, tu amabas la idea de ayudarla y por ello te casaste con ella aún sabiendo que ella moriría en pocos meses.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora