23. Es mi pareja.

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Natalie.

La noche fue larga, hubo muchas emociones implicadas pero finalmente fue espectacular. Escuchar a Evan darme un título, un lugar a su lado, fue más gratificante de lo que pensaba así que cuando me desperté estaba de muy buen humor.

La falta de calor a mi lado me hace darme vuelta pero rápidamente encuentro a Evan sentado frente a su computadora, está trabajando.

Recuerdo el espectáculo que hice durante esa videollamada ante él, en el momento supuse que era una mala idea pero decidí hacerlo por qué era excitante verlo ahí en su modo empresario mientras yo me daba placer frente a él. No me defraudó cuando vino a mí pero lo que me hizo arder de verdad fue la declaración que dio.

«Solo yo puedo darte placer, ni tus dedos y mucho menos un puto juguete»

Me pongo caliente solo de recordarlo.

Tomo asiento en la orilla de la cama atrayendo la atención de Evan pero antes de que diga algo una melodía resuena desde el buró. Me dirijo hacia allí y tomo la llamada angustiada al ver el nombre en pantalla.

─Tía...

─Natalie, ¿Evan y tu vuelven a estar juntos? ─pregunta directamente, seria.

─¿Porque lo dices? ─susurro dándome la vuelta para que Evan no me escuche.

─Resulta que Caitlin acaba de llegar al consultorio con los ojos hinchados y después de preguntarle me ha confesado que Evan y ella salían juntos ─cuenta a detalle con preocupación─. Natalie, ella dice que vio a Evan con una jovencita y sabes lo mucho que afectará los negocios de mi hermano un rumor de esa índole...

─Lo sé pero ella...

─Natalie, no quiero asustarte solamente te advierto lo que sucederá cuando todos se enteren. Si quieren estar juntos tendrán que afrontar la opinión pública y lo sabes, ¿no?

─Ella no le diría a la prensa ─suelto con la mandíbula tensa.

─Una mujer despechada es peligrosa ─espeta cortando la llamada.

Mierda.

¿Porque no pensé en las consecuencias antes de abrir la boca?

Bueno, el también dijo que soy su mujer entonces tal vez esté de mi lado cuando se lo cuente. También existe la posibilidad de que se preocupe por la empresa y me deje, mierda.

«Menudo lío»

─¿Que pasa, nena? ─escucho a Evan levantarse de su lugar.

Me giro hacia el sonriendo, queda descartada la idea de contarle sobre la pelinegra al menos por ahora. 

─Nada, cariño ─digo dejando un beso sobre sus labios─. Acabo de recordar que mi abuela me llamó ayer por la tarde.

─Ah sí, su cumpleaños numero setenta y cinco es esta semana.

─Dijo que ya habías aceptado la invitación...

─No, claro que no. Solo de pensar en Janeth se me ponen los nervios de punta ─susurra con un estremecimiento como si la idea de verdad fuese repulsiva. 

La tía Janeth era realmente descarada en cuanto un hombre guapo se posaba frente a ella, es la solterona de la familia. Tiene dos gatos a los que llama hijos y, aunque es atractiva, jamás ha tenido una relación seria. Los hombres le huyen como si fuera la peste y ahora que he crecido comprendo.

─No tuve mas remedio que aceptar...

─¿Quieres ir? 

─La verdad es que no me apetece ver como mis tías te tiran los tejos frente a mí pero es mi familia y no los hemos visto en un largo tiempo.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora