24. Dulce familia.

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Natalie.

Cuando la mañana llega mi cabeza está hecha un lío, anoche ni siquiera hablé con Evan y hoy nos iremos de vuelta a Manhattan.

Mierda.

Maldita sea, con la calentura no pensé.

Me levanto de la cama mirando mi celular pero entonces noto la fecha y caigo en cuenta. Miro las sábanas con terror pero nada, mi regla tiene que llegar estos días pero aún no. Aliviada voy a la ducha, hubiera pasado una buena vergüenza si estuvieran manchadas.

Me doy un baño rápidamente hizo algo con la ropa interior ya puesta, sí Evan Está despierto quiero que hablemos y sé que sí estoy desnuda no lo haremos.

─Nena...

─¿De dónde conoces a Guilio? ─pregunto mientras me visto rápidamente.

─Es la expareja de Aurora ─susurra tenso.

Vaya, eso no lo esperaba.

─¿Porque no me lo contaste?

─Por que Aurora nunca quiere hablar del tema, quería saber primero que es lo que había hecho.

─¿Que había hecho? ¿Crees que le hizo algo a la tía Aurora?

─Sé que le hizo algo, cuando terminaron ella se fue del país, nena...

─Ella se fue para estudiar.

─Sí, pero ella misma me ha dicho en varias ocasiones que Guilio no es un buen hombre.

─Vale, eso lo imaginé pero...

Se levanta de la cama mostrándome su glorioso cuerpo desnudo, aparto la vista queriendo seguir concentrada y entonces el se acerca preocupado.

─¿Lo imaginaste? ¿Te hizo algo?

─No, Evan ─digo con la voz ronca─, por favor ve a ponerte ropa.

─¿Te molesta? Ya me has visto...

─Evan, ponte ropa por favor ─susurro sin querer volver a mirarlo.

La tensión en su cuerpo desaparece un poco mientras se dirije a su maleta por un pantalón de pijama.

─Deberías ponerte de una vez ropa, nos iremos en un rato ¿no? ─digo mirando su perfecto trasero al descubierto.

─Cierto, nena.

Se quita el pantalón y entonces camina hacia la silla a mi izquierda, ayer dejó ahí sus jeans. Intento no mirarlo pero es que está desnudo y es increíblemente sexy.

─Si me sigues mirando así te voy a follar antes de irnos ─advierte sin mirarme.

De acuerdo, tengo que enfocarme.

─Vamos ─espeto más fuerte de lo que quiero.

Tomo mi maleta y salgo al pasillo respirando profundo mientras pienso en que hacer, no debería estar enojada con él pero me preocupa mucho lo que ha hecho ayer. Si Guilio lo conoce y realmente lo detesta no dudará en hacer añicos la reputación de Evan.

Debo decirle lo que me dijo Aurora.

Evan sale de la habitación vestido con los mismos jeans que usó ayer y una playera de algodón blanca, le queda perfecta.

Mierda. Pese a que no es pegada se puede ver el hermoso cuerpo que tiene, ¿porque tiene que ser tan atractivo?

Aparto la vista nuevamente y entonces el me detiene.

─¿Estamos bien? ─pregunta con delicadeza, preocupado por mi respuesta.

─Sí ─respondo dejando un beso en su mejilla.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora