16. La última vez.

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Natalie.

Me pasé toda la noche pensando en la situación con Evan, al llegar a casa su puerta estaba cerrada y esta mañana se ha ido antes de que yo me despertara, pensé que lo encontraría en la cafetería donde siempre se detiene después de correr pero al llegar me encontré con el lugar prácticamente vacío.

Aunque la camarera fue muy amable conmigo decidirme casi de inmediato, triste.

Por otro lado el café con Dave no fue tan mal, fue muy amable e incluso me llevó a casa. Cuando terminamos de tomar el café me invitó a cenar y no pude resistirme ya que con el examen que acabábamos de presentar me encontraba famélica así que llegué a casa cerca de la media noche.

Las clases transcurrieron como normalmente lo hacen pero todos notaron la cercanía de Dave hacia mí, siempre estaba charlando con sus amigos o viendo su celular y ahora se la pasaba de arriba a abajo conmigo. Tampoco es como que me quejara ya que me sacaba continuas sonrisas pero fue extraño y aún más cuando en la hora del almuerzo se sentó a mi lado. Sus amigos lo llamaron pero al negarse tres veces seguidas ellos vinieron a mi mesa acompañándonos.

Cuando el timbre resuena por toda la escuela todos corren a la salida suspirando, platicando y riendo mientras que yo me mantengo sentada a la espera de la directora.

─¿Que pasó con Evan? ─pregunta Violeta a mi lado.

Ya se había tardado.

─Nada ─evado sonriendo falsamente.

─Vamos, no pensé que me tomaras por tonta ─comenta ofendida─. ¿Que pasó?

─Nada, de verdad no te preocupes...

─Bueno, ¿que pasa con Dave?

Mierda.

«¿Es que tiene no me dejará en paz?»

─Violeta...

─Por dios Natalie, gritas a lo lejos que algo va mal. Si no fuera por qué Dave se la pasa siendo un idiota gracioso a tu lado serías un alma en pena.

─Eso no es cierto...

─Cierto, serías una aguafiestas nada más.

─Violeta...

─Vamos, te conozco mejor que Dave.

─Vale, te diré ─inspecciono el salón y entonces la miro─. Evan y yo tuvimos pues...

─Follaron, ajá ─sonríe interesada.

─Shhh ─la callo temerosa de que alguien escuche, se pasa dos dedos por los labios como cerrando un cierre y sonríe de nuevo─. Pero después me aceptaron en Harvard y pues se lo dije...

─¡Que felicidad! ─exclama y la vuelvo a callar.

─Evan no sabía ir y por ello se molestó pero también le pedí que siguiera adelante cuando me fuera, que encontrara a una mujer que lo hiciera feliz...

─Serás idiota.

─¿Que?

─Pues obviamente estabas terminando con él.

─¡No! Nada de eso.

─Exactamente hiciste eso.

─Yo le dije que cuando me fuera pero ayer se fue todo el día con una pelinegra y cuando llegó me dijo que no se la folló pero no sé...

─Si te dijo que no lo hizo no veo porque no creerle...

─Estoy segura que es la mujer con la que folló cuando estaba en mi cuarto, la que metió a la casa...

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora