• Cambio De Papeles •

242 20 24
                                    

— ¡¡Oh, por favor!! —chilló de forma ligeramente aguda el héroe de espinas cobalto, con tez melocotón y orbes esmeraldas, vistiendo un vestido magenta con botones dorados y cinturón violeta— ¡¡Por favor, salvenme!! —repetía, portando un par de mallas lilas que se alzaban hasta sus muslos, con un par de zapatillas rosadas con vendas violetas, con sus manos enguantadas con brazaletes de oro y vendas moradas atadas superficialmente por una cinta carmesí— ¡¡Auxilio!! —soltó por último, sin poder contener más su risa.

— ¡¡Que no haya temor!! —exclamó la eriza de espinas rosadas caídas, haciendo aparición frente a la habitación, completamente desnuda, con una bufanda avellana rodeando su cuello, vestida únicamente por un par de zapatos rojos con vendas blancas que se ajustaban hasta sus rodillas— ¡¡Aquí, el héroe a llegado!! —proclamó, con un tono de voz ligeramente más grave, adoptando una pose heroica en el proceso.

El ocio era algo sumamente peligroso.

Es entendible que la sospechosa ausencia de Eggman en toda la isla, el nulo conflicto con los residentes de la villa y sus alrededores sumado a la carente sensación de una amenaza latente los había ahogado en un aburrimiento y ligero estrés por la última semana. Sí, eran cosas buenas el no verse odiados o rechazados por el pueblo, era genial no tener a Eggman causando problemas a diestra y siniestra, pero... era extraño, y si había algo que pudieran hacer para no pensar en lo raro que estaba siendo todo últimamente tomarían esa opción costase lo que costase...

Y henos aquí.

— Mi héroe —habló entre risas entrecortadas el chico de azul— ¡¡Sálvame, sálvame!!

— No hay que temer —habló, intentando no sentirse provocada por las risas de su novio, saltando a la cama sobre él—, yo, el magnífico héroe, te salvaré.

— Oye, yo no digo a cada rato que soy el héroe ¿Qué te pasa? —queja el de orbes esmeraldas, alzando una ceja en lo que la ve incrédulo de su actuación.

— Es una hipérbole, yo tampoco me la paso chillando para que me salven, genio —queja, cruzándose de brazos.

— Pues deberías —refunfuña—, si fuera tú no duraría nada con este vestido, siento que me está asfixiando —añade, notablemente enojado.

— Y yo en tu lugar me sentiría mal de andar sin ropa por la vida ¿No sientes ni un poco de frío? —pregunta con un tono serio, cruzándose de brazos.

— Para eso es que uso el pañuelo, además es una costumbre ¡Y ya liberame de ésto! —insiste, agitando sus manos aún atadas.

La joven de espinas rosadas rueda los ojos, sonriendo de forma ladina para acto seguido jalar un extremo del lazo y de esa forma deshacer el nudo.

— ¡El día a sido salvado! —exclama, volviendo a su actuación para imitar a su novio— No tenéis que agradecer, cuando eres un héroe solo haces tu deber —añade, posando ambas manos sobre su cintura, con la frente en alto.

— ¡Mi héroe! —musita, abrazándola con fuerza— Mi guapo, sexy, y atractivo héroe —continúa, perdiendo el tono agudo tras cada palabra, haciéndola reír tras hacerle cosquillas por andar cerca de su cuello.

— ¡Oye! —exclama entre sus risas— ¿Eso me lo dices a mí, o es un halago para ti? —duda, confrontandolo con una sonrisa juguetona.

— ¿Eso importa? —bromea, desajustando rápidamente el vestido que tanto lo estaba molestando, quitandoselo de una vez para tirarlo a un lado, respirando de forma profunda— Mucho mejor —musita, inflando su pecho tanto como podía para acto seguido exhalar el aire, cayendo de espaldas sobre la cama.

— Veo que lo tuyo es estar al natural —comenta, encimandose sobre él para así ir depositando dulces y encantadores besos sobre sus labios y mejillas.

Two Sides ft. Sonamy/Shadamy BoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora