⭑ Prólogo ⭑

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— ¡Estoy tan cansado! —quejó el erizo de espinas azules mientras se tiraba de boca contra el sofá violeta de aquella ancha sala, rebotando momentáneamente entre los cojines mientras proseguía con su dramático dolor.   

— Y que lo digas —siguió con una débil risa la joven eriza de cortas espinas mientras cerraba la puerta de su hogar, avanzando suavemente por el suelo de madera de aquella que era su casa—, Eggman parece no tener límites últimamente... —susurra, bajando sus orejas mientras se abrazaba a sí misma de forma cohibida, avanzando de forma silenciosa hacia el mismo sofá donde el mayor se había lanzado.

— Es verdad —murmura, separando su cara de los cojines para así sentarse rápidamente de mejor forma—, temo que en algún momento se exceda y no podamos hacer nada —comenta, frunciendo el entrecejo ante la sola idea de ver a toda su villa sumergida en llamas bajo el yugo de un tirano que lo único que deseaba era vivir en una sociedad inclinada en adorar y promover su imagen monstruosa y horrida.

— Eso jamás va a pasar —responde, alzando sus orejas mientras esbozaba una tímida risilla—, nosotros siempre estaremos ahí para detenerlo y... en todo caso de que él cruce la línea nosotros también lo haremos —sentencia, tomando asiento a su par mientras posaba una de sus manos sobre el hombro del más alto.

— ¿Aún si va en contra de nuestros ideales? —inquiere con cierta incertidumbre el de orbes esmeraldas, viendo a la más joven con un semblante que solo mostraba preocupación. Realmente no tenía intenciones de dañar irremediablemente a alguien, pero ¿y si no tenía de otra?

— Aún si va en contra de nuestros ideales, lo haremos —afirma con decisión, viéndolo con una determinación pura de reluciente jade—. Si él nos amenaza de vida o muerte se lo devolveremos.

El más joven le sonrió con suavidad, suspirando de forma silenciosa mientras cerraba sus ojos y se recostaba del sofá, pensativo. De igual forma para que aquel evento llegase faltaba mucho, o bueno, eso quería desear, eso quería creer. Sí, aquel hombre malo le había jodido la paz a su vida desde que era un simple niño pero ¿saben? creía que no debía llegar a los extremos, aunque... si el destino así lo ameritaba no le daría de otra más que cumplir.

Su mente se iba despejando mientras observaba las entradas de luz superiores cercanas al techo de la choza, eso hasta escuchar cierto chillido por parte de la joven rosada.

— ¡Ay, Dios! —chilló agudamente la de tez pálida, sobresaltándose de golpe— Sonic, ay, Dios... yo... —titubeaba de forma entrecortada mientras lo observaba con toda atención, poniéndose cada vez más pálida.

— ¿Qué? —alza la ceja, confundido, viéndola de arriba abajo sin entender completamente aquella confusión— ¿Qué pasa? —inquiere, siguiendo la mirada de la más joven hacia su pierna izquierda, sorprendiéndose.

Aquella extremidad se encontraba gravemente herida, presumiendo de forma horrida una herida profunda, abierta y rebosante de sangre por debajo de su rodilla, misma de la cual chorreaban hilos espesos de sangre.
Aquel héroe de espinas azules abrió sus ojos con asombro, conteniendo un gemido de dolor ante la punzada de dolor que le había recorrido el cuerpo entero tras notar aquella herida, en efecto, quizás no debió ver, quizás no debió indagar.

— Cre-Creo que fue uno de los badniks lo que lo causó —murmura insegura mientras se levantaba de su lugar, retrocediendo lentamente para posteriormente darse completamente la vuelta, apartándose de forma rápida hacia otra área de la choza.

— Bien pude ser yo —sugiere, sobandose con nervios los alrededores del área afectada, nervioso de ver aquel intenso color rojizo entre su azul vibrante—, me tropecé más que en otras batallas, Amy...

Two Sides ft. Sonamy/Shadamy BoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora