• Sudoroso y Caliente •

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La noche era perfecta.   

Las estrellas resplandecían idílicamente a las afueras de aquella choza de paredes rosadas y techos de paja entre bases de madera. La brisa era fresca y la cálida luz en el interior de la sala inspiraba un ambiente diferente, casual, romántico.

Mientras el erizo de azul terminaba de jugar una partida en línea con su mejor amigo su novia, la chica de espinas rosadas, se encontraba en el baño, nerviosa.

Un tic nervioso se desataba en su rodilla derecha, subiendo y bajando rápidamente mientras miraba hacia el techo, nerviosa de lo que fuera a ser el resultado de sus diferentes aventuras, de sus diferentes encuentros con aquellos dos hombres tan diferentes.
Tenía miedo de quedar embarazada y afrontar las consecuencias de sus actos ¿Qué haría si el hijo era de Sonic? O peor ¿Qué haría si el hijo era de Shadow? ¿Cómo podría explicárselo a Sonic? ¿Acaso él la entendería? ¿La amaría lo suficiente para aceptarla a él y ese posible hijo con la sangre de Shadow, a ese bastardo?

Miró la prueba de embarazo entre sus manos, notando como en esta se notaba apenas una línea carmesí.
Suspiró de forma aliviada, había dado negativo para un posible embarazo, que milagro ¿No?

Rodeó la prueba en un rollo de papel higiénico, lo tiró a la papelera del baño, se levantó, jaló la cadena del inodoro y lavó sus manos y cara para espabilarse.
Hoy sería una gran noche y no habría nada que pudiera arruinar eso.

La chica de camisa blanca holgada con panties rojas salió del baño, con la frente en alto, más tranquila y cómoda, encaminándose hacia su pareja en el sofá, viéndolo distraído con la tableta de pantalla holográfica, tan ingenuo como siempre.

Se sentó a su lado, rodeando su espalda con su brazo, viendo detenidamente el juego frente a él hasta decidir que sería su trabajo encender ésta noche.
Poco a poco empezó a esparcir pequeños besos sobre su mejilla, descendiendo dulcemente hacia su cuello, llamando su atención con esa última acción. Sonic dejó a un lado la tableta, sin preocuparse por pausar el juego, sonrojado mientras una pequeña sonrisa se asomaba entre sus labios, últimamente su chica parecía exigirle más que antes, algo extraño pero no desagradable, a fin de cuentas ¿Que chico no desearía a una dama que inicie la acción por ellos?

La besó en sus sonrosados labios con sabor a fresa, degustando una vez más ese exquisito manjar escondido en su boca, tomándola por la cintura, teniendo un control completo de su cadera hacia abajo, sintiendo sus suaves y cálidas manos acariciar y pellizcar ligeramente su pecho, comportándose de una forma ligeramente más traviesa que antes.

Entre los profundos y acalorados besos a los que ambos cedían poco a poco, la temperatura fue subiendo, el aire fresco había desaparecido y ahora predominaba el calor que sus cuerpos despedían, cubriendolos en una burbuja hormonal de la que no podían escapar hasta terminar con lo que habían empezado.

El héroe de orbes esmeraldas subió la camisa de la más joven, topándose con sus hermosos senos, sonriéndoles divertidamente antes de empezar a chuparlos de forma suave, apretando sus tetillas con sus labios, repasando la areola con su cálida lengua, ocupando sus manos para sobar su espalda en una clara búsqueda de mantenerla tranquila en todo momento, lograndolo exitosamente, con la rosada aferrándose a él mientras besaba su frente y se encargaba de frotar lentamente su entrepierna con su cadera.

Este momento era solo de ellos.
No había nadie más alrededor para verlos de esta forma tan íntima y eso era lo mejor. La privacidad que daba aquel punto en el bosque era la ideal para vivir sin temor a ser encontrado o en su defecto despojado de un buen momento como éste, la gracia de no poder ser interrumpidos por terceros, desconocidos de su intimidad.

Two Sides ft. Sonamy/Shadamy BoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora