• Ruidoso y Exagerado •

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— Siempre creí que tu casa sería... más rústica —comentó la chica con vestido escotado hecho con terciopelo carmesí que por momentos se difuminaba a negro, con la falda llegando hasta sus rodillas, sin mangas, dejando sus hombros al descubierto. 

— Si hay algo bueno de tener a Eggman pisandote los talones es que puedes pedirle cualquier favor para que te deje en paz —responde con cierto orgullo el de vetas azabaches sentado a su par.

La mansión que el erizo mayor había obtenido en base a un chantaje con Eggman para que lo dejara de molestar era a lo menos agradable.
Poseía altas ventanas de cristal que se elevaban desde la sala hasta el segundo piso, contando con vidrios polarizados para evitar el placer de los chismosos, fabricada con madera firme y de tonalidades sombrías, bien equipada con una cocina moderna y dos habitaciones en el piso de arriba.

La pareja se encontraba sentada sobre el sofá de cuero negro que le daba la espalda al gran ventanal, sirviéndose un par de copas de vino añejo sobre la mesa de cristal en frente, rodeados por el fuego de las velas que el mayor había adquirido para decorar los alrededores con la intención de invocar un ambiente más romántico para su hermosa invitada. A fin de cuentas era la primera vez que tenían una cita sin temática de fugitivos, era algo especial a fin de cuentas.

— ¿Te digo la verdad? Sonic jamás ha hecho algo así para mí —confieza la más joven, dando un sorbo del vino en su copa de cristal.

— ¿De verdad? —sonríe, controlando la carcajada que había amenazado con salir, contento de saber ese dato que bien o mal podría darle ventaja sobre él— ¿Cómo es posible? ¿Él jamás te sirvió vino, o te ofreció una cita a la luz de las velas?

— Nunca —negó con la cabeza, sin perder su sonrisa—. Él es el tipo de persona que prefiere beber dos litros de soda antes que dos vasos de alcohol.

— Patético —queja, tomando de un sorbo todo el contenido en su copa—, si fuera un verdadero hombre te consentiria así —añade, sirviéndose otra vez desde la botella.

— Lo sé. ¡Incluso ya intenté convencerlo de beber, créeme! —exclamó después de dar otro sorbo— Pero él simplemente no puede, no quiere. Con suerte bebe cerveza light, y mayormente es de sabor a fresa...

— ¿Y se supone que él es el hombre de la relación? —burla— Creí que era mejor que eso...

— Igual —suspira, terminando de beber, dejando su copa sobre la mesa de centro—, pero es lo que es —finaliza, cruzando sus piernas, tensando la falda del vestido.

— Pero podemos cambiarlo —musita seductoramente, viéndola de soslayo—. Siempre que desees a un hombre que te consienta con vino e intimidad sabes que mi puerta estará siempre abierta.

Amy lo observa de pies a cabeza, confiando en sus palabras, sin ver ningún problema en eso.
A fin de cuentas ¿Qué delito habría en buscar en alguien más lo que tu pareja indiscutiblemente no podía darte?
Era algo justo para ella.

— Supongo que debería irme. Sonic podría preocuparse por no saber dónde estoy —habla, levantándose del sillón, estirando sus brazos después de haber estado tanto tiempo cómoda en un mismo lugar.

— ¿Y no prefieres quedarte? —pregunta, alzando una ceja, bebiendo su segunda copa por completo, dejándola sobre la mesa para después acercarse a ella.

— Quisiera... —susurra, conectando instintivamente con su mirada, ruborizandose después de perderse en sus ojos de profundo carmesí— Pero...

— Quédate —pide con una mirada firme, tomándola de la mano, acercándola a él, sin deseos de dejarla ir.

Two Sides ft. Sonamy/Shadamy BoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora