• Juego De Rol •

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— Oh —musitó suavemente la de espinas rosadas, abriendo la puerta de su casa en mitad de la noche, vestida con un babydoll magenta además de una bata holgada de seda con cuello y ruedo afelpado—, cómo le va...

— Buenas noches, señorita —saludó de forma casual el erizo de azul, vestido por una camiseta blanca con estampado de cuadros carmesí en las mangas, alzando ligeramente su gorra blanca con bordes rojos entre lineas verdes, sosteniendo con una de sus manos lo que parecía ser una caja de pizza—. ¿Es ésta la... Residencia Rose?

— Así es —afirma de forma juguetona, con sus mejillas ardiendo por la emoción que la inundaba de pies a cabeza.

— Traigo un pedido especial para la dueña del hogar, una deliciosa pizza con doble queso y salchichón —añade, viéndola de arriba abajo, tragando de forma gruesa, comprometido con cumplir con su personaje.

— ¡Ah, sí! Gracias —exclama, tomando la caja entre sus manos, sorprendiéndose al notar el embriagador aroma de pizza recién horneada que emanaba de esta, sintiendo el calor de la comida traspasando el cartón. Lo miró a los ojos, sorprendida ¿Acaso había ido por una pizza real aún sabiendo que todo ésto era solo un juego?

Nunca conoció a alguien tan apegado a su papel como él.
Eso era... excitante.

Había que decirlo: Si ésto no salvaba su relación ya nada lo haría.

Habían pasado aproximadamente seis días desde la noche de juegos en casa de Tails, seis días para pensar bien en lo que su amigo le había sugerido hacer a futuro, seis días para planear una nueva estrategia, un cambio de rutina.

Nunca pensó que Amy aceptaría esto, por más que amara la actuación jamás creyó que sería capaz de prestarse a algo así... y henos aquí, con los dos dando su mejor esfuerzo para no fallar y demostrar que tan comprometidos podían estar, así fuera con una mentira.

— Serán quince dólares —sentencia finalmente el de azul, extendiendo su mano en la espera de su pago.

— Discúlpeme —ronroneó, viéndolo de arriba abajo, mordiéndose el labio inferior, inclinando sus orejas en un notable acto de sumisión—, pero... no tengo dinero para pagarle.

— En ese caso tendremos que llegar a otro tipo de acuerdo, señorita —responde con un tono ligeramente más bajo, entrando a la casa, cerrando lentamente la puerta detrás de él—. Dígame... ¿No le gustaría añadir una salsa extra a su pedido? —pregunta, acorralandola contra la encimera de la cacina cerca de la entrada.

Amy cubre su boca, reprimiendo una carcajada. Ésto no puede ser real.

— ¿Eso no sería costoso? —pregunta, viéndolo de la forma más inocente que puede.

— Lo valdrá por el sabor —sentencia confiadamente, repasando sus labios con la yema de sus pulgares.

Sus labios se juntaron en un candente y apasionado beso, uniendo sus lenguas en una danza húmeda y desesperada, degustando el paladar del otro, con la rosada aferrándose a la caja de pizza todavía entre sus brazos.

Él solo era un repartidor y ella solo era una clienta sin medio para pagar su servicio, era algo simple ¿No? Algo mundamente común, mundamente excitante.

Los besos poco a poco los guiaron a más. Con sus fuertes manos empezó a recorrer la anatomía de la rosada, pasando por su bien definida cintura, bajando hasta sus fuertes caderas y siguiendo por sus hermosos muslos, apretandolos para rápidamente cambiar e ir por sus redondos glúteos, propinándole una nalgada inesperada, haciéndola chillar.

Ésto era algo que Shadow no podía hacer: jugar.
La Forma De Vida Definitiva jamás se rebajaría a un juego de identidades, podría con cualquier otra cosa, menos fingir ser alguien más en algún sentido, no, no, no... no era un trabajo para él.
Pero sí era un trabajo para Sonic, un grandioso y placentero trabajo.

Two Sides ft. Sonamy/Shadamy BoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora