Narrador omnisciente:
-La noche envolvía el bosque en su abrazo oscuro, pero el claro donde se encontraban las siete hermanas Lunargentum y los hermanos Crepusculum estaba lleno de risas y juegos. Las niñas, con la despreocupación propia de sus nueve años, corrían y jugaban, ajenas a las preocupaciones que empezaban a nublar la mente de sus amigos:
Wendy: ¡Atrápame si puedes!-Gritó con su característica alegría, sus rizos color chocolate danzando al viento mientras corría con los brazos extendidos hacia Taro, su risa resonando en la fresca noche.
Taro: ¡Allá voy!-Respondió, conteniendo su velocidad sobrenatural, el corazón latiéndole con fuerza mientras luchaba por no revelar su secreto.
-Jun observaba desde un lado, su frente fruncida por la concentración. Los pensamientos de las niñas eran un torbellino de alegría y risas que resonaban en su mente sin cesar, a pesar de que no quería invadir su privacidad:
Yoshiko: ¿Estás bien, Jun?-Preguntó, acercándose a él con preocupación teñida en su rostro, notando la sombra que cruzaba su mirada.
Jun: Sí, solo estoy...un poco cansado-Mintió a medias, esforzándose por mantener una sonrisa en su rostro.
Yoshiko: Está bien, pero cualquier cosa nos puedes decir...mmm...capaz mamá tenga un remedio para que te puedas relajar. ¡Voy a preguntar!-Dijo decidida, su voz llena de preocupación genuina.
Jun: Gracias, Yoshi, pero no te preocupes. Solo necesito dormir un poco-Respondió con calma, sintiendo la determinación de su amiga, quien pensaba aún en el remedio que le había hecho su madre para poder relajarse.
-Mientras tanto, Genzo ayudaba a Yayoi a trepar a un árbol, su tono entusiasta ocultando su nerviosismo:
Yayoi: ¡Vaya fuerza tienes!-Exclamó, impresionada mientras se agarraba de la rama más baja-Ojalá cuando crezca sea así de fuerte como tú, Gen-Dijo con inocencia, sonriendo con admiración.
Genzo: Es porque he estado...ejercitando-Respondió, tratando de disimular su nerviosismo-Ya verás que si sigues cuidándote, vas a ser igual de fuerte que yo-Agregó con una sonrisa, sus ojos brillando con orgullo.
-Mientras tanto, Tsubasa corría con Sanae, pero en un descuido, se adelantó más de lo normal, frenando justo a tiempo antes de que ella notara algo extraño:
Sanae: ¡Wow, eres muy rápido!-Comentó, con una sonrisa admirada mientras se esforzaba por alcanzarlo.
Tsubasa: Es solo cuestión de práctica-Respondió, evitando su mirada y sintiendo el calor de sus mejillas-Pronto tú también serás más rápida, ya lo verás-La animó, deseando que se sintiera tan capaz como él.
-Después de la reunión, los hermanos Crepusculum se reunieron en la seguridad de su hogar, esta vez en la habitación de Genzo, un lugar donde podían hablar libremente sin temor a ser escuchados por sus padres:
Genzo: Está siendo cada vez más difícil. Temí lastimar a Yayoi hoy cuando no me di cuenta de que no controlé mi súper fuerza-Confesó con un suspiro y voz grave, su preocupación evidente en su expresión.
Jun: Y los pensamientos de las niñas son tan puros y fuertes que me cuesta bloquearlos. A veces es como si se frenaran y quedara su mente en blanco. Eso nunca había pasado-Respondió pensativo-Y desaceleren sus pensamientos, por favor-Pidió mirando frustrado a sus hermanos.
Los demás: Lo sentimos, Jun-Se disculparon, sintiéndose culpables por hacer más difícil el trabajo de su hermano en controlar su poder.
Jun: No pasa nada, hermanos. Pero ahora, ¿Qué hacemos? ¿O qué deberíamos hacer?-Interrogó, su voz reflejando la tensión en el aire.
Taro: Por mi parte, yo no quiero dejar de verlas-Respondió, su voz llena de cariño-Esas siete niñas se han vuelto muy especiales para mí-Admitió con una sonrisa sincera.
Kojiro: Para todos nosotros-Confesó, asintiendo-Pero si descubren lo que somos...-Dejó la oración en el aire, sabiendo que sus hermanos comprendían perfectamente a qué se refería.
Ishizaki: Entonces les explicaremos la verdad-Interrumpió con determinación-Son nuestras amigas; merecen saberlo-Dijo, cruzando los brazos con firmeza.
Hikaru: Pero aún son muy jóvenes para saber toda la historia. Podríamos asustarlas-Argumentó, imaginando todos los escenarios posibles en su mente.
Jun: Hikaru, por favor, controla tus pensamientos; van a mil por hora. Son peores que cuando asistimos a la universidad-Pidió el castaño nuevamente, frunciendo el ceño con exasperación.
Hikaru: ¿Sabes hermano? A veces odio tu poder. No tenemos privacidad ni un solo minuto de nuestra eternidad-Se quejó en tono de broma, aunque en sus ojos había un destello de verdad.
Jun: Lo siento, señor electricidad-Se disculpó en broma-Pero todos sabían que, estando yo aquí, tendrían que controlar sus pensamientos-Se encogió de hombros, despreocupado.
Genzo: Hikaru, Jun, céntrense en el tema importante-Pidió, viendo divertido la discusión entre sus hermanos-Volviendo al tema, es mejor que esperemos. Hasta que sea el momento adecuado-Decidió, su voz firme y resoluta.
-Los hermanos acordaron seguir viéndose con las niñas, manteniendo sus poderes bajo control tanto como fuera posible. La inocencia de las hermanas Lunargentum era un faro de luz en sus vidas eternas y nocturnas, y no estaban dispuestos a apagarlo:
Tsubasa: Protegeremos su infancia. Aunque eso signifique mantener nuestra naturaleza y nuestro secreto-Prometió con la decisión firme en sus ojos, sellando un pacto tácito entre ellos.
-Y así, casi sin darse cuenta, entre juegos y risas, los encuentros continuaron, cada noche tejiendo un lazo más fuerte entre la luz y la oscuridad, donde la amistad florecía en la penumbra y la esperanza brillaba con fuerza.
Continuará...
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Los Tesoros Del Norte. (Capitán Tsubasa)
General Fiction-En un mundo donde la luz de la luna revela más que sombras y la oscuridad esconde secretos antiguos, dos familias, una de lobos y otra de vampiros, han coexistido en una tensa paz. Los del Norte, una noble manada de lobos, han protegido su territor...