24#Omegas Reveladas y Secretos Confrontados.

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Narrador omnisciente:

-Después de cuatro días de reclusión y dolor, las hermanas Lunargentum emergieron de sus habitaciones, transformadas no solo en cuerpo, sino también en espíritu. Su madre, Eira, había sido su única compañía durante el celo, proporcionando cuidados y consuelo mientras sus hijas atravesaban esta prueba de fuego:

Eira: ¿Cómo se sienten, hijas mías?-Preguntó con suavidad, observando a sus siete cachorras ahora convertidas en mujeres lobas, cada una irradiando una nueva fortaleza que se mezclaba con la confusión.

Flor: Más fuertes, pero también más confundidas que nunca-Respondió, la mayor de las hermanas, su voz reflejando la complejidad de sus emociones y el peso de las decisiones que debían tomar.

Maki: Hemos pasado por mucho, pero estamos listas para lo que venga-Añadió, con un brillo decidido en sus ojos, su postura erguida como una líder.

Eira: Su padre y yo necesitamos hablar con ustedes-Dijo, guiándolas hacia la sala principal, donde Hakon las esperaba con el semblante grave, reflejando la seriedad de la situación.

-Los líderes Alfa y Omega se sentaron frente a sus hijas, la tensión en el aire palpable:

Hakon: Hemos descubierto el secreto que nos han ocultado durante años-Comenzó, su mirada penetrante fijándose en cada una de ellas-¿Por qué rompieron el tratado de paz con el Clan Crepusculum?-Preguntó con voz serena pero autoritaria.

-Las hermanas intercambiaron miradas nerviosas, sabiendo que había llegado el momento de la verdad:

Flor: No fue nuestra intención romper el tratado. Ni siquiera sabíamos que existía...-Fue interrumpida por su madre.

Eira: ¿Cómo que no? Si les contamos de ellos a los 12 años, a menos que...-Se detuvo, la incredulidad en su voz era evidente.

Flor: Lo sabemos, madre. Y sí, los conocimos mucho antes de cumplir los 12 años. Específicamente a los 9, pero ellos no nos dijeron nada hasta que llegamos a esa edad-Completó, sintiendo el peso de la verdad.

Hakon: ¿Cómo pueden estar seguras de sus intenciones?-Preguntó, su voz teñida de escepticismo nacido de años de conflicto.

Maki: Madre, padre, tienen que saber que ellos nunca nos hicieron daño. No nos atacaron ni nada parecido. Ellos nos ayudaron un montón a medida que pasaba el tiempo y, cuando crecimos, estuvieron con nosotras en todo. Incluso fueron capaces de romper el tratado por nosotras-Argumentó con sinceridad, la pasión brillando en sus ojos.

Yukari: Y hay algo más que deben saber...-Continuó, tomando una profunda respiración-Nos hemos imprimado de ellos hace un tiempo, antes de nuestra presentación-Informó, el aire en la sala se volvió tenso tras sus palabras.

-El silencio que siguió fue denso, cargado de sorpresa y conflicto. Ambos padres confirmaron sus sospechas:

Hakon: Eso nos dimos cuenta cuando llegaron aquí preocupados por ustedes-Respondió, la angustia palpable en su voz.

Wendy: Mamá, papá, la Madre Luna ha unido nuestros destinos de maneras que nunca imaginamos-Dijo, una sonrisa iluminando su rostro, aunque la preocupación seguía presente en sus ojos.

-Eira se acercó a sus hijas, su expresión suave pero llena de preocupación:

Eira: Pero su seguridad es lo más importante. Ahora que se han presentado como Omegas, debemos protegerlas aún más-Dijo, su voz temblando ligeramente con angustia.

Sanae: No necesitamos protección-Afirmó, su tono desafiante-Nos han entrenado para defendernos, sin importar nuestro género secundario-Agregó, su mirada firme.

Yayoi: Y los hermanos Crepusculum han demostrado ser diferentes a los vampiros con los que han luchado generaciones pasadas. Ellos han elegido la paz, al igual que nosotros-Añadió, su convicción resonando en la sala.

Eira: Pero son vampiros, al fin y al cabo-Intervino, su tono lleno de cautela-La historia entre nuestras razas está manchada de sangre y traición-Les recordó, el dolor del pasado presente en sus palabras.

Wendy: Es cierto, mamá-Acercándose a su madre con respeto-Pero también es cierto que los tiempos cambian y, con ellos, las personas...o en este caso, las criaturas-Dijo con una sonrisa, su mirada transmitiendo tranquilidad, confianza y calidez.

-Hakon y Eira se miraron, la complejidad de la situación pesando sobre ellos. Sin embargo, al escuchar a sus hijas defendiendo a los Crepusculum, sabían lo que tenían que hacer:

Hakon: Hijas mías, ustedes siete siempre fueron inteligentes, sabias, asustadas y guerreras desde su primer aliento. Tanto su madre como yo presentíamos que algo así iba a pasar, no algo como esto, pero sabíamos que la Madre Luna tenía un destino diferente para ustedes. Encontraron a su pareja predestinada; no importa quiénes son, lo importante para su madre y para mí es que ustedes sean felices. Si esos vampiros las hacen felices, tienen nuestra bendición-Declaró con una sonrisa, la calidez de su voz envolviendo a las hermanas.

Eira: Como dijo su padre, en su cumpleaños número 18 acordamos que, pase lo que pase, las apoyaríamos. Ustedes son sabias y son conscientes de en qué se están metiendo, y que su relación no será fácil, pero ustedes son nuestras hijas y sabemos que podrán enfrentar este desafío-Añadió, su tono maternal rebosante de amor.

Hakon: Pero tendrán que saber que, al estar juntas con un vampiro, las alejará de la manada...-Fue interrumpido por sus hijas.

Las chicas: ¿¡Qué!? ¿A qué te refieres, padre?-Preguntaron en shock, con sus corazones divididos, la angustia reflejada en sus rostros.

Hakon: Eso lo sabrán cuando sean sinceras con el Clan Crepusculum y ellos les expliquen a qué me refiero. Pero recuerden, hijas mías, que tomen las decisiones que tomen, las apoyaremos. Tengan en claro que no están traicionando ni a la manada ni a nosotros; es su destino, y siempre lo fue-Explicó, la firmeza en su voz inquebrantable-No dejen que ese sentimiento de duda en sus corazones las detenga de ser felices. Además, saben que nosotros nos encargaremos siempre de la manada, pues envejecemos demasiado lento una vez que llegamos a los 18-Agregó, la ligereza en su voz intentando aliviar la tensión.

Wendy: Entonces...si decidimos estar con ellos y todo lo que
venga...¿No se sentirán traicionados si tenemos que dejarlo?-Preguntó, lágrimas llenando sus ojos.

Eira: No, mi pequeña cachorra. Nunca nos sentiríamos traicionados por seguir sus corazones. Al contrario, si no lo hicieran, nos sentiríamos muy tristes por ustedes. Como dijo su padre, tienen nuestra bendición-Respondió, acercándose a sus hijas, la conexión entre ellas tan fuerte como el lazo que compartían.

-Las hermanas asintieron, las lágrimas brotando de sus ojos, aliviadas por la comprensión de sus padres pero conscientes de los desafíos que aún enfrentaban:

Yayoi: Gracias, mamá, papá, por escucharnos, por tratar de entender, por no juzgarnos y por darnos su bendición-Agradeció, su voz llena de gratitud, mientras se abrazaban en un cálido gesto familiar.

-La conversación continuó, las emociones a flor de piel y el peso de las decisiones resonando en cada palabra. La noche cayó sobre la manada Del Norte, y aunque el futuro era incierto, las hermanas sabían que, con el apoyo de sus padres y el amor de los hermanos Crepusculum, podrían enfrentar cualquier cosa que les deparara el destino.

Mientras la familia Lunargentum se abrazaba, un nuevo capítulo se abría ante ellos, uno lleno de posibilidades y desafíos, pero también de amor y unidad.

























Continuará...















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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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Los Tesoros Del Norte. (Capitán Tsubasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora