Narrador omnisciente:
-Como ya era costumbre desde hace varios años, las hermanas Lunargentum y los hermanos Crepusculum se reunieron apenas el sol se ocultó. La atmósfera era diferente a la de la secundaria; ahora había algo más profundo y complicado entre ellos. Sin embargo, esta noche ocurrió algo que se creía imposible.
Mientras las jóvenes lobas se divertían, la risa llenaba el aire, pero la alegría pronto se transformó en una tensión palpable. Flor jugaba con Genzo, Wendy compartía risas con Taro, Yayoi se divertía con Jun, Yukari bromeaba con Ishizaki, Yoshiko encontraba escuchando historias que le contaba Hikaru, Sanae disfrutaba de la compañía de Tsubasa, y Maki intercambiaba opiniones con Kojiro de varios trmas. Fue entonces cuando, en un instante, sus miradas se cruzaron, y todas lo sintieron.
Sin previo aviso, dejaron de jugar, como si una corriente eléctrica las atravesara. Se alejaron de sus amigos, el cambio en su comportamiento tan abrupto que era como si algo las quemara por dentro. Transformándose de nuevo en humanas, la confusión y el miedo las envolvieron.
Genzo: ¿Todo está bien con ustedes?-Preguntó, su voz llena de preocupación al notar el extraño comportamiento de las hermanas.
Flor: Sí, sí, solo estamos un poco cansadas-Respondió rápidamente, evitando su mirada, sintiendo la presión de una verdad no revelada.
Taro: ¿Están seguras?-Inquirió, su voz cargada de incredulidad y una inquietud creciente, como si una sombra oscura las envolviera.
Wendy: Claro que sí-Aseguró, mirando a sus hermanas mayores en busca de apoyo, era la única que no estaba del todo sorprendida. Era la única que transmitía tranquilidad.
-Sin más preámbulos, las siete hermanas se despidieron apresuradamente de los hermanos Crepusculum, cada una con excusas que apenas ocultaban la confusión y el miedo que las consumía:
Tsubasa: Espero que podamos vernos pronto-Comentó, su preocupación evidente, los ojos llenos de inquietud.
Maki: Claro, claro. Pronto nos volveremos a ver-Respondió, forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos, antes de girarse para marcharse.
Yayoi: Sí, lo que dijo Maki. Adiós, chicos-Se despidió, convirtiéndose en loba y corriendo junto a sus hermanas, la urgencia en sus movimientos reflejando la tensión del momento.
-Corriendo lo más rápido y sigilosamente que podían, las hermanas Lunargentum regresaron a su territorio. Una vez en su refugio secreto, donde podían hablar sin ser escuchadas, la luna llena iluminaba el claro del bosque, creando un ambiente casi mágico, pero también cargado de una inquietante revelación:
Flor: ¿Ustedes también lo sintieron, verdad, hermanas?-Preguntó, sus ojos buscando respuestas en el rostro de cada una, ya sabiendo la respuesta de antemano.
Yayoi: Sí...sí, Flor-Respondió, su voz temblando, el estado de shock visible en su rostro.
Sanae: No puedo...creer que esto esté pasando...¿Cómo es posible que nos hayamos imprimado de nuestros amigos vampíricos?-Su voz temblorosa, reflejando la mezcla de miedo y asombro que la invadía.
Yoshiko: Es como si todas las reglas que conocíamos acabaran de romperse en mil pedazos-Respondió, su mente aún luchando por entender la magnitud de sus sentimientos.
Flor: Esto es una locura. ¿Cómo me imprimí de un vampiro?-Interrogó, su voz grave y llena de seriedad, aunque su mente se centraba en Genzo.
Maki: No sé qué hacer con estos sentimientos-Admitió, pasando sus manos por su cabello corto, una señal clara de su ansiedad.
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Los Tesoros Del Norte. (Capitán Tsubasa)
General Fiction-En un mundo donde la luz de la luna revela más que sombras y la oscuridad esconde secretos antiguos, dos familias, una de lobos y otra de vampiros, han coexistido en una tensa paz. Los del Norte, una noble manada de lobos, han protegido su territor...