5. Chisme, alteración de la verdad.

2.6K 166 38
                                    

Capítulo 5

Fui al instituto en el carro de un amigo de Nick y con Nick, obviamente. Era un tema serio: tenía que conseguirme más amigos que pudieran llevarme o traerme de casa al instituto además de Tara y de Amy. Pensé en llamarlas, pero sabía que lo único que harían hubiera sido rehusarse en llevarme a menos que me vistiera como ellas me habían dicho, lo que era, claramente, imposible

   Lamentablemente, con todo el tiempo que me sobraba de haberme levantado tan temprano, cuando entré al colegio, escondiéndome entre los colores de los estudiantes con ropas libres, Amy y Tara pudieron encontrarme de inmediato.   Ambas estaban recargadas contra mi casillero, esperándome. Amy estaba vistiendo un ceñido pantalón de mezclilla con una camisa de tirantes de encaje, solo vistiendo un sujetador abajo. El resto de su piel estaba visible, aunque solo se veía poca. Tenía su cabello recogido en una alta coleta, y maquillaje. Tara estaba vistiendo una falda de rayas y una camisa roja. Tenía su cabello suelto, y solo sus pestañas rizadas.

—     Te lo dije, Tara.  Ahora, págame— dijo Amy con un tono despreocupado y extendiendo su mano hacia Amy.

   Tara resopló y le tendió un billete.

   Las dos me menearon la cabeza con señal de desaprobación. Pero no entendí que estaba  desaprobando, debían de estar contentas porque se habían dado cuenta que yo no iba a cambiar por nadie y que era una persona decidida.

—     ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste,  Anneliese?—dijo Tara dramáticamente y actuó como si se pusiese a llorar—.  Tanto trabajo— continuó y luego sollozó—,  tanto trabajo— otro “sollozo”—,  toda para esto— dijo señalando mi vestido y mis botas.

     Tengo que admitir que me sentí un poco ofendida.

—     Vamos Tara, no es para tanto— dijo Amy y puso los ojos en blanco— Además, ella hizo una promesa y…

—     Yo no prometí nada— reprendí y Amy  volvió a poner los ojos en blanco—. Me dejé un poco de maquillaje, como quiera.

—     No prometiste nada pero te comprometiste, así que debes cumplir lo que dijiste— sonrió maliciosamente, soltó mi pelo y sacó una bolsa de color rosa.

—     No me pueden obligar. Mi mamá notara si me cambio de ropa— me defendí y mentí.

   Amy volvió a poner los ojos en blanco. Algunas veces me preguntaba si de tanto rodar los ojos no se quedaría bizca de por vida o algo así.

—     El lunes llegaste a tu casa con ropa mojada y te apuesto todo lo que quieras a que tía Aurora no lo notó.

Golpe bajo. Estaba en lo cierto, algunas veces mi mamá podría ser un poco… distraía y negligente.

—     ¡Ah!— solté un grito de frustración—. Dame eso— enojada,  tomé la bolsa y fui al baño seguida por Amy, Tara y algunas miradas que me habían acompañado desde días anteriores.

   Abrí la puerta del baño y me encontré a Angelina a punto de salir. Tuvimos un enfrentamiento de miradas por unos cuantos incómodos segundos.

   Angelina quería a Eric desde… desde que se había enterado de que su ex novio que la había dejado meses atrás, (Hunter, también mi ex novio) le gustaba alguien más (quien había descubierto, el día anterior, que era yo) entonces, según los rumores solo andaba tras él, Eric, porqué era el mejor amigo de una de las dos personas, ex novios, que la habían dejado en toda su vida. Hubiera preferido que anduviera tras Nick. Es broma. No.  Hubiera preferido que el techo del baño le cayera sobre…

   Cállate, Anneliese. Me dije mentalmente.  Las malas vibras son malas para la persona, es  mejor pensar en unicornios de colores volando que ayudan a salvar al mundo, pensamientos lindos. Zombis comiéndose los cerebros de humanos, fantasmas retorciéndose en la noche, todas las mejores películas y los clásicos de terror en una sola noche. Una película dirigida por Guillermo del Toro, basada en un libro de Stephen King. Si, muy lindo.

1. Venturas de la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora