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Después de la fastuosa boda, Sasuke y Hinata partieron en su luna de miel, un viaje de tres meses alrededor del mundo. Visitaron lugares exóticos y hermosos, desde las playas de las Maldivas hasta los vibrantes mercados de Marrakech. Sin embargo, la magnificencia de los lugares no lograba ocultar la frialdad entre ellos.

Desde el principio, Sasuke se mantuvo indiferente con Hinata. Aunque había momentos en que compartían experiencias que les hacían reír y conversar, esas instancias eran esporádicas y fugaces. La mayoría del tiempo, Sasuke se mostraba distante, sumido en sus propios pensamientos.

La intimidad entre ellos fue escasa. Apenas dos veces durante el viaje, Sasuke se acercó a Hinata. No fue un acercamiento tierno ni considerado; su frialdad era palpable incluso en esos momentos. Hinata, aún virgen antes de casarse, encontró la experiencia desoladora. Sus sueños de un matrimonio lleno de amor y ternura se desvanecían con cada día que pasaba.

La tensión finalmente alcanzó su punto de ebullición poco antes de finalizar el viaje. Mientras Sasuke estaba fuera de la habitación, Hinata decidió organizar sus pertenencias. Al abrir una de las maletas de Sasuke, encontró una pequeña caja de cuero. La curiosidad la llevó a abrirla y lo que encontró la dejó sin aliento: una fotografía de Sakura, posando sensualmente en lencería.

El shock se transformó rápidamente en histeria. Cuando Sasuke regresó, encontró a Hinata llorando y sosteniendo la foto. Ella comenzó a reclamarle con una mezcla de dolor y furia.

-¿Por qué tienes esto?-gritó Hinata, con la voz quebrada por el llanto. -¿Cómo puedes llevar esto en nuestra luna de miel?

Sasuke se quedó congelado por un momento, su rostro endurecido. No había una excusa que pudiera suavizar la realidad.

-Hinata, cálmate. Esto no significa nada.

-¿Nada?- Hinata sollozó, su rabia transformándose en una mezcla de dolor y desesperación. -¡Esa mujer está en tu mente todo el tiempo! No puedo competir con ella. ¿Por qué te casaste conmigo si no puedes dejarla ir?

La frialdad de Sasuke era su única defensa. -Porque así debía ser, Eres la indicada según mi madre y ella no.

Pero esas palabras, lejos de calmar a Hinata, solo avivaron su furia. -¡No soy solo 'la indicada'! Merecía algo mejor que esto. Merecía alguien que me amara por quien soy, no por deber.

-Pues es lo que hay, adaptate como yo lo he hecho.

La discusión terminó de arruinar una luna de miel que ya de por sí había sido amarga. Hinata se encerró en el baño, sollozando, mientras Sasuke se quedó solo en la habitación, mirando la foto de Sakura con una mezcla de ira y desesperación.

El viaje de regreso a casa fue tenso y silencioso. Hinata, aunque devastada, decidió mantener una fachada de calma. Sasuke, por su parte, se sumió en un silencio reflexivo, consciente de que su vida estaba enredada en un nudo de complicaciones y sentimientos no resueltos.

Al llegar al palacio, la apariencia de felicidad fue cuidadosamente mantenida para el público. Sin embargo, tanto Sasuke como Hinata sabían que su matrimonio había comenzado con una mentira y una sombra que siempre los acompañaría: la sombra de Sakura.

La luna de miel, lejos de ser un inicio de felicidad, marcó el comienzo de una relación marcada por la desconfianza, la inseguridad y el dolor. Ambos tendrían que aprender a navegar por esas aguas turbulentas, enfrentando sus propios demonios y tratando de encontrar una manera de coexistir en un matrimonio que parecía condenado desde el principio.


PUCCALOVELIN 

The Royalty Don't CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora