22

106 22 6
                                        

La decisión de la reina Mikoto de enviarlo fuera del país junto a su esposa, Hinata, y el pequeño Daisuke fue recibida con una mezcla de alivio y responsabilidad. Su misión era fortalecer los lazos con los países aliados en un viaje de tres meses por Europa y Asia. Este viaje, anunciado con gran pompa, fue bien recibido tanto por los habitantes de los lugares que visitarían como por la prensa internacional. La historia de "amor" de Hinata y el príncipe Sasuke se había convertido en un cuento de hadas moderno, y todos querían una foto con la hermosa princesa y su galante príncipe.

Al inicio del viaje, todo marchaba de maravilla. Hinata y Sasuke eran recibidos con entusiasmo en cada país que visitaban. La gente los admiraba y deseaba conocerlos, y las cámaras no dejaban de captar sus sonrisas y gestos de cariño. Sasuke, aunque a veces agobiado por la atención constante, sabía que este era su deber y se esforzaba por representar bien a su familia y a su país.

En una de las muchas galas nocturnas a las que asistieron, Sasuke sorprendió a todos cuando tomó la mano de Hinata y la llevó a la pista de baile. La música comenzó a sonar, y la suave melodía de "Can't Take My Eyes Off You" llenó el salón. Sasuke se comportó como un verdadero príncipe, y cada paso que daba con Hinata parecía sacado de un cuento de hadas. La prensa no tardó en captar la magia del momento, regalando al mundo imágenes inolvidables del príncipe y la princesa bailando bajo las luces brillantes.

—Estás hermosa esta noche, Hinata —dijo Sasuke, mientras giraban suavemente al ritmo de la música.

—Gracias, Sasuke. Este momento es como un sueño hecho realidad —respondió Hinata, con una sonrisa radiante.

—Es importante para nosotros dar una buena imagen. La gente necesita ver que somos felices —dijo Sasuke, aunque sus palabras llevaban un trasfondo de obligación más que de sinceridad.

Esa noche, al finalizar la velada, Sasuke accedió a dormir con Hinata. La princesa no podía estar más feliz. Sentía que finalmente estaba viviendo el cuento de hadas que siempre había deseado.

Sin embargo, la felicidad no dura para siempre. Casi al finalizar el viaje, mientras se encontraban desayunando en su suite de hotel, el asistente de Sasuke se acercó con una expresión seria.

—Su Alteza, perdone la interrupción, pero Lady Sakura está en la línea. Dice que es urgente hablar con usted —informó el asistente, con cautela.

Hinata deseó con todas sus fuerzas que Sasuke se negara a recibir esa llamada. Miró a Sasuke con súplica en sus ojos.

—Sasuke, por favor... ¿no puede esperar? Estamos en medio del desayuno familiar —dijo Hinata, tratando de mantener la calma.

Sasuke suspiró, sintiendo el peso de la obligación y la tensión en el aire.

—Lo siento, Hinata. Debo atender esto —dijo Sasuke, poniéndose de pie y alejándose para hablar en privado por teléfono con Sakura.

Hinata observó cómo su esposo se alejaba, su corazón latiendo con fuerza. Aunque el viaje había sido casi perfecto, esa llamada lo cambiaba todo.

—¿Por qué tiene que ser ahora? —murmuró para sí misma, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza.

Sasuke caminó hasta el balcón y tomó el teléfono.

—Sakura, ¿qué sucede? —preguntó, intentando mantener su voz baja para que Hinata no pudiera oírlo desde la mesa.

—Sasuke, lo siento por llamarte así, pero necesitaba hablar contigo. Es urgente —dijo Sakura, con una voz que mezclaba preocupación y ansiedad.

—¿Qué es tan urgente? —preguntó Sasuke, tratando de mantener la calma.

—Hay rumores circulando. La prensa está empezando a indagar en nuestra relación pasada. Si no hacemos algo pronto, todo esto podría salir a la luz —explicó Sakura, con tono desesperado.

Sasuke sintió un nudo formarse en su estómago. La situación era más complicada de lo que había imaginado.

—Entiendo. Haré lo que pueda para controlarlo desde aquí. Pero, Sakura, sabes que no podemos seguir así. Tengo responsabilidades y... —Sasuke hizo una pausa, sabiendo que las palabras que iba a decir lastimarían a ambos—. Debo pensar en mi familia ahora.

—Lo sé, Sasuke. Lo sé. Solo... por favor, manténme informada —dijo Sakura, con voz temblorosa.

—Lo haré. Cuídate, Sakura —respondió Sasuke antes de colgar.

Sasuke regresó a la mesa, tratando de poner una expresión tranquila, pero Hinata no pudo evitar notar la tensión en su rostro.

—¿Todo está bien? —preguntó ella, con una mezcla de esperanza y temor.

—Sí, solo asuntos que necesitan mi atención. No te preocupes, Hinata —dijo Sasuke, intentando sonar convincente.

El resto del desayuno pasó en un silencio incómodo. Aunque trataban de mantener la apariencia de normalidad, ambos sabían que la llamada de Sakura había dejado una sombra sobre su viaje. Sasuke intentó concentrarse en el presente, en Hinata y en Daisuke, pero no podía evitar que su mente volviera a la conversación que había tenido en el balcón.

El viaje continuó, y aunque Sasuke seguíacumpliendo con sus deberes y mostrando su mejor cara al público, una parte deél se sentía cada vez más atrapada entre sus responsabilidades y sussentimientos.

PUCCALOVELIN 

The Royalty Don't CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora