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Después de varias semanas dedicadas exclusivamente a sus deberes reales y su tiempo con Hinata, Sasuke sintió la necesidad de escapar y ser simplemente él mismo, aunque solo fuera por una noche. Encontró la oportunidad perfecta en una invitación de su amigo más cercano, Shikamaru Nara, un respetable duque conocido por su inteligencia y su habilidad para organizar reuniones discretas pero memorables.

Shikamaru vivía en una hermosa mansión en las afueras del reino, rodeada de jardines exuberantes y con una vista impresionante del horizonte. Al llegar, Sasuke fue recibido con calidez y camaradería. Esa noche, varios de sus amigos más cercanos estaban presentes: Sai, un pintor de renombre mundial; Ino Yamanaka, una actriz con la que había salido en algunas ocasiones; Chouji Akimichi, un cantante de ópera con una voz poderosa; y Shino Aburame, un ambientalista y uno de sus mejores amigos desde los días en el internado en Suiza.

La noche avanzó entre copas y risas. Sasuke se permitió dejar atrás su disfraz de príncipe perfecto y se sumergió en la alegría y la despreocupación de la compañía de sus amigos. Compartieron anécdotas, bromas y recuerdos, sintiéndose libres y felices.

Justo cuando la velada estaba llegando a su clímax, la puerta se abrió y Sakura Haruno apareció. Sasuke sintió como si el tiempo se detuviera al verla. Llevaba un vestido elegante que realzaba su belleza natural, y su sonrisa iluminaba la habitación. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que se habían visto.

Sakura saludó a todos con calidez, mostrando una hermosa sonrisa que ocultaba el dolor y la melancolía que solo Sasuke podía percibir. Desde la boda de Sakura con Naruto, la comunicación entre ella y Sasuke había sido prácticamente imposible. Naruto, sabiendo la relación profunda y duradera que Sakura y el heredero habían tenido, se había encargado de mantener a Sasuke alejado de ella.

El ambiente en la sala cambió con su llegada. Sasuke sintió una mezcla de alegría y tristeza. La conversación y las risas continuaron, pero él no podía dejar de mirar a Sakura. Sus ojos se encontraron varias veces, y en cada mirada había una conversación silenciosa llena de recuerdos y sentimientos no dichos.

Cuando la reunión comenzó a desvanecerse y algunos invitados empezaron a retirarse, Sasuke y Sakura se encontraron solos en un rincón del jardín. El sonido de la música y las risas se desvanecía a lo lejos, permitiéndoles un momento de intimidad que ambos ansiaban.

-Sakura- murmuró Sasuke, su voz cargada de emoción. -Es bueno verte después de tanto tiempo.

-Sasuke- respondió ella, con una sonrisa triste.-He pensado en ti a menudo, bueno es casi imposible no hacerlo, tu cara y el de esa chica están en todos los tabloides, la gente no habla de otra cosa que no sea de tu pequeño cuento de hadas.- Esto ultimo lo dijo molesta, era evidente lo mucho que le dolía, pero nada podía hacer al respecto.

Solo sentarse a mirar como Sasuke cumplía con sus obligaciones, ella ya no era una niña tanta y sabia que cuando se trata de la realeza no hay poder humano que pueda quebrantar las reglas y normas reales. Ella siempre fue consciente de que no era adecuada para ser pareja de Sasuke, incluso sabia lo mucho que la reina la detestaba, pero aun así hizo a un lado todo aquello con tal de permanecer a lado, aunque su tiempo juntos fuera fugas.

-Yo lo lamento, Sakura....

-Solo estoy bromeando Sasuke.

-¿Por qué no pude contactarte?-preguntó Sasuke, sintiendo el peso de los meses de separación. -Intenté tantas veces...

-Naruto se aseguró de que no pudiéramos hablar- explicó Sakura, bajando la mirada. -Sabe lo que significas para mí y no quería que tuviera contacto contigo. - Dijo al tiempo que encendía un cigarrillo- El me vigila todo el tiempo, es maniático, piensa que en cualquier momento podrías robarme y convertirme en la reina, es...es ridículo.

El silencio se instaló entre ellos, lleno de palabras no dichas y de una conexión que el tiempo no había podido romper. Sasuke se acercó a Sakura y, sin pensar en las consecuencias, tomó su mano.

-¿Y que si así lo hiciera?, si decidiera tomarte en este momento, llevarte lejos, renunciar a la corona y nombrarte reina de mi vida, ¿y que si así lo hiciera?

Ella negó con la cabeza, sintiendo lágrimas acumulándose en sus ojos.

-No podría pedirte eso, se lo mucho que anhelas la corona, todo lo que te has esforzado por ser el heredero perfecto, amas tu país, no podrías soportar el mismo trato que le dieron a tu tío Madara después de que renuncio a todo por amor, no podría pedirte que hagas lo mismo, te amo Sasuke, tanto que no toleraría verte sufrir.

Sasuke sonrió, y con delicadeza acaricio el suave rostro de la mujer que amaba.

-Sin ti no puedo hacer otra cosa mas que sufrir.

Se quedaron así, en silencio, compartiendo un momento que parecía eterno, una pequeña tregua en medio de sus vidas complicadas. Por una noche, Sasuke pudo ser él mismo, y Sakura, aunque brevemente, pudo sentir la cercanía del hombre al que siempre había amado.

PUCCALOVELIN

The Royalty Don't CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora