The Royalty Don't Cry

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La luz del atardecer se filtraba a través de los ventanales del gran salón del palacio real, creando un ambiente cálido y acogedor. La familia real se había reunido para un evento íntimo, donde se iba a oficializar el compromiso de Sasuke y Hinata. Las risas y las conversaciones llenaban el aire, mientras la orquesta tocaba suavemente en el fondo.

Sasuke, vestido con un elegante traje negro, se acercó a Hinata, quien lucía un vestido de seda azul que resaltaba su delicada figura. Con un gesto solemne, Sasuke abrió una pequeña caja de terciopelo y mostró el anillo de compromiso: el "Dis Moi Oui" en Repossi. El anillo, con una de sus emblemáticas cúpulas, presentaba un diamante talla esmeralda en el centro, rodeado de diamantes triangulares que reflejaban la luz con un brillo deslumbrante.

Hinata quedó maravillada por la belleza del anillo, y mientras Sasuke lo deslizaba en su dedo, sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Las cámaras capturaron el momento, y un aplauso suave se elevó entre los presentes.

La noticia del compromiso se esparció rápidamente, y la cuenta regresiva hacia la boda comenzó. La prensa acosaba a Hinata sin descanso, con decenas de reporteros alojados fuera de su departamento. La agobiaban con preguntas y flashes de cámaras en todo momento, mientras intentaba mantener la compostura.

Cada día, recibía arreglos de flores de parte de prácticamente todo el país, símbolos de felicitaciones y buenos deseos. Pero la presión y el constante acoso comenzaron a afectarla. Sasuke, por su parte, decidió tomarse un descanso alejado de todo y de todos. En compañía de Sakura, se retiró a una residencia secreta, dejando a Hinata a enfrentar sola los preparativos de la boda.

Hinata se sentía cada vez más sola. El estrés de los medios y los arreglos de la boda la mantenían al borde del colapso. Intentaba contactarse con Sasuke, pero siempre recibía respuestas evasivas o ninguna respuesta en absoluto. Los días pasaban y la desesperación crecía en su corazón.

Una semana antes del gran día, Sasuke finalmente apareció. Lucía relajado y despreocupado, en contraste con el estado de agotamiento de Hinata. La mirada de ella reflejaba el sufrimiento y la soledad que había sentido durante su ausencia.

Tuvieron que dar una entrevista conjunta, una última antes de la boda. Sentados uno al lado del otro, las luces de las cámaras brillaban intensamente mientras el reportero les hacía preguntas sobre su relación.

-¿Están enamorados?-fue la pregunta que resonó en el aire.

Hinata, con una sonrisa forzada y tratando de mantener la esperanza, respondió

-Sí, estamos enamorados.

Sasuke, por otro lado, miró al reportero con una expresión impasible y respondió-

-Lo que sea que signifique amor.

La respuesta de Sasuke fue como una daga en el corazón de Hinata. Quedó claro que él no se casaba por amor, sino por obligación. Las palabras resonaban en su mente, aumentándole la incertidumbre y el miedo sobre su futuro.

Después de la entrevista, Hinata se retiró a su habitación, donde dejó caer la máscara de fortaleza que había mantenido. Lágrimas de frustración y tristeza corrían por sus mejillas. El sueño de un matrimonio feliz se desvanecía ante sus ojos, reemplazado por la dura realidad de un compromiso sin amor.

Mientras tanto, Sasuke, ajeno al dolor de Hinata, pensaba en los momentos compartidos con Sakura. La realidad de su relación con Hinata era algo que él no podía cambiar, pero su corazón seguía perteneciendo a la mujer que siempre había amado.

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