Pero yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —Afirma el señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.Esperanza.
Esa palabra aún hace eco en mi cabeza.
No leí aquel versículo intencionalmente. Abrí la biblia para leer algo al azar y aquel párrafo apareció frente a mis ojos resaltado en color amarillo. Al parecer, esas palabras alentadoras fueron importantes para la dueña de este sagrado libro.
Durante toda mi vida, desee tener esperanza. Aún cuando saboreaba la imposibilidad de tenerla, intenté no perderla aferrándome a ella débilmente. Y gracias a ese pequeño y a la vez persistente esfuerzo, hoy estoy aquí, frente a un hombre que no es más que un desconocido, pero que a la vez me hace sentir como si lo conociera.
Sungho se ha convertido en la compañía más agradable que jamás imaginé tener.
¿Cómo es posible que pueda sentirme tan cómoda con alguien que ni siquiera conozco completamente?
Habían transcurrido ya tres semanas desde que comenzamos a vivir juntos, y muchas cosas habían cambiado entre nosotros desde entonces. Podría decirse que estábamos comenzando a formar una amistad. La actitud de Sungho había cambiado por completo desde la última vez que comimos juntos, ahora se mostraba más atento y amable conmigo. Regresaba temprano del trabajo para cenar juntos, y luego de cenar charlábamos hasta largas horas de la noche. Y afortunadamente ninguno de los dos había presionado al otro para revelar ningún dato personal de nuestras vidas, y eso es algo que profundamente agradezco.
Hablar y pasar tiempo con Sungho sin tener que revelar mi pasado, me hace sentir viva. Me hace sentir que puedo ser una persona diferente en esta nueva etapa de mi vida.
Me hace sentir esperanzada. Me hace sentir protegida.
Y al recordar aquel versículo una y otra vez, me pregunto, ¿En eso se ha convertido Sungho para mí? ¿En un rayo de esperanza? ¿Tenía Dios realmente planes de bienestar para mi vida? ¿Puedo soñar con la posibilidad de tener un mejor futuro? ¿Podré en algún momento olvidar mi pasado y todas las heridas que me causó?
No puedo evitar mirar a Sungho fijamente, tratando de encontrarle respuestas a mis preguntas. Él se encontraba muy concentrado cocinando Bulgogi para cenar. Yo permanecía sentada, apoyada en la barra de la cocina, admirándolo. Era inevitable no seguir todos sus movimientos con la mirada. Parecía un chef experto que se movía con facilidad y experiencia, dominando por completo todo el arte culinario.
Una música de jazz sonaba en el fondo y se complementaba perfectamente con el ambiente tranquilo que nos envolvía, haciéndome sentir a gusto con su compañía. Descubrí que a Sungho le gusta cocinar escuchando música relajante, y es una peculiaridad que compartimos en común.
Sonrío al verlo tan absorto en su papel de chef y a estas alturas se me es imposible apartar la mirada de su rostro. En estos últimos días ha dejado crecer un poco más su cabello, por lo que los mechones en su frente han creado un estilo de flequillo que lo hace lucir muy atractivo. Su cabello antes corto, ahora recae delicadamente sobre su nuca. Este nuevo estilo sin duda lo hace lucir mucho más juvenil y le da un toque de frescura a su rostro. Otro detalle que no pude dejar pasar desapercibido durante estos últimos días, era el echo de que Sungho sonreía más a menudo, y cuando ese pequeño hoyuelo aparecía en su mejilla se me hacía irresistible y tierno a la vez.
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Dos vidas: Un propósito (Novela cristiana)
RomanceDos personas. Dos vidas totalmente distintas. Ella huía de su pasado, de sus cicatrices, de sus recuerdos. El huía de su vocación, de su creencia, de su propósito. Ambos marcados por distintas tragedias, ¿Serán capaces de ayudarse mutuamente a s...