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Camino por toda la habitación de un lado a otro, en círculos, intentando calmar la ola de emociones negativas que albergan en mi interior

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Camino por toda la habitación de un lado a otro, en círculos, intentando calmar la ola de emociones negativas que albergan en mi interior.

—Kara...

Lo escucho llamar mi nombre de nuevo tras tocar repetidas veces la puerta, y mi enojo aumenta.

—Kara, vamos, abre la puerta —ordena.

—¡No quiero hablar contigo, déjame en paz! —grito una vez más

Soy consiente de que no estoy en la posición de hablarle así al dueño del apartamento, pero en este momento estoy demasiado enojada como para sentarme a reflexionar sobre ello.

—Lo siento, por favor abre la puerta. ¿No crees que estás siendo inmadura?

Al escuchar aquello, entrecierro mis ojos y mis puños se cierran automáticamente.

—¿Inmadura? ¿Me has llamado inmadura?—abro la puerta enseguida, sin reparos—. El único inmaduro, bipolar, y malhumorado aquí eres tú.

Nuestras miradas se encuentran, y hasta allí llegó mi valentía.

Bajé la guardia rápida e inconscientemente, mis hombros se relajaron y mi pulso comenzó acelerarse. Ya no me siento tan valiente como hace algunos segundos. No siento la ira que anteriormente me incitaba a querer enfrentarle y ofenderle. Al contrario, estar frente a él, teniéndolo tan cerca, me hace sentir nerviosa y torpe.

Su mirada intensa y profunda tiene el poder de desarmarme cada vez que me mira, así tan fácil, como si tuviera el derecho. Cómo si nos conociéramos lo suficiente como para tener ese efecto en mí. Su alta figura desprende una aura de autoridad que me hace temblar cada centímetro del cuerpo. Sus brazos están cruzados sobre su fornido pecho. No es exageradamente musculoso, pero a ciegas se nota que le gusta mucho ejercitarse, por lo que mantiene una figura muy saludable y atlética.

—¿Qué más?

Subo la mirada hasta su rostro y me avergüenzo cuando descubro que he estado mirándole los brazos todo este tiempo.

Dos vidas: Un propósito (Novela cristiana) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora