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—Tranquila, llora todo lo que quieras, estoy aquí para ti

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—Tranquila, llora todo lo que quieras, estoy aquí para ti.

La voz alentadora de Ivanna me consolaba del otro lado de la línea.

Sorbé mi nariz e intenté llenarme de valor para pronunciar algunas palabras, sin embargo rompí en llanto en el intento.

—Eso cariño, sácalo todo, déjalo ir.

—Ivanna...—susurré con la voz quebrada—. No se qué rayos estoy haciendo...siento que nada tiene sentido. Soy la persona más miserable del mundo.

—Cariño, esto que sientes no es miseria, sino amor. Estás experimentando el amor por primera vez en tu vida.

Admitirlo dolía, así que opté por guardar silencio y ocultar mi rostro sobre mis rodillas.

—Estás enamorada —enfatizó.

—No me lo recuerdes, lo que estoy es perdiendo la cabeza, Ivanna. ¿Cómo puedo sentir esto por él?

La escuché suspirar.

—Amiga, el amor no conoce condiciones ni reglamentos, simplemente nace. No importa el tiempo, ni la persona, ni las circunstancias. El amor es algo simplemente inevitable.

Quizás ella tenía razón, porque lo que sentía por Sungho había crecido poco a poco. Lo que comenzó como una simple atracción se había convertido en algo mucho más fuerte.

—Pero él no siente lo mismo por mí.

Ivanna bufó.

—Él se lo pierde.

Quise reír en ese momento, pero de ironía. Ella muy bien sabía que no era así. Todo lo contrario, al rechazarme e imponer una barrera entre los dos, él ganaba la paz de no tener que lidiar con una mujer tan rota como yo.

—No es así, Ivanna. Ahora que lo pienso, hizo bien en rechazarme.

—Kara, por favor, no digas tonterías. Desde que te conozco no haces más que menospreciarte a ti misma, ¿No te das cuenta de lo mucho que vales?

Mis ojos se cargaron de lágrimas nuevamente.

¿Valor?

Yo había perdido mi valor hace muchos años atrás.

—Nadie merece a alguien cómo yo.

—Exacto, nadie que no sea lo suficientemente bueno. Mereces al mejor hombre sobre la tierra. Mereces a alguien que te ame y te recuerde todos los días lo maravillosa que eres.

Sonreí con melancolía, aquello era imposible para mí. No pude evitar pensar en el abrazo que Sungho y yo habíamos compartido esta mañana en la cocina. No pude evitar recordar la sensación que abrigó toda mi piel al sentir la calidez de su cuerpo.

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⏰ Última actualización: 17 hours ago ⏰

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Dos vidas: Un propósito (Novela cristiana) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora