17: Justicia

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Narra Lucy:

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Narra Lucy:

Caminaba de un lado a otro, observaba a Frank en el asiento de copiloto, tenía su cabeza recostada en la ventana, probablemente seguía llorando, ya deseaba que su sufrimiento se detuviera, él quería ser un chico normal, hacer cosas cotidianas sin que una cámara lo estuviera siguiendo a todas partes, ahora estaba en mis manos ese futuro soñado, yo quería hacer lo posible por mejorar esa vida. Suspiré cansada, pensaba en que ya pronto descansaría tranquila, no me preocuparía por ningún problema, pensaba que Frank también tendría su momento de paz, en cuanto su padre cayera tras las rejas.

—Hola Dawson, tengo unas ganas de comer chocolate, así que, dime, ¿qué necesitas hoy, querida amiga?— cuestionó con mucha curiosidad mientras caminaba hacia mí, le sonreí con ternura

—Verás June— la tomé de los hombros con firmeza, ella frunció el ceño—, eres de las pocas personas que conozco en este lugar que me ayudaría sin importar qué, confío mucho en ti porque te conozco desde la universidad, necesito un favor muy importante, pero antes, necesito que mantengas la calma y esperes a que yo te explique todo— le expresé, June me fulminó con su terrorífica mirada, ella sabía las locuras en las que me metía yo

—Me desesperan tus discursos, ¿siempre vas a recordarme la época de universidad? Te he dicho que no lo hagas— me reprendió, se soltó de mí y se cruzó de brazos

—Lo sé, sin embargo, en cuanto me conociste te comenzó a ir mejor, todos mis amigos querían ser tus amigos— afirmé con positivismo

—Sólo querían tú número, amiga— se burló June como siempre, negué rápidamente

—Lo importante es que te necesito ahora... sólo será un momento, no es nada del otro mundo, te lo ruego amiga— le pedí, ella sonrió ante mi ternura

—Está bien, te ayudaré, ¿qué necesitas Dawson?— volvió a preguntar

—Acompáñanos a la estación de policía, necesitamos interponer uns demanda contra alguien peligroso— le pedí señalando mi auto

—¿Acompáñanos? ¿Con quién estás? Te metes en unos líos tan extraños— espetó mirando hacia el auto— ¿Quién es ese?— inquirió intentando adivinar, la capucha le cubría muy bien el rostro

—Tú ven— la halé hacia los asientos traseros, ella entró, rápidamente corrí hasta el asiento del piloto, me coloqué el cinturón y lo miré—. Oh, se durmió, que tierno— comenté en cuanto me senté, ella se inclinó hacia los asientos delanteros, observó detalladamente al chico

—¿Ese es el maldito Frank Ballad? ¿Qué hace en tu auto?— preguntó enojada

—Sí, verás, yo... te mentí y no sé como explicarte las cosas... odio mentirte, pero, él...— guardé silencio un segundo, no sabía que decirle

—Me lo hubieras dicho antes amiga— soltó una carcajada como si comprendiera absolutamente todo, reí también sin entender nada—. Conozco el lugar perfecto para ocultar su cadáver... Dios, míralo, hasta muerto luce perfecto, sí me hubieras dicho que ibas a deshacerte de él realmente, te hubiera ayudado, ¿por qué no lo torturaste? Mira esa mejilla, le diste un buen derechazo, ¿no? Como los que te enseñé en la universidad— lo observó de cerca, luego se fijó en su cuello—, eres una maldita psicópata Lucy Dawson lo asfixiaste, eres la mejor, la heroína de todo el team que odia a Frank

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