38: Desayuno juntos

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Narra Frank:

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Narra Frank:

Domingo por la mañana.

Aún no era seguro acercarme al departamento de Lucy, además ella debía ser cuidadosa al dirigirse al mío, para nuestra cita en mi fundación elegimos un punto de encuentro por la misma situación, no sabíamos quién nos podría estar siguiendo.

Los medios aún estaban muy empeñados en conseguir una exclusiva con alguno de nosotros dos, necesitaban al menos una declaración donde explicáramos el contenido del reportaje, en sus redes sociales Lucy subía mensajes diciendo que la dejaran en paz, que todo lo que tenía que decir, lo escribió en el reportaje.

Llegué a la cafetería que habíamos acordado, había muchas mesas llenas, eso me llenó de ansiedad aunque tuviera los lentes oscuros, la gorra y la capucha del abrigo puesta. Siempre me miraban con esa curiosidad intentando descifrar quién era yo.

—Hola Frankye— me saludó mientras se sentaba frente a mí

—Hola Lu— suspiré algo cansado, no había podido dormir bien por múltiples pesadillas que tuve, ella lo notó, tomó mi mano

—¿Hablaste con tu mamá?— inquirió con esa cálida mirada

—Sí, pasó lo que me esperaba, se culpó tanto, lloró por horas, no sabía que hacer para tranquilizarla, mis palabras no funcionaban para nada, le terminé dando un calmante que la ayudó a dormir de inmediato, esta mañana le di muchos abrazos para animarla, se fue a su departamento sin decir tanto, así que, aún me siento preocupado por ella— narraba con un tono bajo, ella no dejaba de acariciar mi mano, me fortalecía con tan sólo mirarla fijamente—, los ojos tristes de mamá me causaron un nudo en el pecho, todavía no me cabe en la cabeza tanto sufrimiento que vivimos ella y yo

—Por ello deben apoyarse mucho, porque sólo ustedes saben por lo que han tenido que pasar en toda su vida— entrelazó nuestros dedos

—Y tu apoyo es lo que más fuerzas me da, Lu— tomé su otra mano y las llené de tiernos besos

—Siempre te apoyaré— murmuró con ternura

—Buenos días chicos, ¿qué van a ordenar?— cuestionó una mujer, se encontraba a un lado de nosotros

—¿Quieres hotcakes?— inquirió ella

—Me encantaría un cheesecake de frutos rojos, dos rebanadas, por favor— le pedí a la mesera sin mirarla, mi vista estaba fija en Lucy, que ya me observaba con preocupación, sabía que cuando pedía algo dulce me hallaba ansioso

—A mí me traes hotcakes de avena con miel y un batido de banano— pidió ella, la mujer anotó y se fue—. Te traje algo para que te sientas más seguro en la calle— soltó mis manos, revisó en su mochila, sacó un cubrebocas negro

—Vaya, muchas gracias Lu— tomé el cubrebocas, me lo coloqué de inmediato

—Parece que escondes algo, con esos lentes oscuros y esa gorra... el cubrebocas te dio ese toque oscuro y misterioso— se burló ella, me lo quité nuevamente, lo guardé en mi bolsillo—. Ya quería verte, estaba contando los minutos

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