Narra Lucy:
Todos se fueron a sus respectivas casas, excepto yo, Frankye estuvo contándome muchas cosas, estábamos recostados en el sofá, cuando vio que bostecé por primera vez se ofreció a llevarme, me negué infinidades de veces, porque muchos periodistas ya sabían donde vivía yo, cabe resaltar, por ello sería peligroso que él se dirigiera a mi departamento, no era buena idea.
Me despedí de Hope con un fuerte abrazo, también de él, le di muchos besos, todos los que se merecía, salí de su departamento con pasos lentos, no quería irme, sólo que ya estuvimos demasiado tiempo a solas en la cabaña, ya era hora de ocuparnos de nuestras vidas, resolver lo que teníamos que arreglar.
Mientras más me acercaba a mi edificio, vi que todo estaba muy tranquilo, no había tantos autos alrededor, las calles estaban vacías, ya era muy tarde, casi de madrugada, ingresé al estacionamiento interno donde siempre dejaba el auto, saqué la maleta de atrás, puse la alarma y caminé hacia el ascensor.
Estaba tan cansada por todo, por el viaje, tener que conducir por horas, era tan agotador, pero, valía la pena, todo valía la pena si veía un verdadero cambio positivo en Frankye, esto me llenaba de esperanza y fortaleza para seguir ayudándolo así.
Entré a mi departamento, me lancé a mi cama con esa satisfacción, mientras me quitaba los zapatos con los mismos pies, revisaba el celular, tenía llamadas perdidas de Rosemarie, tantas que me decidí a marcarle de vuelta.
—Hola Rosie, apenas veo el celular, lo siento— dije en cuanto contesté
—Están en todas partes— afirmó molesta
—¿De qué hablas?— inquirí con inocencia
—Tú y Frank están en todas partes, en las noticias, en los shows de chisme, en redes sociales, hay fotos muy claras en donde están ustedes abrazados, en la playa, besándose en el centro, dándose cariñitos en el acuario, ¿qué te pasa Lucy? ¿Por qué te descuidaste así? Se especulan tantas cosas, la gran mayoría se pregunta quién es la pelirroja que se ganó su corazón, otros que te conocen bien confirman que eres tú, Lucy Dawson— me explicó, me di un golpe en la frente
—Lo siento Rosie...— murmuré apenada, no sabía que decir
—Sé que lo sientes cariño, pensé que se quedarían aislados en la cabaña, allí estaban seguros, pero, tomaron la estúpida decisión de viajar a Santa Mónica, sé que se lo merecen, descansar, disfrutar, divertirse... sólo que pudieron hacerlo meses después del reportaje, todo es un desastre, espero que por este incidente el artículo no pierda credibilidad, porque si lo hace, ya no serás historia, Lucy, se dirán muchas cosas sobre como hiciste hablar a Frank sobre su tormentoso pasado, tienes que hacer algo para resolver esto, no lo sé— concluyó ella, estaba inspirada
—No sé que más decirte, Rosie, estábamos en una ciudad distinta, nos dejamos llevar, nos relajamos tanto que no nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre lo que nos rodeaba, nos sentimos tan bien que llegamos a pensar que nadie nos conocía en Santa Mónica, pero, fue un grave error, te prometo que haré todo lo posible por arreglar esto— le prometí, ella suspiró, se notaba estresada
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También es humano
Ficção AdolescenteNos han enseñado toda la vida que no debemos juzgar a un libro por su portada y para poder dar una crítica verdadera lo mejor es aventurarse a leerlo, analizarlo, interpretarlo de la manera correcta, no a nuestra conveniencia, por supuesto. Pero, c...