19: El chisme de la noche

10 3 4
                                    

Narra Lucy:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Lucy:

Mis fanáticos parecían estar hartos de mis poemas, necesitaban chisme en mi blog, les pedía paciencia, que pronto tendría alguna entrevista a otro famoso, los tranquilizaba con mensajes en mis redes sociales, se la pasaban preocupados porque ya no publicaba a la misma hora de siempre, estaba muy impuntual.

Me encantaba que estuvieran atentos a mi trabajo, eso los hacía unos buenos fanáticos, trataba de responder sus mensajes, esto también me ayudaba a distraerme para no torturarme con mis pensamientos. Eran las siete, esperaba a Frank fuera del edificio de la revista, publiqué otro poema que escribí inspirándome en Frankye, este rápidamente se llenó de comentarios.

Lo había escrito en el computador de mi oficina, en el plasmaba todo lo que quería hacer para ayudarlo a salir adelante, aunque obviamente eran cosas que ya le había dicho a él y otras que planeaba decirle.

Las calles estaban algo desoladas, no había muchos sitios interesantes cerca que las mantuvieran llenas, normalmente los edificios eran de empresas u hoteles.

—Hola Lucy— me saludó Frank, estaba frente a mí, tenía una gran sonrisa

—Hola Frankye... ¿lograste descansar esta tarde?— inquirí, guardé el celular, él de repente me abrazó muy fuerte

—Gracias por todo, te aseguro que, sino hubieras estado ahí junto a mí, no hubiera logrado nada de esto, me haces sentir capaz de todo, por ello te lo agradezco muchísimo— me abrazaba más, correspondí de la misma manera, era reconfortante ayudar a alguien

—Te lo mereces Frankye, no lo olvides nunca— susurré, él me separó tan sólo un poco, me dio un largo beso en los labios, le correspondí sin dudar ni un segundo, el sólo hecho de sentir sus labios junto a los míos me hacía olvidarlo todo.

Lo abracé más fuerte a la altura de la cintura, amaba sentirlo tan cerca de mí, sentir su cálido cuerpo envolviéndome, mientras él sostenía mis mejillas, las acariciaba con suavidad, como si fuera algo delicado, nos separábamos como por un segundo para respirar y luego continuaba el infinito beso. Me encantaba Frank, cada beso de él me llenaba el alma, no me cansaba nunca de repetir lo bien que me sentía a su lado, la verdad esperaba hacerlo sentir lo mismo, que en mis brazos se sintiera protegido, que con mis besos se sintiera completo.

—Lucy... y Frank... ¡Ah!— exclamó Selene, nos separamos de inmediato, ella se cubría la boca con sorpresa, ahora tenía que pensar la manera de cerrarle la boca

—E-espera, déjame explicar esto que acabas de ver, Selene— me acerqué a ella

—Oye Frank, ¿también puedo besarte en la boca?— preguntó con descaro mientras lo miraba fijo me di una palmada en la frente

—No, lo siento, no quiero traicionar a Lucy, sólo puedo besarla a ella— contestó sincero, sentí mis mejillas sonrojarse por eso

—Ya veo lo que pasa aquí, ¿ustedes están saliendo?— cuestionó incrédula

También es humano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora