23: Hermosa familia

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Narra Frank:

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Narra Frank:

La música suave seguía sonando, aunque la escuchaba tan lejos, sentía que me agitaban el brazo, al parecer si me había quedado dormido, al abrir los ojos me encontré con el bello rostro de Lucy, me sonreía como siempre, Hope seguía muy dormido en mi regazo, a pesar de no salir, se veía tan relajado.

—Llegamos, dormilón— anunció con ternura, tomó a Hope en sus brazos

—Perdona Lu, no quería quedarme dormido— me disculpé frotando mis ojos

—No te preocupes, entiendo que estés cansado, lo bueno es que aquí podrás dormir— señaló hacia la ventana, al girarme me encontré con una gran cabaña, quedé petrificado, a mi mente llegaron tantos recuerdos que me lastimaban, recuerdos asquerosos de Calvin abusando de mí, regresé mi vista al frente, no podía entrar allí, no podría soportarlo—. Frankye, ¿qué te pasa?

—¿Podemos irnos?— pregunté reteniendo mis lágrimas lo más que pudiera, no quería llorar más frente a ella

—Acabamos de llegar, Frankye, ¿qué sucede?— dejó a Hope en su regazo, este miraba para todos lados, me tomó de las mejillas con preocupación

—Sólo no me gustan las cabañas, Lu, perdón— dije con una sonrisa falsa, ella negó

—No te creo, tu reacción no fue de disgusto, puedes decirme lo que sea, no pienso juzgarte nunca, dime, yo te entenderé— no soltaba mis mejillas, mis lágrimas finalmente salieron, su tacto me hacía tan vulnerable

—Mi padre no sólo me golpeaba, Lu, abusó sexualmente de mí... tantas veces que las dejé de contar, lo hacía en la cabaña de la tía Cece, ella era su hermana, le pedía a mi padre que la cuidara por unos días, a veces duraba una semana entera, toda esa semana... tenía que estar encerrado junto a él en esa cabaña, mientras mi madre seguía trabajando, sin enterarse de nada, por ello, no puedo entrar aquí, perdón Lu— ella soltó mis mejillas con suavidad, me sequé las lágrimas, no importa lo que hiciera siempre terminaba llorando frente a ella

—Lo siento Frank...— se recostó en el volante del auto, me sentí tan avergonzado como siempre

—Tienes que estar tan arrepentida de estar aquí conmigo, realmente no puedo con esto, puedes dejarme en la carretera, quizá pasen autobuses, aún no oscurece— sugerí, ella negó

—Ni se te ocurra pensar que te voy a dejar por allí en ese estado, vas a enfrentar esto, de eso se trata, tomaré tu mano y no dejaré que te derrumbes por tu pasado— sacó las llaves, se quitó el cinturón de seguridad

—No sé si podré hacerlo, ¿por qué estas cosas no salen de mi cabeza? ¿Por qué simplemente no puedo olvidarlas? Siento que así sólo puedo ofrecerte tristeza, problemas, cobardía, traumas y más traumas— espeté, molesto conmigo mismo

—Yo elegí quedarme sin importar que me ofrecías, tú no me obligaste a nada, todo lo contrario, yo ofrecí mi ayuda incondicional, sea lo que sea, me quedaré junto a ti, Frankye— decía con seguridad, era tan madura, sin duda merecía lo mejor

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