Cap. 9

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Olivia se despertó tarde, sintiendo el peso del cansancio en sus párpados después de una noche de risas y sueños emocionantes sobre la futura banda. Se estiró perezosamente, recordando que tenía poco tiempo antes del ensayo planeado ayer a la noche.

Al girarse para ver a su hermano, Harry, quien dormía en la cama vecina en su pequeño cuarto compartido, se encontró con que él aún estaba profundamente dormido, con los mechones rebeldes de cabello castaño cayendo sobre su frente.

Con una sonrisa, Olivia se acercó a la cama de Harry y le dio un suave golpecito en el hombro.

– Harry –susurró, tratando de no asustarlo.

Harry murmuró algo incoherente y se revolvió un poco en la cama, pero no mostró signos de despertarse.

– Vamos, dormilón, ¡es hora de levantarse! –insistió Olivia, dando otro golpecito un poco más fuerte esta vez.

Finalmente, los ojos de Harry se entreabrieron lentamente, parpadeando contra la luz de la mañana que se filtraba por la ventana.

Olivia sonrió, divertida por la apariencia somnolienta de su hermano.

—En unas horas tenemos que ir a ensayar... –exclamó, intentando inyectar algo de entusiasmo en la mañana.

Con un suspiro resignado, Harry se incorporó en la cama y se estiró, finalmente despertando por completo. Aunque estaba claro que preferiría seguir durmiendo, sabía que no había tiempo que perder. Con un bostezo, Harry se puso de pie y se preparó para enfrentar el día que les esperaba.

Olivia se dirigió al armario, eligiendo cuidadosamente su atuendo para el día. Optó por unos jeans ajustados de tiro bajo y una camiseta estampada con el logo Nirvana, una chaqueta de cuero negra completaba su conjunto casual pero con estilo.

Bajó las escaleras hacia la cocina, donde el delicioso aroma de la comida casera la recibió cálidamente. Su madre, Gemma y Harry estaban reunidos alrededor de la mesa, charlando animadamente mientras preparaban el almuerzo. El abuelo estaba en el jardín, ocupado con sus plantas, y la abuela estaba terminando de poner la mesa.

Mientras se sentaban alrededor de la mesa, el bullicio de la cocina se desvaneció, reemplazado por la calidez de la conversación familiar. Gemma, con una sonrisa radiante, pasó una fuente de verduras al abuelo, quien la recibió con gratitud.

— ¿Cómo está tu jardín hoy, abuelo? –preguntó Olivia, mirando las flores frescas que adornaban la mesa.

El abuelo asintió con entusiasmo, sus ojos brillando con orgullo.

– ¡Estupendo, querida! Las zanahorias están creciendo como nunca antes. ¡No puedo esperar a que las pruebes!

– Y las flores están floreciendo hermosamente. Deberías ver los colores que están apareciendo en el jardín trasero –agregó Gemma.

Olivia asintió, admirando el trabajo y la pasión de su abuelo por la jardinería.

– Definitivamente lo haré. Me encanta cómo el jardín se ve en esta época del año.

La conversación fluyó mientras compartían anécdotas y recuerdos, sumergiéndose en la atmósfera reconfortante del almuerzo familiar. Entre risas y bromas, Olivia compartió la emocionante noticia sobre la banda que planeaban formar con sus amigos y hermano.

— ¡Es increíble, chicos! –exclamó Gemma, con una mirada de orgullo en sus ojos.

— Recuerdo cuando eran pequeños y solían organizar esos adorables musicales en el jardín –dijo Anne, la madre de ambos, con una sonrisa algo nostálgica al recordarlos tan pequeños.

Ojos Color Cielo. [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora