Cap. 58

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El lunes en Londres comenzó con una lluvia incansable, las nubes grises colgaban pesadamente sobre la ciudad, pero eso no podía opacar el entusiasmo que Olivia, James y Vanessa sentían por el día que tenían por delante. La emoción era palpable, especialmente para James, que se preparaba para un encuentro que había estado esperando con ansias: conocer a Finn, un amigo que había hecho a través de redes sociales y que era un apasionado de la música, como él.

Mientras el agua caía sin cesar, el trío se encontraba desayunando en la acogedora cocina de la casa de la tía de Vanessa. La señora Margaret, una mujer de unos 65 años con un aire cálido y acogedor, les sirvió un desayuno tradicional británico: tostadas, huevos revueltos y un montón de fruta fresca. Ella, con su encanto natural, les contaba historias sobre la ciudad y les daba consejos sobre qué hacer durante su visita.

—Si tienen tiempo, hay una cafetería increíble llamada The Breakfast Club —les recomendó, sonriendo mientras les llenaba las tazas de té—. Hacen los mejores pancakes de la ciudad. ¡Tienen que ir!

Olivia, Vanessa y James intercambiaron miradas emocionadas. Todo lo que decía Margaret sonaba delicioso, y la idea de un lugar lleno de pancakes les hizo agua la boca.

—Gracias por el consejo, tía Margaret —dijo Vanessa, mientras se servía un poco más de frutas—. Definitivamente vamos a probarlo.

—Sí, no puedo esperar para conocer a Finn —agregó James, su rostro iluminado por la emoción—. ¿No les parece lo pequeño que es el mundo? Parece que todos nos conocemos de alguna manera.

Olivia sonrió, asintiendo con la cabeza. Era cierto; su vida estaba llena de conexiones inesperadas, y cada vez que conocía a alguien nuevo, siempre había algún hilo que los unía. Esa idea siempre le había parecido mágica.

—Después de desayunar, deberíamos visitar el Museo Británico. Dicen que es impresionante y, además, es gratis —sugirió Olivia, mientras tomaba un sorbo de su té.

—Perfecto. Desde allí, podríamos ir a la cafetería —dijo Vanessa, que se estaba emocionando más por el viaje a medida que la conversación avanzaba.

Después de un desayuno delicioso y lleno de risas, el trío salió a la calle, cada uno con su paraguas en mano, listos para enfrentarse a la lluvia londinense. Las gotas caían sobre ellos mientras caminaban, pero no les importaba; estaban juntos, listos para vivir nuevas aventuras en la ciudad.

Al llegar al Museo Británico, se maravillaron con la arquitectura del edificio, que parecía casi un palacio. Olivia se sintió como si hubiera entrado en un mundo completamente nuevo, lleno de historia y arte. Mientras recorrían las salas, sus ojos se abrían en asombro ante las antiguas piezas y los tesoros que contaban historias de civilizaciones pasadas. Era un lugar que invitaba a la reflexión, donde el tiempo parecía detenerse.

—Miren esto —dijo James, apuntando a una impresionante exhibición de artefactos egipcios—. ¡No puedo creer que estoy viendo esto en persona!

—Es realmente impresionante —respondió Vanessa, tomando fotos para inmortalizar el momento.

Mientras exploraban, James no podía dejar de pensar en su próximo encuentro con Finn. El mero hecho de imaginarlo le hacía sentir mariposas en el estómago. ¿Sería tan genial como parecía en línea? ¿Tendrían tanto en común? Su mente estaba llena de preguntas, pero sabía que en ese momento, rodeado de amigos y en una ciudad tan vibrante, todo sería perfecto.

Después de un par de horas en el museo, decidieron que era hora de ir a The Breakfast Club. La lluvia había aflojado un poco, lo que les permitió disfrutar de la caminata hacia la cafetería. Al llegar, fueron recibidos por el aroma a café recién hecho y una atmósfera acogedora que les hizo sentir como en casa.

Ojos Color Cielo. [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora