Cap 32: Más intimos

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El sonido de las gotas de agua reventando en el suelo llenaba la habitación. Izuku estaba bajo la ducha, una experiencia que se había convertido en un raro lujo desde que comenzó el caos y su misión de restaurar la paz en el país.

Estaba parado, apoyado contra la pared, con la cabeza gacha mientras el agua tibia caía sobre él, empapando su cabello y corriendo por su piel, llevándose consigo la suciedad y el cansancio acumulados.

Sus músculos, tensos y doloridos por la constante batalla, comenzaban a relajarse bajo el calor del agua. A medida que el vapor llenaba la habitación, Izuku cerró los ojos, tratando de encontrar un momento de calma. Sin embargo, la vergüenza lo seguía atormentando. Recordaba claramente cómo Toga había señalado su mal olor.

Siempre habría cambiado constantemente de ropa en el cual el olor disminuía por momentos. Pero en su cuerpo toda la suciedad se impregnaba en su ropa.

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Flashback

Toga: Izuku... No es por sonar grosera, pero, ¿desde cuándo no te duchas?

Izuku, sorprendido por la pregunta, trató de recordar.

Izuku: Desde que empezó todo esto...

Toga: Ya lo imaginaba...

Izuku se sintió un poco avergonzado, bajando la mirada.

Izuku: Estuve con la cabeza atormentándome... Pensaba que bañarme era una pérdida de tiempo...

Toga: Ahora que estamos en un lugar el cual espero que sea seguro... puedes bañarte aquí. En esta habitación hay un baño, así que ve.

Izuku: Gracias... creo que lo necesito.

Toga esbozó una sonrisa comprensiva, con una leve risa.

Toga: Definitivamente lo necesitas. No solo para ti, sino también para mí No querrás ahuyentarme a con ese olor, ¿verdad?

Izuku se rio, sintiéndose un poco más aliviado.

Izuku: Supongo que tienes razón.

Toga: Venga, Izu-kun, no te preocupes. Tómate tu tiempo. No hay prisa ahora.

Fin del flashback

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Izuku no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa mientras recordaba la escena. Con esa imagen en mente, se frotaba vigorosamente, viendo cómo la suciedad se deslizaba por el desagüe. 

El agua, ahora teñida de gris, le recordaba lo mucho que había descuidado su higiene en medio de la lucha constante.

Finalmente, cuando el agua comenzó a enfriarse, cerró la llave y se quedó allí, aún apoyado contra la pared, respirando profundamente. Se secó rápidamente y se miró en el espejo empañado, viendo a un joven agotado pero con una chispa de determinación en sus ojos.

Las ojeras no se despegaban de el, siendo una evidencia clara de todo lo que ha estado trabajando sin descansar.

Izuku: (Debo seguir. No puedo rendirme ahora. Y definitivamente, debo cuidarme mejor.)

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Salió de la ducha una toalla envolviendo su cuerpo dejando en exhibición su fornido torso.

Esperaba encontrar a Toga pero ella no estaba por ningún lado de la habitación.

No estaba en el dormitorio, cocina ni en la sala de estar que poseía aquella habitación en la cual Stain les habría dado para que puedan resguardarse.

Promesas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora