Promesas rotas

Cap 33: Caída del Heroe.

El nerviosismo atacaba en enormes cantidades a la rubia, debido a que estaba dudando sobre la decisión que tomó.

Estaba parada enfrente de la puerta del asesino, y nunca había estado más nerviosa. Su mano temblaba ligeramente al levantarla para llamar, pero se detuvo, inhalando profundamente.

Aunque su orgullo batallaba para que retrocediera e irse de ahí, su corazón, lleno de anhelos y remordimientos, la mantenía en aquel lugar.

No podía darse el lujo de alejar a la segunda persona que ella apreciaba. A pesar de que Stain le hizo daño, él se mostró arrepentido.

Además, Stain le recordaba la situación de ella con Izuku, debido a que anhelaba que la perdonaran por sus actos. La similitud entre su situación y la de Stain la impulsaba a dar un paso adelante, a romper el ciclo de rencor y dolor.

Solo tenía a Izuku y ahora a Stain cerca suyo, por lo que debía hacer lo posible para no alejarlos de su lado. La soledad era un abismo que no quería volver a enfrentar.

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Entró a su habitación y ahora estaba enfrente de Stain. La habitación, austera y sombría, estaba llena de recuerdos reprimidos. El asesino, siempre estoico, la miraba con una mezcla de sorpresa y cautela.

Este estaba sorprendido por la presencia de la rubia. Quería saber por qué tocó su puerta y le pidió pasar. Sus ojos, normalmente fríos y calculadores, mostraban una chispa de humanidad, un rayo de esperanza.

Pero sin que pudiera pensar más, lo que Stain tanto quería escuchar desde que se encontró con la rubia sucedió. Las palabras que tanto anhelaba salieron de los labios de Toga.

La rubia le dijo que lo perdonaba. Empezó a contar todo lo que sabía del motivo por el cual actuó de aquella forma en el pasado y cómo All for One fue la razón por la que Stain tuvo que alejarla con mentiras. Cada palabra era un peso que se levantaba de su pecho, una cadena rota de su pasado.

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La imagen de la rubia para Stain empezaba a cambiar, y era capaz de ver a su hija delante de él, como si estuviera perdonándolo. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras los recuerdos de su hija inundaban su mente. La dulzura en la voz de Toga, la sinceridad en sus palabras, todo se mezclaba con la imagen de su hija perdida.

Volvía a recordar todo lo que pasó con su hija y de su muerte. El dolor que había enterrado durante años resurgía, pero esta vez, había un rayo de luz en la oscuridad.

Las lágrimas no se hicieron esperar. Stain, el hombre duro y despiadado, estaba llorando. Y escucharía lo que la imagen de su hija decía. Las lágrimas caían lentamente por su rostro, un testimonio de su humanidad redescubierta.

"Te perdono, papá."

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Toga: Te perdono Stain...

No era capaz de mirarle el rostro al asesino, su corazón latía con fuerza y sus manos temblaban ligeramente.

Toga: Sé por qué quisiste alejarme y toda la culpa es de All for One... Él me quería y tú hiciste lo necesario para que él no me asesinara... Aparte de Izuku, eres la única persona que me queda... No tengo a nadie a quien recurrir... Por eso... No quiero alejarte... y quiero volver a verte... como un padre...

Termino de hablar, sintiendo un nudo en la garganta, pero ahora se atrevió a levantar la mirada. Sus ojos se llenaron de asombro y empatía al ver al asesino, un hombre que siempre había conocido como frío y calculador, con lágrimas rodando por sus mejillas.