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El sonido constante del timbre anunció la entrada de un cliente justo cuando la tienda de conveniencia estaba a punto de cerrar. Nicole, cansada después de un largo día de trabajo, levantó la mirada para encontrarse con Steve, quien entraba con una sonrisa.

—¡Hola, Nicole! ¿Cómo va todo por aquí? —saludó Steve con entusiasmo, como si no fuera tarde y la tienda estuviera a punto de cerrar.

Nicole asintió brevemente. —Hola, Steve. Casi listos para cerrar.

Steve se acercó al mostrador y miró a su alrededor. —Vaya, siempre me sorprende la cantidad de cosas que tienen aquí. ¿Alguna recomendación para llevar?

Nicole se esforzó por no devolver la sonrisa, aunque estaba claro que estaba claro que algo dentro de ella se sentía feliz de verlo. —Depende de que estés buscando.

Steve fingió pensar profundamente, poniendo una mano en su barbilla. —Hmm, creo que hoy me voy a inclinar por algo dulce. ¿Qué me sugieres?

Nicole se limitó a señalar las opciones disponibles sin agregar mucho entusiasmo. —Tenemos unas galletas o barras de chocolate.

Steve asintió con entusiasmo. —¡Galletas suena perfecto!.

Nicole asintió con un gesto más neutral. —Sí, claro.

Mientras Nicole empacaba las galletas, Steve continuó la conversación, hablando sobre el clima, las noticias locales y cualquier tema trivial que viniera a la mente. A pesar de la hora tardía, el ambiente en la tienda era cálido y acogedor, gracias a la interacción amistosa entre Nicole y Steve.

De repente, mientras Steve pagaba por las galletas, Nicole hizo un comentario casi de pasada pero que tenía un tono de curiosidad. —Es una casualidad que sea la segunda vez que llegas justo a la hora del cierre.

Steve levantó la mirada sorprendido. —¡Tienes razón! No lo había notado. Supongo que la casualidad nos brinda la oportunidad de tener estas conversaciones interesantes.

Nicole sonrió ligeramente, disfrutando de ese momento de conexión. —Sí, algo tiene de especial este momento del día.

———

Steve salió de la tienda con un sentimiento extraño en el pecho. Había sido una visita breve pero significativa. Mientras conducía por la calle iluminada por farolas, su mente repasaba la conversación con Nicole. Había algo en ella que lo intrigaba, algo más allá de la amistosa conversación en la tienda de conveniencia.

Nicole, por su parte, cerró la tienda con un suspiro de alivio mezclado con una sensación de vacío. Había disfrutado de la compañía de Steve, de esa chispa de conexión que había entre ellos. Sin embargo, también se sentía confundida por las emociones que despertaba en ella la presencia de Steve.

Durante el camino a casa, Steve no podía dejar de pensar en Nicole. Se preguntaba qué la había llevado a trabajar en una tienda de conveniencia, qué cosas disfrutaba hacer en su tiempo libre, qué música escuchaba. Cada pregunta generaba más preguntas, y Steve se encontró deseando conocer más sobre ella.

En la siguiente tarde, Steve decidió pasar por la tienda de conveniencia después de ir a clases, con la esperanza de poder hablar con Nicole de nuevo y tal vez cruzar miradas en los pasillos, aunque no conversara con ella. Era algo que acababa de descubrir y que le generaba una mezcla de nerviosismo y anticipación. Se imaginaba cómo sería verla fuera de ese entorno de trabajo, en un lugar más informal y relajado.

Mientras tanto, Nicole se preparaba para otro turno en la tienda, preguntándose si Steve volvería a aparecer. Recordaba su breve pero agradable conversación y la sensación de conexión que había sentido. Se preguntaba qué significaba todo eso y si Steve realmente tenía interés en ella más allá de una conversación casual en la tienda.

La vida de Steve y Nicole había tomado un giro inesperado desde su encuentro en la tienda de conveniencia. Ambos sentían una curiosidad creciente el uno por el otro.

Illicit Affairs || S.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora