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Después de la escuela, Nicole se dirigió a la tienda de conveniencia donde trabajaba a tiempo parcial. El timbre sobre la puerta sonó cuando entró, y saludó a su jefe con un breve gesto antes de dirigirse a la parte trasera para ponerse su delantal.

La tienda estaba tranquila, como de costumbre, con solo unos pocos clientes deambulando por los pasillos. Nicole se instaló detrás del mostrador, preparada para una tarde monótona de trabajo. No esperaba ninguna sorpresa, pero justo entonces, Steve entró en la tienda.

—Hola,—dijo Steve, su voz un poco más baja de lo normal.

Nicole lo miró.—No puedo hacer lo mismo que la otra vez, así que si eso es lo que buscas, voy a pedir que te vayas, fue algo de una vez.

— No, no, no.— Negó rápidamente. Steve pareció dudar un momento antes de hablar.—Solo quería... comprar algo. ¿Tienes, eh... esas pilas AA?.

Nicole lo observó con una expresión seria, manteniendo su tono firme.—Sí, están ahí— Hablo señalando el estante.

Steve asintió y se dirigió hasta ellas. Nicole lo siguió con la mirada, preguntándose qué hacía realmente allí. No pasó mucho tiempo antes de que Steve regresara al mostrador con un paquete de pilas en la mano.

—Listo—dijo, colocando el paquete en el mostrador.

Nicole tomó el paquete y leyendo el precio— Un dólar.

Steve buscó en sus bolsillos y sacó un billete arrugado, colocándolo sobre el mostrador. Mientras Nicole tomó el dinero guardándolo en la caja registradora. Steve miró alrededor de la tienda, claramente incómodo.

—Así que... ¿trabajas aquí todos los días?— preguntó, tratando de romper el silencio.

— Si, solo después de la escuela y los fines de semana—respondió Nicole sin mirarlo, concentrada en la caja registradora.

—Debe ser difícil— comentó Steve, su tono intentando ser comprensivo.

Nicole levantó la vista, su mirada seria.—Lo es, pero no tengo otra opción. ¿Algo más?.

Steve negó con la cabeza, pero parecía querer decir algo más. Nicole le su recibo.

Steve tomó el ticket y las pilas, y luego se quedó de pie por un momento, como si estuviera buscando las palabras correctas. Finalmente, simplemente asintió y se dirigió a la puerta.

—Nos vemos en la escuela.—dijo antes de salir.

Nicole observó cómo se iba, sintiendo una mezcla de alivio e incomodidad. No estaba segura de qué pensar de Steve, pero sabía que prefería mantener la distancia. Su vida ya era lo suficientemente complicada sin añadir más confusión a la mezcla.

———

Nicole regresó exhausta a su pequeño trailer después de un día largo y agotador. Mientras se deshacía de su ropa de todo el día y se preparaba para hacer sus tareas escolares, encendió la televisión para tener algo de ruido de fondo.

Sumida en sus libros y apuntes, apenas notó el sonido de la puerta del trailer al abrirse. Su padre entró, con un aire cansado y un fuerte aroma a alcohol que inundaba el ambiente. Nicole suspiró internamente, resignada a otra noche llena de preocupaciones.

—Hola, papá—saludó Nicole, sin levantar la vista de sus apuntes.

Su padre se dejó caer en el sofá con un suspiro.—Hola, hija. ¿Cómo estuvo tu día?.

—Normal, ya sabes—respondió Nicole, manteniendo su atención en sus tareas.

—Oye, necesito un poco de dinero para el mercado.—dijo su padre después de un momento.—¿Tienes algo que puedas prestarme?.

Nicole frunció levemente el ceño, sintiendo un nudo en su estómago. No era la primera vez que su padre le pedía dinero para sus vicios, pero tampoco podía ignorar que él era su padre y necesitaba ayuda.

—Claro, aquí tienes,—dijo Nicole, sacando un puñado de billetes de su bolsillo y entregándoselos.

Su padre tomó el dinero con una sonrisa agradecida.—Gracias, hija. Eres un ángel.

Nicole forzó una sonrisa.—De nada, papá.

Su padre se acomodó en el sofá, observando la televisión. Mientras él se distraía con el programa que estaba viendo, Nicole volvió a su tarea, tratando de concentrarse en los números y las ecuaciones en lugar de las preocupaciones que le pesaban el corazón.

Después de un rato, su padre se levantó, preparándose para salir de nuevo. Se acercó a Nicole y le dio un beso en la frente.

— Gracias de nuevo, hija. Te amo.—dijo él antes de salir.

Nicole suspiró cuando se quedó sola en el trailer. Sabía que el dinero que le había dado a su padre probablemente se gastaría en alcohol u otras cosas que no ayudarían realmente a su situación. Pero también sabía que no podía dejarlo desamparado.

Mientras continuaba con sus tareas, la televisión seguía de fondo, pero su mente estaba en su padre y en las dificultades que enfrentaban juntos. A pesar de todo, había un pequeño rayo de esperanza en su corazón, esperando que algún día las cosas cambiaran para mejor.

Illicit Affairs || S.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora