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Nicole estaba terminando su turno en la tienda de conveniencia, limpiando los últimos estantes y preparando todo para cerrar. La noche era tranquila, y el silencio se sentía reconfortante después de un día largo. Mientras cerraba la caja registradora, escuchó el ruido de la puerta abriéndose. Eddie Munson, con su chaqueta de cuero y su sonrisa característica, llegó justo a tiempo.

—¡Hola, Nicole! —saludó Eddie—. ¿Lista para una aventura nocturna?

Nicole sonrió, sintiéndose inmediatamente animada por su presencia.

—¿Aventura nocturna? ¿Qué tienes en mente, Munson?

Eddie levantó una ceja y le lanzó una sonrisa traviesa.

—Pensé que podríamos dar un paseo por el bosque. Hace una noche perfecta para ello.

Nicole dudó por un momento, pero luego asintió. Necesitaba un cambio de escenario, y Eddie siempre tenía una manera de hacer que las cosas fueran interesantes.

—De acuerdo. Déjame cerrar todo aquí y nos vamos.

Unos minutos después, Nicole terminó de cerrar la tienda y se emprendió camino con Eddie. Mientras recorrían las calles desiertas del pueblo, Nicole abrazo su cuerpo, sintiendo la brisa fresca de la noche y disfrutando de la sensación de libertad. Pronto, dejaron atrás las luces de la ciudad y se adentraron en el oscuro y sereno bosque.

El lugar estaba iluminado solo por la luz de la luna, creando un ambiente misterioso.

—Bienvenida al bosque de Eddie Munson —dijo Eddie con una reverencia teatral—. ¿Qué te parece?

Nicole rió, sintiéndose a gusto en su compañía.

—Es increíble, Eddie.

Comenzaron a caminar por un sendero, el sonido de sus pasos sobre las hojas secas y el murmullo lejano de un arroyo creando una sinfonía tranquila.

—¿Sabías que en este bosque hay una leyenda de una criatura que solo sale en noches de luna llena? —preguntó Eddie, con un tono misterioso.

Nicole levantó una ceja, divertida.

—¿De verdad? ¿Y qué hace esa criatura?

—Dicen que vaga por el bosque, buscando a personas con el corazón roto—dijo Eddie, tratando de sonar serio pero con una chispa de diversión en sus ojos—. Pero no te preocupes, yo estoy aquí para protegerte.

Nicole rió, disfrutando del juego.

—Bueno, menos mal. No quiero encontrarme con ninguna criatura esta noche.

Eddie se quedó en silencio por un momento, mirando las sombras que proyectaba la luna.

—Hablando de cosas raras... ¿te has dado cuenta de lo extraño que ha sido todo últimamente? Primero la desaparición de Will Byers, luego Barb, y ahora encontraron al chico. Todo se siente diferente.

Nicole suspiró, mirando el suelo.

—No había pensado mucho en eso, para ser honesta. He tenido tantas cosas en la cabeza... la escuela, el trabajo, mi padre... problemas emocionales. Es difícil ver los problemas a mi alrededor cuando siento que estoy ahogándome en los míos.

Eddie asintió comprensivamente.

—Entiendo. Pero a veces, las cosas que pasan a nuestro alrededor pueden ser igual de importantes. Es como si algo oscuro se estuviera cerniendo sobre este lugar.

Nicole lo miró, sorprendida por la seriedad en sus palabras.

—Nunca te había oído hablar así, Eddie.

Eddie se encogió de hombros.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí, Nicole. Pero no te preocupes, nada va a pasarnos.

Nicole sonrió, sintiendo una ola de calidez y gratitud hacia Eddie.

—Gracias, Eddie. Eres un buen amigo.

Eddie sonrió, tratando de aliviar la tensión.

—Bueno, ahora que hemos hablado de criaturas y misterios, ¿qué te parece si disfrutamos del bosque sin pensar en cosas espeluznantes?

—Me parece perfecto —respondió Nicole, sintiéndose más relajada.

Continuaron caminando, disfrutando del silencio y la tranquilidad del bosque. La luna iluminaba el camino, y el ambiente era sereno. Llegaron a un pequeño claro donde el cielo estrellado se desplegaba sobre ellos en todo su esplendor. Se sentaron en el suelo, apoyándose contra un árbol y disfrutando del silencio y la belleza de la noche.

—Este lugar es realmente hermoso —dijo Nicole, mirando las estrellas.

—Sí, lo es. Me gusta venir aquí cuando necesito pensar o simplemente relajarme —respondió Eddie—. Es como un escape del mundo real.

Nicole asintió, comprendiendo lo que él quería decir.

—Gracias por compartirlo conmigo, Eddie.

—De nada. Es mejor compartirlo con una buena compañía —dijo Eddie con una sonrisa.

Después de un rato, decidieron regresar. El paseo de vuelta a través del bosque fue tranquilo, con ambos sumidos en sus pensamientos pero sintiéndose más conectados que nunca.

Al llegar al parque de trailers, Eddie la acompañó hasta su puerta.

—Gracias por esta noche, Eddie. Realmente la necesitaba —dijo Nicole.

—Siempre a tu servicio, milady —respondió Eddie con una sonrisa.

Illicit Affairs || S.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora