Illicit Affairs || S.H

25

La tarde caía suavemente sobre el parque de trailers cuando Nicole divisó a la Sra. Jenkins, adornado con macetas rebosantes de flores de colores vivos. Con pasos cansados pero decididos, se dirigió hacia allí, sintiendo el peso de la confusión y la tristeza en cada paso. La Sra. Jenkins estaba ocupada cuidando sus plantas, pero al ver a Nicole, le dedicó una sonrisa cariñosa.

—Hola,Nicole. ¿Cómo estás hoy? —preguntó la Sra. Jenkins, notando la expresión sombría en el rostro de la joven.

Nicole se sentó junto a ella, sintiéndose reconfortada por su presencia. —Hola, Sra. Jenkins. Ha sido un día difícil en la escuela.

La Sra. Jenkins dejó a un lado sus herramientas y le dio a Nicole un gesto de atención. —Cuéntame, querida. ¿Qué ha pasado?

Nicole suspiró, intentando encontrar las palabras adecuadas para expresar su angustia sin revelar demasiado. —He visto algo en la escuela que me ha dejado muy confundida y triste. Es como si todo estuviera patas arriba y no supiera qué hacer.

La Sra. Jenkins asintió comprensivamente. —A veces, la vida nos presenta situaciones difíciles. Pero recuerda, querida, que siempre hay una manera de superarlas.

Nicole se sintió aliviada al escuchar esas palabras tranquilizadoras. —Gracias, Sra. Jenkins. Siempre me ayuda hablar contigo.

La Sra. Jenkins le sonrió con ternura. —Estoy aquí para ti, querida. Siempre que necesites conversar o necesites algo, no dudes en venir a buscarme.

Nicole se recostó un poco más en el banco, buscando la comodidad que solo la compañía de la Sra. Jenkins podía brindarle. —Es solo que... no entiendo por qué las cosas tienen que ser tan complicadas. A veces, desearía tener todas las respuestas y saber exactamente qué hacer.

—Entiendo cómo te sientes, Nicole. Todos pasamos por momentos de incertidumbre y confusión en la vida. Lo importante es no dejarse vencer por esas emociones y buscar soluciones paso a paso. ¿Has pensado en hablar con esa persona y expresar tus sentimientos? A veces, la comunicación abierta puede resolver muchas cosas —aconsejó la Sra. Jenkins, ofreciendo su sabiduría y experiencia.

Nicole reflexionó sobre las palabras de la Sra. Jenkins. —Sí, he pensado en eso. Pero también tengo miedo de complicar las cosas aún más o de obtener una respuesta que no espero.

La Sra. Jenkins le dio un apretón suave en el hombro. —Entiendo tus preocupaciones, querida. Pero recuerda que enfrentar nuestros miedos y ser honestos con nosotros mismos y los demás es el camino hacia la verdadera paz interior.

La conversación continuó en ese tono, con Nicole compartiendo más detalles sobre sus sentimientos y preocupaciones, y la Sra. Jenkins ofreciendo su sabiduría y apoyo incondicional. Al final, Nicole se sintió más calmada y con una sensación de claridad sobre cómo abordar la situación.

———

La noche caía sobre el tranquilo vecindario mientras Nicole, inspirada por las palabras reconfortantes de la Sra. Jenkins, tomaba una decisión que llevaba tiempo rondando en su mente. Después de su turno en la tienda de conveniencia, decidió dirigirse a la casa de Steve, sintiendo la necesidad imperiosa de aclarar las cosas y expresar lo que había estado guardando dentro de su corazón.

Observó cuidadosamente desde la distancia mientras se acercaba a la casa de Steve. Notó que los autos de sus padres no estaban estacionados frente a la casa, lo que le dio una pequeña sensación de alivio. Al ver solo la luz encendida de la habitación de Steve, se armó de valor y tocó la puerta con determinación.

Steve abrió la puerta, sorprendido al ver a Nicole frente a él en la penumbra de la noche. Sus miradas se encontraron en un silencio cargado de emociones no expresadas.

—¿Nicole? ¿Qué haces aquí? —preguntó Steve, su sorpresa evidente en su voz.

Nicole inhaló profundamente antes de comenzar, su voz temblorosa pero firme. —Steve, necesito hablar contigo.

—Steve, todo esto no es justo —comenzó Nicole, sus palabras llenas de emoción contenida. —Me has lastimado mucho, más de lo que puedo expresar. No es justo cómo me has hecho sentir, como si mis sentimientos no importaran.

Steve la miraba con una mezcla de sorpresa y confusión, pero Nicole continuó sin detenerse. —No es justo cómo puedes mostrar tus sentimientos por Nancy Wheeler frente a todos, pero conmigo actúas como si no importara. No es justo, Steve. Eres un cobarde por hacerme sentir así.

Un silencio tenso se apoderó de la habitación mientras las palabras de Nicole resonaban en el aire. Ella respiraba con rapidez, luchando contra las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos. Esperaba una respuesta de Steve, una explicación, una disculpa, cualquier cosa que pudiera darle un poco de paz a su corazón herido.

Pero Steve permanecía en silencio, sus ojos evitando los de Nicole mientras buscaba las palabras adecuadas que nunca llegaban. Los segundos se convirtieron en un largo intervalo de tiempo, donde la tensión y la incomodidad llenaban la habitación.

Finalmente, Nicole, sintiendo que no obtendría lo que necesitaba, se dio la vuelta sin decir una palabra más. Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras caminaba hacia su casa en la oscuridad de la noche.