𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌━━
❝No uso garras, lo mío es algo más vocal❞
&;;'Astrid está estudiando en la preparatoria de Beacon Hills, llegó al pueblo por la atracción sobrenatural que hay y gracias a ello conoció a muchas personas, haciéndose amiga de lydia y allis...
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La electricidad es uno de mis puntos medios, porque por una parte esta se almacena en mi cuerpo o simplemente avanza a su próximo objetivo. Las descargas que el sujeto usaba contra mi cuerpo llegaban a quemar mi piel debido al calor, pero no me hacían gritar de dolor.
Recibí torturas mucho más fuertes en mis primeros años de vida, siendo una simple humana, claro que no me duele sentir tanto dolor teniendo una buena regeneración.
Apretaba mis dientes y cerraba mis ojos, meditaba mientras aquel frente a mí me torturaba, a veces me quedaba sin aire, pero nada que no pueda controlar.
Lo bueno era que me mojaban para poder electrocutarme, así que el agua servía como algo que me refrescaba.
—No te diré nada —dijo un chico, dado que solo me quedaba con los ojos cerrados, no había notado que tenía compañeros de tortura, a mi lado había un chico de ascendencia asiática, escuché después a una cuica gritar y finalmente una voz conocida.
¿Dónde lo conocí?
¿Dónde?
«—Soy Theo.»
Ah. Ya recordé.
Theo intentaba hablar con el sujeto, pero este solo lanzaba descargas, acabó con un: "¡Bien!" muy airado.
Mis ojos se abrieron y lo vi, él trabajaba en la casa Eichen, pero nunca supe su nombre, ni me importa.
Mi garganta se regeneró e identifico la noche, la marea sube en la noche y muchas veces más de sus límites.
El suelo comenzó a temblar cuando abrí mi boca y el hombre se paralizó, pero de inmediato se acercó a mi para quitarme las amarras de las muñecas.
—Oye, oye —decía Theo para llamar mi atención, quizás quería ser liberado al instante, pero estaba ocupada.
Tenía hambre.
Mi voz hizo que el sujeto frente a mí se arrodillara y me extendiera su muñeca, mis dientes tenían un filo extraño que logró hacerle un corte vertical, absorbí la sangre y mi cuerpo se llenó de energía y poder, el sujeto cayó al piso inconsciente.
Me giré para ver a los otros sujetados a la rejilla y Theo parecía un poco asustado.
—Theo —lo llamé, recuperó su mirada y asintió. Lo ayudé a liberarse y de igual manera a la chica y el chico.
—¿Está muerto? —preguntó la chica, negué.
—Es como donar sangre, solo le falta comer espinacas y estará nuevo —dije al caminar en busca de la salida.
—¿Qué era eso de antes? Las voces en eco —preguntó Theo, los humanos como los seres sobrenaturales escuchan el canto de sirena de diferente manera.
—Canto de sirena.
—Esto servirá —dijo la chica al tomar las llaves de un escritorio, Theo la miró.
—¿Qué significa ese símbolo? —le preguntó.
—¿Nunca has visto un símbolo de manada? —le preguntó el chico.
—Las manadas no son para mi —dijo Theo. Le explicaron lo que significaba y Theo dedujo que pertenecían a la manada de Satomi, ellos dijeron que ella estaba muerta y los observé, la última vez que la vi fue hace un año atrás.
—Deberían buscar a Scott McCall —dijo Theo, lo miré—. Le gusta recoger callejeros.
Asentí.
—¿Conoces a Scott McCall? —pregunta la chica.
—¿Sabes dónde está? —preguntó el chico. Theo mira las llaves de la chica y extiende su mano para que se las de.
—Puede ser —dice al verlos, ella le entrega las llaves y yo recuerdo que Liam lo describió de una manera algo poco usual.
No mentía.
Salimos del edificio y había un estacionamiento afuera, Theo buscaba el ruido del auto para poder identificarlo, yo me sentía con algo de frío debido a que mi ropa seguía húmeda y mi cabello también.
Entonces una sirena de policía sonó y nos detuvimos, entrecerré los ojos debido a la iluminación.
El sheriff se nos acercó y me observó algo asombrado, después miró a Theo y los otros. Me adentré a la camioneta del sheriff mientras los otros eran subidos a la otra camioneta.
—¿Esa sangre? —preguntó el sheriff mientras conducía al departamento de policía.
Bajé mi mirada y tenía sangre en mi ropa, en la parte de la pierna, en el hombro y una gran mancha que llenaba mi espalda y pecho.
—Es mía, estaba cerca de mi casa y me atacaron —dije sin apartar la mirada de la carretera. Al llegar a la estación me bajé de la camioneta y Jordan se acercó de inmediato hacía mí, me abrazó y oculté mi rostro en su pecho.
—¿Qué sucedió? —se alejó para verme bien, sonreí leve al ver que intentaba buscar alguna herida.
—Necesito una ducha —le confesé. Por orden del sheriff Jordan me llevó a los camerinos del edificio y me duché, al salir vi a Jordan con una toalla.
Me ayudó a secar mi cabeza después de que me vistiera una sudadera y buzo gris.
—No sabían lo que era, pero no dudaron en ocupar cualquier técnica posible —confesé, me giré y miré a Jordan—. Una trampa de oso, una flecha, balas, cortar mi cuello y finalmente electricidad —él sostuvo mi rostro y entonces noté que se veía abrumado, quizás dolido.
—Lamento que pasaras por eso —dijo con un arrepentimiento sincero, sonreí leve y me besó, su tacto era algo que necesitaba mucho.
Salimos del camerino y me senté en una silla con los pies arriba, debido que estaba descalza, Jordan y el sheriff en cambio veían una pantalla y hablaban entre sí. A los minutos después apareció Scott, Liam, Lydia, Malia y otra chica que su aroma se identifica con un lobo.
Ellos ingresaron a la oficina del sheriff mientras que Jordan escoltaba a Theo a la zona de recepción.
Me bajé de la silla para seguirlo.
—Firma y puedes irte —dijo Jordan a Theo tras entregarle un papel y pluma.
—Supongo que te vas —dije al ver a Theo, este asintió y antes de firmar se giró lentamente.
—¿Escucharon eso?
Me quedé en silencio, ni siquiera respiré, mi sensor de alerta estaba al máximo y no lo noté por estar centrada en recordar mi ataque, algo malo iba a suceder y estábamos rodeados.
—Jordan —lo llamé cuando las luces se encendieron, luces que provenían del exterior. Jordan me jaló e hizo que ingresara con los demás, Theo explicó que estaban armados y Jordan fue a hablar con el sheriff.
—Vaya forma de salir de un problema —dijo Theo.
—Fue bueno que no firmaras —le comenté al verlo—, de lo contrario te hubiesen pillado afuera.
