xvi. batalla

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season 4 - episode 10/11






Podría ser cualquier
cosa del mundo, pero
quise ser suya.





❝Podría ser cualquier cosa del mundo, peroquise ser suya

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Las batallas no se me dan mal, no cuando estoy sola, pero cuando hay gente a mi alrededor debo de contenerme. Esto debido a que mi poder de «verbis suprema» afecta a aquellos que están en mis alrededores, anoche en la escuela no afectó a Derek o Scott debido a que no estaban frente a mí.

Estábamos en un edificio que pertenecía a la guarida de Chris Argent, no sabía que había llegado de Francia hasta que Scott comentó que lo llamó por el tema de Liam. Derek y Braeden nos reunimos junto a Scott, Kira y otros hombres lobos que huían de mercenarios, él nos llamó para batallar y defenderlos.

—Admito que estoy nerviosa —dije al ver a Derek, este tenía un arma en mano, no me había dicho que Braeden le instruyó a portarla.

—Está bien, es verdad que ninguno de nosotros somos guerreros, pero no hacemos esto simplemente para salvarnos hoy. Lo hacemos para no huir nunca —sonreí ante sus palabras y lo abracé, él me correspondió y su aroma me daba paz.

Una hora quizás pasó, o más, pero ya era de noche y yo me encontraba en el centro del gran piso, estaba de pie y a mi alrededor había pilares, cajas, andamios y cortinas de plástico, cerré mis ojos y respiré profundamente, una y otra vez, entonces cuando llegaron los hombres vestidos de negro con armas me apuntaron y dispararon.

Abrí mi boca y todas las balas que me lanzaban se detenían a un metro de distancia de mí, mi cabello se movía casi en cámara lenta debido a mi voz y cuando acabé de sacar todo el aire de mis pulmones me hice a un lado, Chris comenzó a contraatacar y Scott también, detrás Braeden y Derek disparaban, más allá estaba Satomi también peleando.

El olor de la sangre, la violencia y la muerte, yo podría sola porque pierdo el control y me pierdo a mí misma, siendo capaz de matar a todo el que se interponga en mi camino, pero hoy mi miedo a perder el control me hace estar junto a los hombres lobo que no saben pelear y solo huyen.

Me detuve secamente cuando sentí el aroma de la sangre de Derek, no podía seguir temiendo a perder el control. Empuñé mis manos temblorosas y caminé por medio de los pilares que formaban un camino, unas balas me atravesaban y otras se incrustaban en mi piel, pero siempre eran expulsadas a los segundos.

Uní mis manos y cerré mis ojos con fuerza, busqué todas las mentes de los presentes en edificio, la mente humana es a la única que tengo acceso.

Abrí mis ojos y con mi voz dije: «dolor». Los disparos cesaron y los hombres cayeron al suelo quitándose sus cascos desesperados, llegaban a apretar sus dientes ante el dolor.

Un ruido resonó y Derek se puso en frente de mí, puso sus manos sobre mis muñecas y me hizo separar mis manos, atrapó mi rostro con sus manos permitiéndome ver sus ojos.

—Está bien, lograron detener la lista —dijo al mostrarme un celular y el mensaje de cancelación.

Sentí mi cuerpo calmarse y los humanos se desmayaron.



⠀⠀⠀⠀Abrí mis ojos y vi por la ventana que aún llovía, podía sentir a Derek abrazándome y por ello fruncí el entrecejo cuando sentí algo extraño.

Un aroma familiar.

Me levanté de la cama y caminé de puntillas para no meter mucho ruido, pero aun así Derek me escucho..

—¿Astrid? —me preguntó en un susurro, se puso en pie y tomó su arma, yo seguí caminando hasta llegar a la puerta roja de la habitación y moverla, frente a mí apareció Lydia y dio un grito que me hizo estremecer.

Cuando Lydia pudo reaccionar no dijo nada, ni ella entendía qué hacía ahí. Sin embargo, con lo que ya habían dicho antes sobre el nombre para la lista de muerte y el deterioro de Derek que he estado ignorando, me sentí inquieta.

—No dejaré que mueras —dije al verlo, Derek estaba sentado en la orilla de la cama y me observaba.

—No moriré —dijo al sonreír para tranquilizarme, pero no funcionó, porque me hizo darme cuenta de lo hermoso que es cuando sonríe. Me acerqué a él y me abrazó de la cintura, acaricie su cabello y deposite un beso en su frente.

—Exacto, esto solo nos avisa que tengamos cuidado y evitemos los desastres —me observó y sonreí, me abrazó con algo de fuerza y me hizo caer a la cama junto a él, tras una vuelta se puso sobre mí y sacó mi cabello de mi rostro.

—Lo haremos —susurró al acercarse a mí y besarme. Al otro día tenía que asistir a clases, más iba para mantener contacto con Lydia y Malia, pues si pienso en graduarme creo que no lo conseguiré.

Tampoco me afecta si pienso que me he graduado muchas veces en el pasado.

Estaba en clases cuando Derek me envió un mensaje diciendo que no estaría, de igual manera me informó que Scott le pidió su casa para estar con Kira, apreté mis labios para reprimir una risa.

—Algo no está bien —me dijo Lydia, miré a mi alrededor buscando algo, pero ella me observó.

—Es Deaton, creo que sé dónde puede estar.

Esa noche mientras jugaban lacrosse, acompañé a Lydia a la casa Eichen.

—Empiezo a creer que les encanta este edificio —dije mientras caminaba por los pasillos.

—No es que nos encante, pero todo está de alguna manera conectado a este lugar.

Cuando llegamos al tercer piso vimos a los médicos, tenían a Deaton en una camilla y él parecía en coma, iban a llevárselo cuando Lydia insistió en que ella si podría hacerlo despertar.

—Hazlo, ahora —me susurró Lydia algo intranquila, entendí a lo que se refería y tuve ganas de reír.

—Tapa tus oídos —me puse frente a ella y miré a los doctores y enfermeras—. «Nos darán una hora con el paciente, a solas» —los presentes me observaron algo aturdidos y salieron de la habitación.

—Bien hecho —dijo Lydia al acercarse a Deaton.

—Me siento usada —murmuré.

—No te quejes, ahora. Silencio —Lydia hizo quizás una conexión con Deaton, porque después de unos minutos logró despertarlo.

Salimos de la casa Eichen fuimos a la veterinaria y ahí recibimos la llamada de Stiles, que Scott junto a Kira posiblemente estén secuestrados, sin embargo, no sabía en dónde.

—Puede que yo sepa eso —dijo Deaton por el celular—. En México, la iglesia.

𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 - Jordan ParrishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora