𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌━━
❝No uso garras, lo mío es algo más vocal❞
&;;'Astrid está estudiando en la preparatoria de Beacon Hills, llegó al pueblo por la atracción sobrenatural que hay y gracias a ello conoció a muchas personas, haciéndose amiga de lydia y allis...
❝Sentí que me miraba con amor, un amor que seguramente me inventé yo.
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Scott llamó a una persona para ayudarnos con el nogitsune, a Peter, tío de Derek, antiguo Alfa y creador de Scott.
Las descripciones de él no eran muy alentadoras.
Peter propuso la idea de que Scott junto a Lydia ingresaran a la mente de Stiles para despertarlo y así lo hicieron, unos minutos tardaron, cuando reaccionaron parecían agitados, pero Stiles estaba casi aturdido.
—¿Funcionó? —preguntaba Scott al acercarse a nosotros y ver a Stiles de frente. Stiles entonces reaccionó y comenzó a vomitar un vendaje, en medio de ese vendaje se materializó una persona con el rostro vendado completamente, Peter y Scott se apresuraron a contener a aquella persona y yo sentí un aroma dulce, uno que conocía.
—Scott, espera, espera —dije al acercarme al sujeto mientras era contenido por los lobos, le ayudé a quitarle el vendaje y el rostro de Stiles apareció debajo de todo, sus ojos marrones y brillantes nos observaban confundido.
Todos entonces nos dimos cuenta de que el nogitsune escapó y se llevó a Lydia.
En medio del caos, Stiles le pidió a Scott llamar a los oni para que averigüe si realmente es él. Al principio se negó, pero después lo hizo, por mientras la madre de Scott revisó a Stiles.
—Isaac, Aidan y Ethan están bien —dijo Scott al ver su celular.
En ese instante apareció la madre de Kira, Scott fue por Stiles y al traerlo se materializó los oni, eran dos y le hicieron la prueba a Stiles, al instante este cayó al piso y con la marca detrás de su oreja.
—¿Podrán encontrarlo? —preguntó Stiles al ver a la madre de Kira mientras temblaba por el frío.
—Mañana por la noche. Ahora estamos cerca del amanecer —le respondió ella.
Todo el día, desde que el sol salió hasta que se empezó a ocultar buscaban a Lydia, y cuando la encontraron no fui, porque a sus ojos soy aún humana, y una que no tiene una habilidad destacable.
Que ellos sepan.
Pude contradecirlos, pero hay cosas en las que no debo interferir.
O eso me repetía constantemente mientras corría hasta el lugar donde estaba el nogitsune.
En el camino un auto se acercó a mí y vi que era Chris Argent, me subí y él condujo a una gran velocidad hasta el lugar donde estaban todos.
Cuando llegamos Chris se detuvo y desvió la mirada, yo vi a Scott llorando con Allison en sus brazos.
Ella estaba muriendo.
¿Debería hacer algo? Después de todo, ya había dado el paso para revelar lo que soy, qué importa si doy otro.
Corrí hasta donde Scott y él parecía aturdido, no parecía ser capaz de reaccionar, así que tomé a Allison con un brazo y con el otro me saqué un colgante que tenía debajo de mi camiseta, aquel colgante contenía un frasco con unas gotas de un líquido transparente y brillante, lo abrí e introduje en las gotas en la boca de Allison, le levanté el rostro para que pudiese descender aquel líquido por su interior.
Entonces ella abrió los ojos al momento que llenaba de aire sus pulmones, comenzó a toser debido al tiempo que estuvo sin oxígeno.
Unos pasos se acercaron corriendo y en un instante Chris llegó a mi lado.
—¿Allison? —le preguntó él con la voz rota, ella lo observó y asintió. Su padre se arrodillo y la abrazó, yo me levanté y alejé unos pasos.
—¿Qué era eso? —preguntó Isaac al estar cerca, yo miré a Scott y los otros que me observaban.
—Lágrimas de sirena. Tienen propiedades regenerativas únicas.
No me alcanzaron a preguntar de dónde las saqué, porque Allison explicó que la flecha que eliminó al oni contenía plata, los Argent junto a Isaac fueron a buscar armas de plata mientras llevábamos a Stiles a un lugar mejor, se veía debilitado por su lazo con el nogitsune. Scott y Lydia fueron con Deaton a ver como parar al zorro.
El plan ya estaba listo, solo que tuve que cambiar de equipo, fui con Allison y su padre.
—¿Has usado un arma antes? —me preguntó Chris mientras sacaba una ballesta.
—Una espada, pero creo que con su ballesta y el arco de Allison bastará —ella sonrió y asintió.
Llegamos a la escuela y debajo de una superficie estaba luchando Derek y los gemelos contra dos oni, Chris se deshizo de uno mientras que Allison del otro.
—Isaac, llévale la caja a Scott —le ordenó Derek, Isaac tomó una caja de madera y comenzó a correr, ingresando en la escuela.
Otros dos oni se hicieron presentes y Allison nuevamente disparó, su padre también, pero esa flecha fue cortada por la espada del oni.
—Toma la flecha, es la última —gritó Chris, en ese momento Aiden tomó la flecha y apuñaló al oni, pero él también fue apuñalado por la espada del contrario.
Aidan cayó al suelo y no comenzó a regenerar, Ethan se le acercó junto a Derek y Chris.
—¿No tienes más lágrimas? —preguntó Allison al estar a mi lado y mirarme.
—Lo siento, solo tenía esas y no funcionan en seres sobrenaturales —la miré y ella dio un suspiro triste. Lydia apareció cruzando la puerta y detrás de ella Stiles y los demás, ella rompió en llanto mientras abrazaba a Stiles.
—Todo acabó —susurró Allison.
El nogitsune fue capturado en la caja, e Isaac, Allison y Chris, se fueron a Francia. De igual manera Ethan decidió irse y cuando llegué al instituto el entrenador presentó a Malia a la clase.
Por instantes olvidé por completo lo que el nogitsune había dicho.
⠀⠀⠀⠀Estaba en la habitación de Stiles, él se encontraba sentado en la orilla de la cama, yo estaba sentada en su silla de escritorio. Había un silencio grande, uno que duró mucho hasta que él carraspeo un poco.
—Yo, recuerdo lo que dijo el nogitsune —comenzó a explicar, estaba nervioso y pestañeaba mucho.
—¿Fue real lo que dijo? —le pregunté al fin, Stiles me miró a los ojos.
—Sí —una sonrisa sin gracia apareció en mi rostro y desvié la mirada, la sensación en mi interior estaba revuelta, tenía unos sentimientos que nunca antes había sentido.
—Bueno, fue bueno mientras duro —dije al fin al ponerme en pie, él igual se puso en pie y quiso tocar mi mano, pero se la quité.
—Lo siento, yo...
—No te culpo, tenías un zorro de cientos de años en el interior, pudieron ser tus deseos o los de él, pero sé que tú nunca me harías daño —lo miré a los hermosos ojos marrones que tenía—, pero necesito que entiendas que quiero tener mi espacio, y no quiero sentir nada por ahora.
—Bien, pero si necesitas algo, yo, llámame o escríbeme... estaré aquí.
Salí de su habitación y me fui a mi casa, cuando llegué sentí que me faltaba el aire y entendiendo lo que me sucedía saqué un frasco pequeño y lo acerqué a mis ojos, entonces me permití llorar.
