𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌━━
❝No uso garras, lo mío es algo más vocal❞
&;;'Astrid está estudiando en la preparatoria de Beacon Hills, llegó al pueblo por la atracción sobrenatural que hay y gracias a ello conoció a muchas personas, haciéndose amiga de lydia y allis...
❝Mirando tus ojos comprendí que son el lugar más seguro que conozco.
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Mi presentimiento es tan grande como el grito de una banshee, camino por las calles de la ciudad, estoy descalza y ni siquiera siento la brisa de la noche, camino hasta llegar a la escuela y al ingresar vi como al fondo del pasillo estaba Mason junto a Liam observando algo, me acerqué y vi lo que observaban.
Un sabueso infernal peleando contra Jordan. Sus movimientos eran agresivos, despiadados y poderosos, debía de tener más experiencia y longevidad.
Cuando enterró sus uñas en Jordan y lo lanzó lejos, di un grito, el sabueso fue alejado debido a mi voz, pero no pude gritar más fuerte debido a la presencia de Liam y Mason. Me acerqué a él sabueso y comencé a pelear contra este, Liam se sumó a la pelea y cuando me lanzó lejos iba a dañar a Liam, pero se detuvo.
El beta sacó su ira tras ver como Mason era aturdido por un golpe contra los casilleros. El sabueso apoyó la espalda en los casilleros y cayó.
—No permanecerá oculto, debemos detenerlo, no importa nada más —me puse en pie y me acerqué al sabueso, me puse en cuclillas a su lado y él me observó—. Algo salió de la cacería, debo atraparlo.
Iba a preguntar, pero escuché un quejido de Jordan, sin dudar me puse en pie y fui en su dirección, estaba en el suelo y lo ayudé a sentarse.
—¿Te duele? —le pregunté al acariciar su mejilla y ver si tenía alguna herida externa.
—Estoy bien, ¿y el otro? —preguntó, me giré y noté que ya no estaba.
—Su presencia se aleja, se fue.
Jordan dio un suspiro y yo le acaricie el cabello.
—Vamos a casa, necesitas nueva ropa —soltó una risa ronca.
Cuando estuvimos en casa Jordan se estaba duchando, escuché el eco de unos gruñidos, sin embargo, los ignoré y me quité mi ropa. Ingresé al baño y a la ducha, Jordan me observó algo sorprendido, pero sonrió al instante, se acercó a mí y juntó sus labios contra los míos.
El agua que caía estaba helada, pero al igual que mi piel, al tocar a Jordan se calentaba. Sus brazos me envolvían ya acariciaban, su boca contra la mía me dejaba sin aliento, los besos que depositaba en mi piel me estremecían y dejaban un camino de ardor.
—Jordan —susurré su nombre, él sonrió y tomándome en brazos me llevó a la cama, algunas gotas de agua caían por los picos de su cabello, otras gotas recorrían su piel y sus ojos eran como esas gotas, porque recorrían casa parte de mi cuerpo.
