Antes de salir de su despacho el señor Andrew termina de revisar unos documentos y facturas, había comprado un collar de rubí rodeado de una corona de diamantes, esperaba con eso poder sorprender a ella por su aniversario. Termina de firmar una nota y llama a su secretaria para ordenarle que haga entrega de los papeles al contable y así finalmente poder marcharse a su casa. Aunque está bajo la presión por la próxima gran junta por el aniversario de la empresa no puede evitar pensar de vez en cuando en su amada.
Cuando Anthony regresó y se enteró que su esposa estaba indispuesta era algo que no se lo esperaba por lo que inevitablemente se preocupó, tanto por su salud como por los preparativos que estaba llevando, esperaba que sólo fuese un simple cansancio y pidió que no la molestasen para que la dejaran descansar si continuaba así tendría que pedirle a su secretaria que culmine los preparativos y llamar a un doctor. A la noche pasó a echarle un vistazo de cómo seguía, la encuentra dormida por lo que se limita a darle un beso en la frente e ir a dormir a otra habitación para evitar incomodarla.
Al día siguiente cuando bajó a desayunar el mayordomo le comenta que la señorita Brither estaba ahí, él ordenó que la trajeran a la mesa para que le hiciera compañía y tras un simple saludo frente al personal de servicio Annie le comentó que estaba ahí para poder seguir ayudando a Candy con los preparativos:
-No sabes qué peso me quitas de encima Annie.
-Me alegra mucho oír eso, sabes que me encanta poder serte de ayuda en lo que sea... sabes que por ti haría todo mi amor...
-Shhhooo... por favor, no digas eso en voz alta, estamos en mi casa y alguien te puede oír.
-Lo siento, pero es que ya estoy cansada de guardar éste secreto Anthony, quiero poder decirle a todo mundo que la persona que dibuja una enorme sonrisa en mi rostro y que me hace grandemente feliz es...
-¿Quién te hace feliz?
Se escucha repentinamente la voz de Candy interrumpir la declaración... ambos se vuelven a ver hacía la puerta de la entrada al comedor para descubrir que ahí estaba ella y temían que hubiese escuchado mucho más. Anthony se aclara la garganta y rápidamente se acerca a ella para saludarla con un beso en la mejilla y luego guiarla a tomar asiento.
-Buenos días querida ¿Qué tal has amanecido hoy?
-Estoy mejor, gracias... entonces, ¿Qué era eso que estaban hablando? ¿Quién te hace tan feliz Annie?
-Ohh... eso... verás Candy... le estaba diciendo a Anthony que... que me gustaría poder tener a alguien a mi lado, ser tan feliz como lo eres tú en tu matrimonio. Así poder gritarlo al mundo entero y caminar de su brazo en todas las actividades.
-Te entiendo... pero tenía entendido que has conocido a alguien especial que tiene detalles contigo ¿No has logrado avanzar nada con él?
-No tanto como esperaba, sigue siendo un poco indeciso y realmente me estoy cansando de tanta espera. Creo que llegó la hora de poder estar con alguien que sí esté seguro de querer estar a mi lado y hacer una vida juntos.
-Lamento oír eso, pero... se me ocurre que bien puedo presentarte a unos caballeros en la fiesta del aniversario, son de buenas familias y respetables. Estoy segura que encontraremos al marido perfecto.
-Eso sería estupendo, gracias amiga.
-Bueno, yo tengo me marcharme a la oficina. Annie, siéntete como en tu casa y gracias por venir a hacerle compañía a mi esposa. Nos vemos luego.
Expresa de mala gana como despedida seguidamente abandona la estancia y deja a las dos mujeres solas, quienes continúan con la conversación como si nada; estuvieron gran parte del día ultimando detalles . El estado de la señora Andrew no mejoraba y cada vez su cansancio era más constante por lo que terminó quedándose en cama mientras que su amiga terminaba los preparativos. Dos días antes de dicho evento Annie estaba en la residencia de los Andrew disponiendo todo con aire autoritario, mientras Candy seguía descansando.

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SEÑORA
FanfictionCandice es una esposa devota y fiel, quien pronto se enfrenta a serios problemas en su relación con Anthony debido a su amante. Muerte, intriga, manipulación y ambición azotan a la señora Andrew hasta que finalmente decide hacerse a un lado y seguir...