Capítulo IX

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El día del tan ansiado evento había llegado, mientras se realizaba la reunión con los accionistas y miembros de la junta, Annie estaba en el salón del hotel que se había reservado para la fiesta cerciorándose que todo saliese según lo previsto. Luego subió a una habitación del hotel para que los estilistas que había contratado para su arreglo personal empezaran su trabajo, quería lucir despampanante.

Los invitados estaban por empezar a llegar de un momento a otro y debía darse prisa para estar junto a Anthony y darles la bienvenida; así fue en un principio hasta que llegó Elroy en compañía de William, Stear y Archy, por lo que la señora decidió que era más conveniente que William y ella estuviesen junto a su sobrino.

-Annie, será mejor que vayas a ver que los invitados estén a gusto en el salón. Nosotros nos quedamos aquí con mi sobrino.

-No se preocupe señora Elroy, ya hay una persona encargada de eso. Ella me tiene al tanto de todo por si pasa algún contratiempo.

-Tía, no creo que haga falta eso.

-No querido, esa es labor de Annie. Ve, no me hagas repetirlo otra vez, sólo tú puedes cerciorarte que todo esté en perfecto orden.

-Entiendo, no se preocupe señora, enseguida voy.


Y renuente en dejar su puesto, a la joven no le queda más remedio que marchar, no sin antes dedicarle una mirada a Anthony que pedía se impusiera un poco.


-Tía, no hacía falta que Annie se marchara, ella se ha esforzado para que todo esto se pudiese realizar.

-Sé a lo que te refieres Anthony, pero éste es un puesto que sólo le concierne a la familia, y si tu esposa no está es normal que seamos nosotros los que te acompañemos.

-Ya está bien, dejemos ésta conversación para después, que aquí vienen los Cadwrithe.


Zanja el tema Albert para no hacer más incómoda la situación. Sabía perfectamente cuan estricta es su tía con las reglas y el protocolo, por lo que procuró que todo pareciera normal. Cuando Leslie se presenta, saluda a los anfitriones y se sorprende de no ver a su amiga, por lo que se acerca a los hermanos Corwell.


-Stear, Archy... hola, ¿Ustedes saben en dónde está Candy?

-Hola Leslie. Ella no podrá acompañarnos hoy, se encuentra indispuesta.

-¡¿Qué me dices?! ¿Están seguros de ello?

-Eso fue lo que nos dijo la tía Elroy.

-¡Ay! Yo no me puedo quedar aquí tranquila sabiendo que está sola y mal. Archy ¿Podrías llevarme con ella?

-¿Estás segura? ¿Qué van a decir tus padres?

-Tú tranquilo, espérame en diez minutos en la puerta que voy a decirles.

-De acuerdo.


Y sin más la joven deja a los hermanos para explicarle a su madre Margarita lo que estaba pasando, ella comprendió por completo qué era lo que estaba sucediendo por lo que no dudó en dejar ir a su hija para que viera a Candy. Había visto como Annie en un principio había querido estar en el papel de anfitrión junto a Anthony, un acto muy osado para un vulgar amante, pero se sintió satisfecha cuando la misma Elroy la quitó de ahí, por lo que no pudo evitar pensar que quizás esa mujer habría tramado algo en contra de su amiga con tal de usurpar su lugar en la gala.

Cuando Leslie y Archie llegaron a la residencia el mayordomo les cedió el paso indicándoles que la señora se encontraba recluida en su alcoba; al abrir la puerta la ven sentada leyendo un libro tranquilamente.


-¡Candy! ¿Se puede saber qué haces?

-¡Leslie, Archy! ¿Qué hacen ustedes aquí?

-Le pedí que me trajera nada más enterarme que te encontrabas indispuesta, se puede saber qué es lo que te pasa.

-Nada grave chicos, sólo un poco de dolor de huesos y cabeza. Me sentía tan débil que me era casi imposible poder salir de la cama, pero gracias a los cuidados de la tía Elroy ahora me encuentro mucho mejor.

-¿Estás segura de eso?

-Sí, tranquila. Nada más llegar se dedicó a meterme hígado entre pecho y espalda, porque decía que me había descuidado de mí misma y que seguro tenía anemia. ¿Qué le costaba darme un poco de espinaca o lentejas? Nooo, tenía que ser hígado. Bluahh... y con lo desagradable que eso es.

-Ha, ha, ha...

-¡No te rías Archy! No le veo la gracia por ningún lado. No veas qué mal lo he pasado, de sólo recordar el sabor se me revuelve el estómago.

-Pues si ya te encuentras mejor ¿Por qué no estás en la fiesta?

-Porque creo que es lo mejor, necesito descansar. Además, ¿Qué más da que no esté presente hoy? Ya he asistido años atrás, que hoy no sea así no crea una gran diferencia.

-Ni hablar nena, tú te lo mereces, te has esforzado tanto. Además, no me hagas repetirlo otra vez, bastante disgustada estoy porque no me dijiste nada si te sentías tan indispuesta para venir y ayudar o cuidarte, cualquier cosa que hiciese falta.

-Lo siento Leslie, fue un descuido por mi parte. Pero como ya Annie me había ofrecido su ayuda no quise molestar a nadie más.

-Annie... Annie... Annie... ¿Es que sólo a ella consideras tu amiga?

-Claro que no, tú también lo eres.

-Pues si me consideras de esa manera me harás caso cuando te digo que te vengas con nosotros a la fiesta.

-Ay Leslie, no sé si eso sea lo más correcto.

-¿Qué pasa? ¿Todavía te duele algo? ¿No puedes mantenerte en pie?

-Nada de eso, realmente me siento mucho mejor.

-Pues ya está... andando que para luego es tarde. Yo te ayudo a vestirte.

-Siendo así yo las espero en el salón. Me alegrará pasar una velada en tu compañía Candy.

-Gracias Archy, enseguida bajamos.


Agradece la joven a la vez que se pone en pie para seguir a su amiga no le quedaba más remedio que aceptar a regañadientes la invitación, ella ya rebuscaba en su armario el vestido de fiesta que desea que se ponga. Tras unos retoques con el maquillaje, colorete y cabello recogido, Candy luce deslumbrante en su vestido color verde.


Cuando llegan al salón del hotel ya todos los invitados se han presentado, los reporteros toman un par de notas del evento y los camarógrafos aprovechan para retratar los mejores instantes.

Annie parecía que deseaba atraer la mayor atención sobre sí sólo por ser quien dirigía la fiesta dando órdenes por aquí y por allá. Destacando más que los mismos protagonistas, quienes se encontraban siguiendo las indicaciones que les decía el fotógrafo frente a ellos.


-Ahora me gustaría poder retratar a la familia por completo.

-De acuerdo.


Accede Albert colocándose entre Elroy y Anthony; Annie retorcía los guantes debido a la ansiedad, deseaba realmente poder colocarse al lado de ellos, ser retratada y tratada como una más de los Andrew. Estaba soñando despierta cuando una voz atrajo la atención del grupo:

-Esperen un momento, que ahí falta alguien.


La voz de la mujer atrajo las miradas sobre ellos, es entonces cuando descubren que se trata de Leslie y que es acompañada de Candy con Archy. Acto seguido la deja al lado de su marido y le hace un guiño de complicidad.


-Ahora sí, ya puede tomar la fotografía.

-Gracias... ahora, miren todos aquí.


Indica el camarógrafo y tras unos instantes ya había conseguido varias imágenes. Seguidamente su esposo le susurra al oído:


-Candy ¿Estás segura que te encuentras bien? Deberías estar en casa descansando.

-Estoy bien querido, perdona la tardanza.

-Celebro que te encuentres mejor Candy, luces hermosa.

-¿Cómo no va estar bien, William? Si la he cuidado muy bien desde que llegue.

-Gracias por todas sus atenciones tía, ha sido muy amable. Perdona todas las molestias que le causé.

-Bobadas, no tienes que agradecerme nada cariño, para eso está la familia. Sólo no te excedas en ésta fiesta, dedícate a disfrutar junto a tu esposo. Anthony, la dejo en tus manos.


Al ver ese encuentro Annie se da la vuelta disgustada mientras se reprochaba por qué no podían ser un poco amables así con ella.


La velada continuó sin más contratiempos y todos disfrutaban del baile, manjares y brindaban por muchos más años prósperos como ese. La señorita Brither no se encontraba de buen ánimo al ver como los esposos Andrew compartían tiempo juntos y la asistente no paraba de importunarla con una u otra cosa  cada dos por tres, estaba harta de estar encargada y que no hubiese nadie a su lado para animarla o consolarla por lo que descarta seguir manteniendo las apariencias y decide marcharse pronto sin decirle nada a nadie; cuando estaba por llegar a la salida se encuentra con Anthony siendo muy dulce y atento con su esposa. Candy repara en su presencia y le habla:

-Annie ¿Te marchas ya?

-Sí... todo ha salido bien y me encuentro un poco cansada.

-Muchas gracias amiga por tu trabajo, has sido mi salvadora.

-No tienes por qué agradecerme Candy, fue un placer.


La joven observa al rubio en espera que se ofrezca a llevarla a su casa, tenía esa lisonjera esperanza de que al menos eso sí se pudiese realizar como había planeado. Pero sus sueños fueron frustrados cuando la escucha a ella decirle:

-Déjame que le pida al chofer que te lleve. Es lo menos que puedo hacer por ti.

-Tranquila Candy, no hace falta. Tomaré un taxi. Por favor, sigan disfrutando de la velada.

-Está bien, nos vemos luego.


Le agradece mientras la toma de las manos tiernamente, Anthony sólo se limita a decirle.

-Ve con cuidado. Y gracias por todo.


Y sin más ve a la pareja alejarse. Annie sale del edificio refunfuñando, estaba claro que no le gustaba seguir estando en esa situación, en una relación clandestina mientras su hombre pasea llevando de su brazo a otra con la cual puede mostrar libremente su afecto. Eso ya no lo soportaba más.



Pasados un par de días se llega el fin de semana y como cada sábado la señorita Brither se presenta en el club de campo para encontrarse con su amado, éste vestía su traje de equitación y estaba junto a sus dos amigos en las caballerizas charlando mientras corroboraba que la montura estuviese bien sujeta.


-Anthony eres un desgraciado, tú con dos mujeres y yo sin una. Esto no puede ser así.

-¿No crees que estás siendo un poco egoísta con Annie? Por estar contigo está perdiendo la oportunidad de conocer a un buen marido.

-¿Y por buen marido te refieres a ti Robert?

-Entre otros, tranquilo que no estoy diciendo que quiera quitártela.

-Puede que sea cierto Robert. Ella es tan dulce, inocente y amorosa que se merece un buen hombre a su lado. Si llegase a aparecer no me quedaría más remedio que dejarla ir.

-¿Estás seguro Anthony? ¿Así de fácil?

-¿Y qué esperabas? Yo ya estoy casado con Candy.

-Bueno, llevas dos años saliendo con ella, ya es bastante raro que vuestra aventura haya durado tanto.

-¿Y qué esperabas Jason? Diez años con la misma mujer a cualquiera cansa. Cuatro años de novios y tan pronto se gradúa se casa con su novia de la juventud. Es normal que deseara probar un poco de carne fresca, hacer cosas que no hizo de soltero. Echar su canita al aire.

-Bueno... bueno... bueno... pero volviendo a mi punto, bastante desagradable es ver cómo mi amigo se divierte con tantas mujeres y yo no tengo nada. ¡Anda! Preséntame aunque sea a tu prima, sé que está en la ciudad.

-¿A Eliza?

-Sí... la vi en la fiesta de aniversario de tu empresa, lucía muy hermosa.

-¿Seguro que estás hablando de la misma Eliza Legan que yo conozco? ¿O es que ya te ha dado mucho el sol y dices tonterías?

-Ehh... puede que para ti no lo sea, es tu prima y la tienes muy vista, además, deslumbrado con los encantos de tu querida Annie y con tu esposa perfecta es normal que ella pase desapercibida para ti.

-Ha, ha, ha. Realmente debes de estar muy desesperado si consideras una opción el salir con Eliza.

-¡Qué insoportable eres!

-Está bien, si me ganas en ésta carrera puede que considere concertarte una cita con ella.

-De "puede" nada ¡Lo harás! Ya verás que te ganaré. Robert, tú eres testigo y torturador si éste infeliz no cumple con su palabra. Prepárate Anthony que vas a morder el polvo. ¡Ya verás!

-Ha, ha, ha... no cantes victoria tan rápido Jason. Primero tienes que ganarme.


Se mofa el rubio a la vez que los tres montan sobre sus animales listos para comenzar la carrera propuesta. Annie los ve marcharse y su corazón le duele, no puede creer que Anthony esté tan dispuesto a soltarla tan fácilmente después de todo lo que han compartido. Finalmente decide abandonar el club, no se encuentra con ánimos de ver a ese hombre después de haberle roto sus sueños de esa manera. 

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